Como bien saben los mejores entrenadores de fútbol, no todos los jugadores estrella tienen un rendimiento estelar. Es posible que un equipo de galácticos no logre resultados, y que llegue un joven desconocido que eclipse por completo a las estrellas. Lo mismo es aplicable a la gestión de activos en la era de las superestrellas, según BNP Paribas Asset Management.
En un artículo enmarcado en su campaña “Investigator Series”, la gestora recuerda que “vivimos en la era de las empresas superestrella”, por lo que sus vicisitudes dominan la prensa financiera y, con frecuencia, también las portadas. A primera vista parecen la elección de activos perfecta, pues son fuertes, estables y dominan el mercado.
“Pero la economía de las superestrellas plantea un dilema a los inversores. Su filosofía de que ‘el ganador se queda con todo’ implica que también habrá perdedores que pueden lastrar la rentabilidad de una cartera. Parece que, cada vez más, los grandes beneficios se concentrarán en un pequeño número de compañías”, advierte.
Entonces, ¿cómo se cerciora un inversor de que está expuesto al máximo posible de valores de gran rendimiento y al mínimo posible de rémoras?
Tres formas de construir una cartera de superestrellas
Para BNP Paribas AM, existen tres enfoques potenciales para construir una cartera con empresas superestrella como componente estructural:
1. Índice: Se trata del enfoque de menor coste o más barato. Proporcionará al inversor una amplia exposición al mercado de renta variable y, por tanto, incluirá a algunos ganadores, pero su efecto estará muy diluido dentro de un grupo elevado de valores.
2. Todo o nada: Un punto de vista activo, que busca capturar rentabilidades elevadas a través de una cartera muy concentrada de superestrellas. Su buen comportamiento se basa en la fe que tiene el inversor en la asimetría de las rentabilidades: en otras palabras, que las subidas de los ganadores compensen el retroceso de los perdedores.
3. Selección activa de valores: Una visión de selección de acciones más conservadora, concentrada en empresas capaces de generar una rentabilidad respetable gracias a la capitalización compuesta de ganancias sostenibles. Se basa en la creencia de que muchas de las empresas superestrella actuales no serán necesariamente las del mañana, con lo que los inversores deberían buscar compañías con beneficios firmes y consistentes que puedan reinvertirse en busca de crecimiento futuro.
Aunque cada una de estas perspectivas tiene sus méritos, los equipos de renta variable de la gestora prefieren el enfoque de selección activa de valores. “Lo hacemos porque nos permite construir carteras concentradas empleando nuestras mejores ideas, integrando consideraciones de inversión –como la tasa de crecimiento compuesto y prácticas de negocio sostenibles– que, en nuestra opinión, conducen a mejores resultados en nuestras carteras”, asegura.
Mirar más allá de las estrellas
Según BNP Paribas AM, el tamaño de las empresas superestrella suele ocultar verdades incómodas, como una productividad escasa, vulnerabilidad o una innovación decreciente. Por ello, para los inversores con horizontes a largo plazo en busca de la próxima superestrella potencial, también puede tener sentido considerar compañías de pequeña capitalización (“small caps”) “con niveles elevados o rápidamente crecientes de productividad” y respaldadas por un crecimiento sostenible.
Lo esencial: la sostenibilidad
Sea cual sea el modo en el que optas por invertir en la economía de las superestrellas, el planteamiento general de inversión de la gestora consiste en mirar más allá de las necesidades inmediatas de hoy y hacia los desarrollos más importantes del mañana. “Para nosotros, esto se traduce en concentrarse en aquellas empresas que tienen potencial para generar rentabilidades y para poner en marcha prácticas de negocio sostenibles”, sentencia.