BlackRock refuerza su apuesta por la ISR. Actualmente, la firma gestiona 401.000 millones de dólares en su plataforma de inversión sostenible y tiene el objetivo de hacerla crecer hasta alcanzar el billón de dólares de activos en los próximos 10 años. En EMEA, los activos bajo gestión de la plataforma de inversión sostenible de BlackRock alcanzan los 301.000 millones de dólares, frente a los 135.000 millones de dólares de 2020.
Como reflejo de la mayor demanda de soluciones de inversión sostenible entre sus inversores, la gestora ha decidido mejorar su plataforma sostenible activa con el lanzamiento de la gama Broad ESG – Fundamental Equity Sustainable Suite, que incluye el lanzamiento de cinco nuevos fondos en EMEA que también están disponibles para los inversores de APAC. Según explica, se trata de una gama de renta variable regional compuesta por cuatro estrategias sostenibles amplias diferentes, y un fondo de renta fija de su gama Impact Investing.
“Esta gama de cuatro fondos está diseñada para satisfacer las necesidades de los clientes de soluciones de renta variable sostenible en las regiones clave”, explican desde la gestora. Los gestores de fondos identificarán e invertirán en empresas que son líderes o mejoran, así como facilitadores de la sostenibilidad, en toda la amplitud del mercado, con el objetivo de ofrecer rendimientos atractivos junto con resultados sostenibles medibles.
Esta gama comprende el BGF Emerging Markets Sustainable Equity Fund, que ofrece a los inversores una exposición al amplio, diverso y dinámico sector de la renta variable de los mercados emergentes. El fondo trata de identificar oportunidades incomprendidas e infravaloradas dentro del universo de empresas que se gestionan de forma sostenible.
En segundo y tercer lugar están el BGF European Sustainable Equity Fund, que invierte en empresas que pueden liderar un mundo más sostenible mediante la innovación y las mejores prácticas empresariales, y el BGF Developed Markets Sustainable Equity Fund, que invierte en un universo sostenible en toda la extensión de los mercados desarrollados, captando las tendencias que impulsan el capital público y privado hacia la transición y la eficiencia energética, la equidad social y la inclusión financiera, los productos y servicios sostenibles, y la salud y el bienestar.
Por último, dentro de las cuatro estrategias de renta variable, también ha lanzado el BGF US Sustainable Equity Fund, que tiene como objetivo invertir en las mejores empresas ESG de su clase, así como en facilitadores de la sostenibilidad, al tiempo que aprovecha el compromiso corporativo para identificar futuros líderes ESG.
En el espectro de la renta fija, BlackRock ha creado el BGF Emerging Markets Impact Bond Fund. Según explica, se trata de una estrategia de impacto en mercados emergentes que invierte en bonos verdes, sociales y de sostenibilidad (GSS, por sus siglas en inglés) con la intención de generar un impacto social y/o medioambiental positivo y medible junto con un rendimiento financiero. El fondo busca ofrecer aumento de capital e ingresos a largo plazo invirtiendo entre el 80 y el 100% en bonos GSS de mercados emergentes.
La gestora explica que aprovechar sus conocimientos de gestión activa ha sido fundamental para crear oportunidades de inversión sostenible para sus clientes, desde diseños ESG amplios hasta temas sociales y medioambientales específicos. “Como inversores activos y fundamentales, tenemos una visión a largo plazo. La sostenibilidad tiene que ver con el futuro y las empresas que miran al futuro y adoptan las mejores prácticas tienen el potencial de obtener mejores resultados a largo plazo. Al mismo tiempo, reconocemos que los clientes necesitan opciones de productos diversos y transparentes para alcanzar sus objetivos de inversión sostenible, por lo que seguimos innovando y ampliando nuestra oferta de sostenibilidad de renta variable fundamental, incluido el reciente lanzamiento de nuestra gama Core Sustainable”, apunta Becci McKinley-Rowe, codirectora de Renta Variable Fundamental de BlackRock.
Presentación de su nuevo informe
¿Cómo se puede lograr que la ESG impulse la rentabilidad potencial de las carteras? Según el último informe elaborado por BlackRock, la clave puede estar en los catalizadores y los datos empresariales orientados a la sostenibilidad. El documento concluye que ambos pueden ayudar a los gestores de inversiones activas a superar los índices de referencia tradicionales en la transición global hacia una economía de cero emisiones netas.
Se calcula que se necesitan entre 50 y 100 billones de dólares de inversión de capital para lograr la transición a una economía global de cero emisiones netas. En este sentido, el estudio de BlackRock muestra que, a medida que más empresas participan en el camino hacia la economía de cero emisiones netas durante este período de cambio económico de gran trascendencia, los inversores activos pueden encontrar cada vez más oportunidades con potencial para superar el mercado de renta variable tradicional de tres maneras: incorporando ideas sostenibles en sus estrategias de inversión, identificando catalizadores financieros relacionados con el clima e incorporándolos al proceso de inversión, y buscando oportunidades de inversión en tecnologías emergentes.
“Hemos sido claros en nuestra convicción de que los criterios de sostenibilidad tienen impactos materiales en los rendimientos de las inversiones, y nuestra última investigación refuerza nuestra tesis. La clave de la gestión activa es nuestra capacidad para identificar sistemáticamente empresas y puntos de datos que puedan ayudarnos a generar alfa en las inversiones. La incorporación de la analítica de la sostenibilidad es un componente cada vez más importante para evaluar el potencial de las empresas y las tecnologías como fuentes de rentabilidad”, explica Rich Kushel, director general y responsable del Grupo de Gestión de Carteras de BlackRock.