Desde que anunció su jubilación y abandonó su cargo en Janus Henderson Investors poco se había oído hablar de Bill Gross, pese a ser uno de los inversores más importantes del sector financiero. Lo que había trascendido es que Gross se retiraba para centrarse en la gestión de su patrimonio personal y de la fundación filantrópica de su familia.
Pero ayer, durante a una entrevista concedida en Bloomberg, Gross se abrió con sinceridad y compartió con la audiencia que está diagnosticado del síndrome de Asperger, un trastorno de la personalidad dentro del espectro del autismo. Como él mismo relató durante la entrevista, vivió la mayor parte de su vida sin darse cuenta de esa condición y ahora cree que eso ayuda a explicar no solo por qué fue un inversor tan exitoso durante tanto tiempo, sino también el tipo de trato que ha tenido con las personas de su entorno.
El inversor, que en ocasiones ha sido acusado de antipático y rudo en las relaciones con otros profesionales, se mostró muy constructivo respecto a este diagnóstico y destacó que, a lo largo de su vida profesional y personal, ha intentado que el trastorno de Asperger no le defina como persona. “Me siento orgulloso porque he aprendido mucho sobre mí”, apuntó durante la entrevista refiriéndose a que no tiene ningún motivo para avergonzarse.
Pese a su diagnóstico, Bill Gross ha sido una de las personas más brillantes del sector financiero. Gross, de 74 años, ha sido un pionero en la industria de renta fija durante más de 40 años. Fue co-fundador de PIMCO en 1971, y managing director y CIO de la gestora. Se unió a Janus Henderson en 2014 (Janus Capital por entonces) para gestionar los fondos Janus Henderson Global Unconstrained Bond y sus estrategias relacionadas, incluyendo una exitosa estrategia institucional de retorno absoluto.