Tras argumentar a favor de la renta básica universal y advertir sobre los mercados de alto riesgo, el gurú de la renta fija, Bill Gross, vuelve este mes a la carga en su carta mensual para afirmar categóricamente que la edad de oro de la industria financiera ha llegado a su fin. No es que esta sea la primera vez que lo dice, pero el título de la columna ‘Bon Apetit!’ (¡Buen provecho!) deja entrever algo de sorna en el análisis que realiza, “mientras observo el Océano Pacífico desde la planta catorce de las oficinas de Janus Capital”.
Y es que para el fundador de Pimco, todas las formas de ‘carry’ en los mercados financieros están comprimidas, lo que se traduce en precios artificialmente altos de los activos y una distorsión del riesgo futuro con respecto al potencial de rendimiento al que un inversor debe enfrentarse.
Hasta los “manager más experimentados reconocen que su ‘era’ ha sido magnifica pese a Lehman, el colapso del NASDAQ 5000, la crisis de ahorro y préstamos de principios de los 90 y demás. Pero este periodo de tiempo, que abarca más de 40 años y ha sido extraordinario no se va a volver a repetir”. De hecho, dice el experto, “hay más probabilidades de que una era como estos 40 años suceda en Marte que en el viejo planeta tierra”.
Para Gross, portfolio manager del Janus Global Unconstrained Bond Fund, el capitalismo ha entrado en una nueva era en este período post-Lehman Brothers debido a “inimaginables políticas monetarias y transiciones estructurales negativas que presentan un riesgo para las previsiones de crecimiento y la histórica pendiente ascendente de la productividad”.
“Está mi tesis en forma más compacta: Durante más de 40 años, la rentabilidad de los activos y la generación de alfa de los investment managers se han visto materialmente ayudadas por el descenso de los tipos de interés, la globalización del comercio, y una enorme expansión del crédito, es decir, de deuda. Estas tendencias están llegando a su fin aunque sólo sea porque en algunos casos no pueden ir más allá. Esos rendimientos históricos se han conseguido a expensas del apalancamiento y el ‘carry’ para producir atractivos ingresos y ganancias de capital. Unos resultados como esos no se van a repetir”, explica en su carta mensual.
El «quid de la cuestión» es para el ex co-fundador de PIMCO y ahora parte de Janus Capital Group, que el ‘carry’ en cualquiera de sus formas parece ser muy bajo en relación con el riesgo. “Lo mismo ocurre con la renta variable y el sector inmobiliario o cualquier activo que tenga un PER, tasa de capitalización, o este ligado a un valor presente por el descuento de flujos de caja futuros. Para ocupar el futuro «ático» del mercado de inversión, los gestores de carteras de hoy, así como sus clientes, tienen que empezar a mirar en otra dirección”, explica.
“Los rendimientos van a ser bajos, , el riesgo será alto y en algún momento el «inversor inteligente» debe ser consciente de que estamos en una nueva era que exige un enfoque diferente. ¿Duraciones negativas? ¿comprar en vez de vender la volatilidad? ¿Permanecer líquido con grandes cantidades de dinero en efectivo? Estas son todas las posibles posiciones negativas de carry que en algún momento obtener ganancias o como mínimo preservar el capital. Sin embargo, el actual contexto exige, para Gross, aceptar algunos activos positivos de carry con la menor cantidad de riesgo”, concluye.