Desde que el Grupo Santander aterrizara en el mercado brasileño con la compra de Banco Geral do Comercio en 1997 y la compra de Banco Real en el 2007, el banco ha sobrevivido a la devaluación del real brasileño en 1999 y a una situación cercana a la quiebra en 2002. En el presente, mientras algunos inversores han optado por retirarse de una economía en sumida en recesión, haciendo que la crisis se perpetúe, Ana Botín, presidenta del banco, está dando al país un voto de confianza, según publica una reciente entrevista en Bloomberg.
“En Brasil han tomado el camino de la reforma, tomando decisiones tomando duras decisiones que no son fáciles para la gente, no son fáciles para la economía, y esto es lo que está pasando en estos momentos” comenta Ana Botín. Aunque considera que un escenario muy negativo, en el que la economía brasileña pueda entrar en una fase de estancamiento es posible, anticipa un retorno a la senda de crecimiento en el siguiente año. Lo que podría representar para el grupo un enorme giro con respecto a los resultados de este año.
El real brasileño ha caído cerca de un 36% en lo que va de año, los mercados de renta variable y renta fija también han sufrido fuertes caídas. Recientemente el gobierno anunció una rebaja en sus previsiones, esperando que la economía disminuya un 2,4% al cierre de año. Por su parte, la presidente Dilma Rousseff trata implementar recortes en el déficit presupuestario a través del congreso para demostrar confianza a los inversores y detener la fuga de capitales que se está produciendo en el país. A la vez que lucha por evitar su destitución por su participación en un caso de corrupción en el que está involucrada la compañía estatal Petrobras.
El Grupo Santander espera ver su resultado afectado por las depreciaciones de las divisas en América Latina. El precio de la acción ya ha acusado las crecientes preocupaciones por un menor crecimiento global y por la salida de los inversores en los mercados emergentes, con una caída de un 32% en lo que va de año. Aún así, Ana Patricia Botín está convencida de que la presencia en mercados desarrollados y emergentes del Grupo Santander, permitirá obtener al banco español una mayor estabilidad en su cuenta de resultados. La mitad de los beneficios del grupo son obtenidos de mercados desarrollados como Reino Unido, Estados Unidos, España y Alemania, mientras que la otra mitad procede de mercados emergentes, siendo Santander Brasil una quinta parte de los resultados. “Si las cosas empeoran, deberíamos hacerlo mejor que la competencia. Nos afectará, pero menos que al resto” comenta Ana Botín.
Entre los pronósticos para el año que viene, la presidenta de la entidad bancaria española no espera cambios tan dramáticos como en sus primeros 12 meses al frente del banco, en los que Ana Botín amplió capital a principios de enero y reemplazó la cúpula directiva de Estados Unidos, España, Reino Unido y Brasil. Adelanta que el banco permanecerá enfocado en potenciar los beneficios y los ratios de capital y en crecer en número de clientes, sin dar prioridad a las adquisiciones.
En el mes de agosto, el Grupo Santander estuvo en conversaciones para adquirir la unidad de HSBC Brasil, pero Banco Bradesco consiguió cerrar la compra, añadiendo 146.000 millones de reales brasileños a sus activos. Como parte de los cambios que ha implementado Ana Botín desde su llegada a la presidencia del grupo, Sergio Rial fue nombrado presidente ejecutivo de la unidad brasileña a principios de septiembre, sustituyendo a Jesús Zabalza, que había estado en el cargo desde abril 2013.