El número de individuos con un elevado patrimonio neto (HNWI) creció un 6,3%, superando el umbral de los 20 millones, mientras que su patrimonio aumentó un 7,6% en 2020, hasta alcanzar los casi 80 billones de dólares. Impulsada por la subida de los mercados de renta variable y los estímulos gubernamentales, Norteamérica superó a Asia-Pacífico (APAC) y se convierte en el líder en 2020 tanto número de grandes fortunas como de su patrimonio. Unos datos que proporciona el World Wealth Report (WWR) de Capgemini, un estudio que analiza la evolución de la riqueza global en el último año y las tendencias e influencias de las grandes fortunas en el último cuarto de siglo.
En 2020, el segmento de los ultramillonarios lideró el crecimiento global de la población y el volumen de riqueza de las grandes fortunas, con un 9,6% y un 9,1%, respectivamente, mientras que los millonarios próximos y los millonarios de nivel medio tuvieron un crecimiento de la población y de la riqueza menor, en torno al 6% y el 8%, respectivamente.
Según el informe, las grandes fortunas se han involucrado más en sus inversiones en los últimos 25 años, y ahora buscan apoyo de asesoramiento. A medida que los agentes tecnológicos siguen entrando en el ámbito de la gestión de patrimonios, las empresas de gestión de patrimonios deben avanzar hacia el asesoramiento tecnológico y hacia modelos de negocio hiperpersonalizados. Cuando el COVID-19 trajo consigo la tercera crisis económica mundial del siglo XXI, las enseñanzas de la burbuja tecnológica de 2002 y la crisis financiera mundial de 2008 siguieron señalando la tendencia de autodirigir las inversiones en un mercado en alza, pero durante la crisis y ante la volatilidad del mercado, vuelven a buscar asesoramiento.
Las capacidades de asesoramiento híbrido basadas en la interacción humana y las herramientas digitales son clave
Los avances tecnológicos, los cambios en la dinámica social, los nuevos agentes del ecosistema, la democratización de la gestión de las inversiones y el auge de los canales y activos digitales, influirán en el éxito o el fracaso de las empresas de gestión de patrimonios en el futuro. Las grandes fortunas actuales están interesadas en modelos híbridos y buscan cada vez más una combinación de interacción digital y directa.
El 34% de los HNWIs dice estar aprovechando activamente los servicios de WealthTech. Además, las firmas de gestión de patrimonios consideran que las WealthTechs con experiencia en el ciclo de vida de los consumidores son colaboradores idóneos que pueden mejorar sus capacidades, su alcance y su capacidad de respuesta a las tendencias del mercado. Las dos razones principales, identificadas por los participantes en la encuesta ejecutiva, para asociarse con las WealthTechs son: obtener acceso a nuevos segmentos de clientes y proporcionar ofertas nuevas y únicas para los clientes.
«El sector de la gestión de patrimonios debe ampliar sus fronteras para la atención de los clientes y prestar un mejor servicio a las grandes fortunas acostumbradas a la comodidad y la personalización de BigTech», afirma Anirban Bose, director general de la Unidad de Negocio Estratégico de Servicios Financieros y miembro del Consejo Ejecutivo del Grupo Capgemini. «Invertir en tecnología y talento es una necesidad crítica para que las empresas de gestión de patrimonios mantengan su cuota de mercado a medida que las WealthTechs siguen creciendo, y se avecina la entrada de las BigTech en el espacio».
La adopción de habilidades tecnológicas y la reconversión del talento impulsarán la transformación
En medio de un proceso disruptivo cada vez más rápido, las empresas de gestión de patrimonios pueden crear modelos operativos resistentes y ágiles invirtiendo en tecnologías como la nube, las APIs y los microservicios. Aunque la reputación del sector, en cuanto a conocimientos y experiencia, sigue siendo su principal punto fuerte, las empresas tendrán que incorporar conocimientos basados en datos a sus estrategias de inversión y de captación de clientes. El rendimiento de las inversiones seguirá siendo primordial, pero las empresas también tendrán que centrarse en ofrecer valor, así como opciones ambientales, sociales y de gobierno corporativo (ESG).
La gestión de patrimonios ha sido y sigue siendo un negocio basado en las relaciones. Dado que los perfiles de los clientes de la gestión patrimonial evolucionan rápidamente para incluir a los millennial y a la Generación Z, a las mujeres y a las familias no tradicionales, entre otros, las empresas deben formar a sus asesores y a su personal para que puedan satisfacer las expectativas y los comportamientos de clientes de segmentos más diversos. Según el informe, el camino a seguir consiste en contratar y habilitar digitalmente a una plantilla de asesores heterogénea, al tiempo que se capacita el personal para que pueda relacionarse con una variedad de segmentos de clientes. Sin embargo, el 63% de los asesores encuestados afirma no estar satisfecho con los esfuerzos de su empresa de gestión patrimonial para proporcionar herramientas/formación que permitan satisfacer las cambiantes necesidades de los clientes.
Para satisfacer las expectativas de los HNWI, las empresas también necesitarán estrategias de BigTech con hiperpersonalización, ofertas para diferentes estilos de vida e interfaces intuitivas integradas para mantener la relevancia entre una base de clientes diversa.
Cambios en el sector y en los clientes que favorecen la diversificación en la gestión de patrimonios
Con el actual repunte del mercado bursátil, las grandes fortunas también buscan diversificar su cartera con inversiones alternativas. La inversión sostenible está madurando, ya que el 43% de los ultramillonarios y el 39% de las grandes fortunas más jóvenes (edad ≤40 años) es propenso a solicitar una puntuación ESG para los productos ofrecidos por su empresa. Además, el 72% de individuos con grandes fortunas encuestados afirma haber invertido en criptomonedas y el 74% en otros activos digitales como nombres de dominio de sitios web o aplicaciones. Las sociedades de adquisición con fines especiales (SPAC) son cada vez más populares, mientras que los tokens no fungibles (NFT) están ganando poco a poco credibilidad como activos.