Los mercados financieros chinos, tanto de renta fija como variable, están inmersos en un proceso de apertura sin precedentes y se han ampliado de tal forma que resultan demasiado grandes para ser ignorados por los inversores; además, deberían considerarse una clase de activo como tal. Así lo defendieron Christina Chung, responsable de Renta Variable China, y Dianna Enlund, especialista de producto senior, de Allianz Global Investors, en el marco de la conferencia anual de la gestora celebrada recientemente en Berlín.
“Hoy el universo de renta variable en China se ha ampliado de forma masiva, con una creciente importancia de los sectores de la nueva economía, como la tecnología e Internet. China cuenta con firmas listadas en Hong Kong, EE.UU., y en el continente (Shenzhen y Shanghai), que ya ofrece acceso a los inversores internacionales”. En total, Chung habla de más de 4.000 firmas y 10 billones de dólares, en lo que ya es el segundo mercado por capitalización del mundo.
Mayor presencia en los índices mundiales
Y a pesar del tamaño, el peso de este mercado en los índices globales de renta variable aún es muy bajo, algo que cambiará con la inclusión del mercado doméstico en el MSCI, un primer paso que ya se ha dado hace unos días: “El mercado chino está infra representado por la accesibilidad, pero China sigue abriendo sus mercados”, recuerda Chung. De hecho, la mayoría de firmas domésticas y de acciones A, dice, ya son invertibles para los extranjeros… y esa es la clave. “Las condiciones para la inclusión en el MSCI están ahí: la mayoría de problemas se han resuelto”, explica la experta. Entre los problemas pendientes, está el del “competitive cross” (es decir, si algún otro mercado de fuera quiere introducir en China algún producto o instrumento financiero, pues hay que tener en cuenta que China aún no permite las posiciones cortas): “Hay que entender que el mercado aún está en las primeras fases de desarrollo y la regulación quiere asegurarse de que no se introduce una volatilidad excesiva, pero las condiciones clave –la accesibilidad- ya son una realidad”, añade. Y de ahí el primer paso que acaba de dar MSCI para la inclusión de algunas acciones A chinas en su índice de acciones emergentes.
Lo mismo ocurre con el mercado de renta fija local, que espera la inclusión en los índices de deuda pero actualmente están en proceso de asegurar la operativa y apertura de los mercados. En este sentido, Enlund destacó por qué el mercado de bonos chino está ganando importancia como clase de activo imposible de ignorar (es un mercado en crecimiento, que suma ya 9 billones de dólares y que en 2020 será el segundo mayor del mundo tras EE.UU.), y que parte de unos niveles muy bajos de participación extranjera (en torno al 3%), algo comprensible debido a las dificultades históricas de acceso al mercado (la primera concesión de licencias internacionales para invertir en el mercado doméstico fue en 2002, con un programa que tardaba en otorgar licencias de 18 a 24 meses; a finales de 2011 llegó otra reforma, con un mayor acceso al mercado de bonos domésticos pero con necesidad de cuotas –con tiempos estimados de nueve meses- y algunos controles de repatriación).
Pero el acceso está mejorando y esos esfuerzos de apertura son los que también conducirán a la inclusión del mercado doméstico en los índices mundiales: “La diferencia ahora es que el ritmo se está accelerando: en febrero de 2016 se aprobó el acceso directo sin cuotas, y en mayo y octubre se eliminaron otras restricciones de forma que ahora se puede acceder al mercado sin cuotas ni controles”, explica. A finales de 2016, aún había algunas preocupaciones (no se podían cubrir ni divisas ni tipos de forma efectiva en los mercados domésticos porque era necesario acudir al renminbi offshore), de forma que en febrero de este año se anunció también el acceso a los mercados onshore de derivados sobre divisas y de futuros de bonos onshore (en abril), de forma que esas coberturas ya son posibles.
Para este año se espera además el China Bond Connect, otro canal para acceder sin cuotas al mercado doméstico, explica la experta. Esto facilitará su inclusión en los índices: según los cálculos de Citi, por peso de mercado China supondrá un 52,5% del índice Citi EM Global Bond y el 10% con China capada.
Diversificación y rentabilidad
Más allá de que China acabará teniendo un mayor peso en los índices mundiales y eso impulsará las inversiones en estos mercados, hay otras razones para apostar por su renta fija y variable: “El mercado de bonos chino ofrece un amplio abanico de oportunidades y beneficios de diversificación”, dice Enlund. Así, el 90% de los inversores se centran en la deuda pública (ante la desconfianza en los ratings) , pero hay oportunidades más allá, en las notas y la deuda corporativa, o segmentos como los bonos “panda” (títulos nominados en renminbis que colocan las economías a entidades financieras chinas y que luego son vendidos en su mercado) o los bonos verdes -green bonds- (en estos últimos, China es el mayor emisor del mundo).
“El mercado de deuda chino empieza a abrirse de verdad, con oportunidades que ofrecen diversificación a los inversores globales y de largo plazo. También hay riesgos, pero está claro que el futuro de los mercados financieros globales pasa por la inclusión y los inversores tendrán que decidir cómo incluir a China a largo plazo en sus carteras globales”, apostilla la experta en deuda.
En renta variable, ocurre lo mismo, con grandes oportunidades que no se pueden ignorar y unas valoraciones atractivas y razonables frente a los históricos. Dentro de este mercado, y consciente de los cambios hacia la nueva economía que poco a poco se van reflejando en los índices (con mayor peso de nuevos sectores como Internet o el comercio online, que crecen de forma más rápida y se han encarecido más), Chung busca oportunidades selectivas en la nueva economía (pues el precio es mayor, en sectores como consumo, tecnología y servicios) y, en los sectores de la vieja economía, más baratos, busca oportunidades en líderes domésticos, aunque no sean muy conocidos fuera y jugando también el tema de la consolidación. “China sigue estando infra representado en los mercados globales y ofrece un gran potencial de rentabilidades a lo largo del tiempo”, resume.
¿Demasiado apalancamiento?
En cuanto al apalancamiento, una de las principales preocupaciones en este mercado, matiza que China ha de encontrar nuevos catalizadores de crecimiento más allá de la deuda, a través de reformas y la búsqueda del equilibrio económico, algo que ya está ocurriendo (con el proceso de reformas, desregulación y equilibrio de la economía para buscar nuevas fuentes de crecimiento). Una transición que rebajará el crecimiento pero hará que mejore la calidad de los activos.
Además, cree que los riesgos sistémicos están contenidos, porque China cuenta con un “sistema bancario único”, con empresas y gobiernos locales endeudados y la deuda concentrada de forma interna –de forma que no hay un problema de deuda externa-, y donde los hogares cuentan con ahorros. “Aún hay sectores con potencial de aumentar su deuda… sobre todo las familias, que podrían pedir prestado para consumir más, contribuyendo al equilibrio económico buscado en el país”, concluye Chung.