En opinión de Steffen Hoerter, responsable global de ESG de Allianz GI, la inversión con estos criterios ha dado grandes pasos en la industria de gestión de activos, tanto a la hora de presentar una oferta sólida como de lograr una rentabilidad atractiva. Europa lidera la implementación de la inversión ESG, que ahora comienza a desarrollarse con más fuerza entre los inversores individuales.
“Es muy impresionante la fuerza que está tomando la inversión ASG en el ‘mainstream’ tanto en España como en el resto de Europa, y estamos muy satisfechos de participar en las iniciativas que la están impulsando, como es el caso de Spainsif”, apunta Hoerter. A la hora de analizar el momento que vive la ASG en la industria y teniendo en cuenta sus más de diez años de experiencia en este ámbito, señala que se ha producido un salto de la visión teórica a la realidad. “Recuerdo aquellas primeras investigaciones que hicimos sobre los riesgos medioambientales y sociales a la hora de elegir activos, y de cómo esto repercutía en el asset allocation. Ahora veo con orgullo que esa literatura se ha hecho realidad”, afirma.
Como ejemplo, destaca que, hace ya más de 20 años, Allianz GI fue una de las primeras firmas en lanzar un producto de inversión sostenible de renta variable. “Ahora contamos con numerosas estrategias y soluciones de inversión para todo tipo de inversores. Lo que nos ha llamado la atención es la velocidad con la que se ha ido desarrollando hasta llegar al punto de ser una demanda del propio inversor particular. Por nuestra parte y desde lo más alto de la dirección de Allianz GI, consideramos la sostenibilidad un ingrediente clave de la gestión activa”, insiste.
En su opinión, el interés por la inversión ASG por parte de los inversores se manifiesta de diversas formas: clientes que están más interesados en su uso como parte de la gestión del riesgo e inversores que quieren lograr un cambio real en el entorno más allá de obtener una rentabilidad. Pero insiste en que, en ambos casos, solo una gestión activa permite cumplir con estas dos interpretaciones de forma eficiente.
“Otro de los grandes cambios que hemos visto durante los últimos años es que las compañías han entendido la inversión ASG como una oportunidad para que sus negocios sean más sostenibles, tanto con su entorno como su proyecto empresarial. En este sentido, ser una gestora activa nos ha dado la posibilidad de estar al lado de las empresas y dialogar con ellas, convirtiendo al inversor en una pieza clave para el cambio”, defiende Hoerter.
Los próximos retos
Es cierto que es mucha la atención y popularidad que la inversión ASG ha logrado, pero aún quedan algunos aspectos que tienen que evolucionar más. Por ejemplo, la falta de visibilidad que se le da al factor social que está también presente en el acrónimo ASG. En este sentido, Hoerter reconoce que se habla menos de él, pero no quiere decir que se esté omitiendo.
“No podemos valorar el factor medioambiental si no tenemos en cuenta la parte social que conlleva. Está claro que la preocupación por el medio ambiente, y en particular por la lucha contra el cambio climático, es una urgencia y la inversión sostenible se ha movido claramente en este sentido. Pero sin duda, cuando hablamos de que vamos hacia una transición en la economía, estamos valorando también el impacto social que esto tendrá”, explica.
El segundo punto donde veremos madurar la industria será en la definición de su oferta de producto. Desde Allianz GI reconocen cómo cada vez se exige, tanto a las gestoras como a los distribuidores, más claridad y transparencia sobre qué soluciones de inversión son sostenibles. En su opinión, esto es algo que continuará y que estará impulsado por la regulación que nos rodea. “Vamos hacia un horizonte en el que cada vez estará más diferenciado qué fondos tienen una gestión del riesgo que tome en cuenta criterios sostenibles; cuáles buscan generar un impacto; y cuáles siguen una metodología de inversión socialmente responsable. Lo importante será ser muy transparente con los objetivos de inversión, el proceso y la información que se dé a los clientes, así como tener claros los principios de cada uno de los productos.
Según su punto de vista, esto es algo que ocurrirá no sólo en Allianz GI, sino que será una tendencia para toda la industria. “Un producto no lo podrá ser todo. En este sentido, nosotros somos muy conservadores a la hora de desarrollar nuestra oferta de productos porque somos muy estrictos con todo lo que sacamos. Por eso mantenemos diferenciada, de forma muy clara, qué fondos son de impacto, cuáles integran factores ASG, cuáles de megatendencias, cuáles de ISR..etc.”, añade.
Por último, señala que, para dar respuesta a la realidad del sector, la tendencia será ir poniendo nombre y desarrollando un concepto común para la industria y los inversores sobre lo que son la inversión sostenible, los criterios ASG o la inversión de impacto, y cita como ejemplo la taxonomía sobre medio ambiente desarrollada por la Unión Europea.