La industria global de activos acabó 2019 con un optimismo que le ha permitido enfrentarse al gran desafío que está suponiendo el COVID-19 y el impacto que está teniendo en los mercados. Según el último informe de Boston Consulting Group (BCG), en 2019, los activos bajo gestión de la industria crecieron en 89 billones de dólares, es decir, un 15% respecto al año anterior.
Tras un 2018 duro, en el que los activos bajo gestión de la industria disminuyeron en 2 billones de dólares, las gestoras y firmas de inversión lograron volver a crecer en 2019. El segmento que lideró este crecimiento fueron los clientes retail, cuyos activos bajo gestión aumentaron un 19%, mientras que los activos de los inversores institucionales lo hicieron un 13%.
Si analizamos la distribución geográfica, América del Norte fue la región del mundo que mostró el mayor crecimiento de activos, un 19% (por valor de 7 billones de dólares), gracias a que es zona donde la industria es más grande, pero también por el gasto en consumo, el bajo nivel de desempleo y las políticas de QE. Por su parte, China fue el segundo mercado más grande y relevante de la industria. “Los activos bajo gestión en China crecieron en torno al 10% en 2029 impulsados por el inversor retail”, apunta el informe en sus conclusiones.
Es cierto que los nuevos flujos de activos netos sin precedentes dibujaron un panorama alentador de cara a la demanda que hay por parte de los inversores. El inversor individual representó el 42% del crecimiento de los activos y los inversores institucionales el 48%, lo que suponen un crecimiento muy superior al registrado el año anterior, en torno al 19% y 13%, respectivamente. “El comportamiento del mercado ha sido el principal impulsor del crecimiento de los activos bajo gestión en 2019, en todas las regiones”, aclara el documento.
Respecto a los flujos, BCG destaca que la entrada netas representan el 3,4% de los activos bajo gestión, es decir 2,6 billones de dólares, al principio del año. La fuente de estos flujos fue la mayor demanda por parte del inversor individual de productos para invertir. “El inversor retail mostró este interés porque su riqueza personal ha aumentado, porque las condiciones del mercado eran alentadoras y porque ha mejorado el acceso a las plataformas y vehículos de inversión”, explica el informe.
La oportunidad de los alternativos
Sin embargo, incluso cuando los mercados estaban en alza y los flujos de activos batían récords al convertirse en los más altos en la última década, la industria de gestión de activo se ha enfrentado a una sería de retos que aún continúa. El informe identifica principalmente dos: el horizonte de bajos tipos de interés y la presión sobre costes. Este binomio pasó factura a las firmas de inversión, que vieron cómo su rentabilidad marginal menguaba.
Estas tendencias siguen presentes en 2020, por lo que las gestoras tendrán que mejorar su capacidad para captar dinero nuevo y también ser más rentables, por ejemplo, realizando cambios estructurales en su negocio, innovando en sus productos, en sus costes, o buscando estrategias de crecimiento.
Junto con estos dos retos, el informe identifica una clara oportunidad: los activos alternativos. “Esta categoría comprende casi la mitad de todos los ingresos de la gestión de activos globales, a pesar de representar solo el 16% de los activos bajo gestión. Esperamos que los activos alternativos ya sean el 50% de los ingresos globales en 2024. Uno de los vientos de cola que impulsan este crecimiento es el aumento de los perfiles de rendimiento no tradicionales para algunas subcategorías de productos”, indican las conclusiones del documento.
En este sentido, desde BCG matizan que no todos los activos alternativos tienen el mismo atractivo ni representan la misma oportunidad. Los activos de los mercados privados -incluyendo private equity, real estate, infraestructura y deuda privada- han aumentado un 9% desde 2008, y ahora representan el 60% de los ingresos en alternativos. En cambio, ha disminuido el crecimiento de los activos de los hedge funds, ya que los rendimientos que han ofrecido durante la última década no han sido muy atractivos.
La industria del futuro
Con estos retos y oportunidades sobre la mesa, las gestoras tendrán que mejorar también su propuesta de valor, por ejemplo apostando por la tecnología, por la mayor experiencia de sus gestores o por la especialización. A nivel de negocio, será muy relevante la escalabilidad de las compañías.
“En la próxima gran ola de competencia, los actores de la industria necesitarán ofrecer una experiencia, más allá de la relación coste/rendimiento, para que el cliente sienta que se le está dando un valor añadido. Con ese fin, las empresas que lideran la distribución están mejorando su negocio a través de la tecnología. Están creando una inteligencia comercial basada en datos que ayuden a la organización a comprender mejor las necesidades de los clientes”, apunta el informe en sus conclusiones. Esta tendencia se suma a otras que ya están en marcha, como la inversión ESG o la personalización de las soluciones de inversión.
De cara a 2020, que no está siendo un año fácil, el informe espera que los inversores se vuelvan más juiciosos y cautos a la hora de confiar sus activos. Por eso, “las gestoras que prosperen y tengan éxito serán aquellas que sepan innovar y evolucionar para adaptarse a las nuevas realidades que se avecinan”, argumenta en sus conclusiones.