La conversación sobre la gestión activa o pasiva no tiene que ser un debate. Es mejor que esos se dejen para los políticos. Como dice Michael Roberge, co-CEO de MFS, en un artículo de opinión publicado del 18 de octubre en The Wall Street Journal, los inversiores pueden elegir ambos. Y es posible que deseen tener en cuenta las dos, dado los beneficios potenciales de la diversificación de tener parte de gestión activa y parte de pasiva en sus carteras.
Con la gestión activa enfrentándose a fuertes críticas últimamente, Roberge arroja algo de luz sobre el asunto y explica cómo reconocer un manager con talento es clave para disfrutar de ambos estilos de gestión. También argumenta convincentemente sobre las capacidades activas de gestión de riesgos y la importancia del exceso de retorno en un contexto como el actual, lleno desafíos a la hora de encontrar rentabilidades.
Los inversores lo saben. En una reciente encuesta realizada por MFS, casi tres cuartas partes de los inversores profesionales que contestaron al sondeo en Estados Unidos citó una gestión de riesgos fuerte como un criterio importante al seleccionar inversiones gestionadas activamente.
La gestión pasiva también tiene su lugar. La activa sus ventajas. Y por eso, hay algunos méritos reales para contar con una cartera «bipartidista».
Estas son algunas de las principales ideas que el co-CEO de MFS desarrolla en su artículo:
- Es cierto que los flujos hacia estrategias pasivas se han acelerado. Sin embargo, los asesores norteamericanos siguen asignando el 70% de los activos de sus clientes a estrategias de inversión activas, según otra reciente encuesta de MFS. Los flujos de inversión pueden ser volátiles y no siempre son un buen barómetro para los cambios a largo plazo en el sentimiento del mercado.
- La mayoría puntos a favor de la gestión pasiva apunta a la incapacidad del manager medio de batir consistentemente al índice de referencia. Y aunque eso podría ser cierto para muchos gestores, hay otros que superan sistemáticamente a sus índices de referencia en un ciclo de mercado completo. Pero, ¿cómo distinguir entre el más talentoso y ese otro gestor medio? Realmente se reduce a la convicción y la gestión de riesgos.
- Los inversores atrapados en el debate sobre la gestión activa o pasiva deben comprender los problemas, pero mantenerse enfocados en el resultado. Las rentabilidades del mercado pueden parecer atractivas. El exceso de retorno importará más. Y la gestión de la desventaja es esencial. A largo plazo, es probable que gane una cartera ‘bipartita’.