El calendario completo y el alcance de la decisión del Reino Unido de salir de la Unión Europea son inciertos y podemos tardar meses en conocerlos, pero muchas empresas británicas están comenzando a reevaluar diversos aspectos de su negocio. Según un trabajo publicado por The Boston Consulting Group, las empresas de private equity tendrán que intensificar sus due diligences y aceptar un riesgo adicional en las inversiones a realizar en Reino Unido. Pero la ruptura también ofrece una oportunidad.
En opinión de la consultora, las empresas de private equity tienen notables ventajas sobre los adquirentes corporativos y OPVs durante periodos de cambio. Combinan capital abundante con un sentido de urgencia, pero sus horizontes de inversión a más largo plazo les permite adquirir compañías en tiempos de incertidumbre. Se tenga el objetivo de la eficiencia operacional, de invertir para crecer, adquirir o realizar un spinoff, las empresas pueden moverse de manera más agresiva dentro del private equity que bajo propiedad corporativa o independiente.
Los sectores más prometedores
Es importante tener en cuenta que algunos sectores se verán probablemente poco efecto de Brexit, independientemente de cómo evolucione este. El atractivo de ellos para el private equity dependerá de sus tasas de crecimiento y del potencial del valor que puede ser añadido por transformación o consolidación.
Entre los sectores susceptibles de ser afectados por el Brexit, el informe identifica cuatro de particular interés para las empresas de private equity, así como varios sectores secundarios. “Las más prometedoras son las empresas que dependen en gran medida del comercio con la Unión Europea, la fuerza laboral o la regulación”, explica.
Los cuatro sectores más interesantes en opinión de Christopher Moxon, Antoon Schneider, y Philippe Morel, autores del trabajo, son el de la distribución industrial, las clínicas médicas privadas y laboratorios, la fabricación aeroespacial, y los servicios de empleo y reclutamiento.
“Las empresas de todos estos sectores se enfrentarán a riesgos sustanciales en este momento de incertidumbre y volatilidad. Pero las empresas de private equity, especialmente aquellas enfocadas a agregar valor a las operaciones, están preparadas para ayudarlas a tener éxito. Los compradores corporativos, por el contrario, suelen estar limitados por la presión de asegurar la estabilidad de los ingresos a corto plazo. En cuanto al mercado de las salidas a bolsa, la turbulencia actual atenuará la demanda de todos los activos, excepto los más fuertes”, dice el trabajo.
Además, la investigación también muestra otras áreas atractivas para el private equity, como son la venta al por menor no alimentaria; los proveedores agrícolas; los productos químicos especiales y la gestión de activos.
Con respecto a la gestión de activos, la consultora opina que, al igual que otras áreas de los servicios financieros, este sector podría verse duramente golpeado si las firmas movieran su actividad de Londres a otra ciudad europea. Ya se estaba desacelerando antes de Brexit, y ahora muchos bancos se están retirando del mercado. Pero con el Banco de Inglaterra manteniendo los tipos de interés en torno a cero, los inversores seguirán buscando gestoras que puedan ofrecer mayores rendimientos. La mejor oportunidad para el private equity aquí pueden ser las empresas de gestión de activos de nicho.