A pesar de este contexto volátil, las inversiones alternativas han experimentado un crecimiento continuo. Los activos alternativos bajo gestión aumentaron de 13,3 billones de dólares a finales de 2021 a 17,6 billones a mediados de 2024 y se espera que alcancen los 29,2 billones en 2029. La industria no solo es más grande que antes, sino que también es cada vez más diversificada y sofisticada, difuminando y fusionando los límites entre los segmentos financieros tradicionales.
Según revela EY en su informe “The EY Global Alternative Fund Survey”, basado en una muestra de 400 gestores de fondos alternativos e inversores institucionales, estamos ante un panorama de crecimiento sólido en términos de patrimonio, respaldado por altos niveles de satisfacción de los inversores y ambiciosos planes de expansión por parte de los gestores de fondos alternativos en Norteamérica, Europa y Asia-Pacífico.
“Las previsiones de expansión también son positivas. Los gestores de fondos alternativos y los inversores que confían su capital a ellos esperan que los próximos años traigan un crecimiento continuo y mayores asignaciones de activos. Se considera que la infraestructura, el private equity y los fondos de secundarios son algunas de las clases de activos con mayor potencial para el futuro”, apunta el documento.
Según reconoce la consultora, uno de los hallazgos más sorprendentes de la encuesta es el papel crucial que los inversores individuales y sus fondos de capital privado están desempeñando como nueva frontera de crecimiento en la industria.
Según reconoce la consultora, uno de los hallazgos más sorprendentes de la encuesta es el papel crucial que los inversores individuales y sus fondos de capital privado están desempeñando como nueva frontera de crecimiento en la industria. Además, consideran relevante que la demanda de mayor accesibilidad es fuerte, pero la democratización del sector también plantea desafíos. Para EY, la necesidad de educación, cumplimiento normativo y eficiencia obligará a muchos gestores de fondos alternativos a realizar cambios significativos y de gran alcance en sus modelos de negocio.
A pesar de este contexto volátil, las inversiones alternativas han experimentado un crecimiento continuo. Los activos alternativos bajo gestión aumentaron de 13,3 billones de dólares a finales de 2021 a 17,6 billones a mediados de 2024 y se espera que alcancen los 29,2 billones en 2029. La industria no solo es más grande que antes, sino que también es cada vez más diversificada y sofisticada, difuminando y fusionando los límites entre los segmentos financieros tradicionales.
Según revela EY en su informe “The EY Global Alternative Fund Survey”, basado en una muestra de 400 gestores de fondos alternativos e inversores institucionales, estamos ante un panorama de crecimiento sólido en términos de patrimonio, respaldado por altos niveles de satisfacción de los inversores y ambiciosos planes de expansión por parte de los gestores de fondos alternativos en Norteamérica, Europa y Asia-Pacífico.
“Las previsiones de expansión también son positivas. Los gestores de fondos alternativos y los inversores que confían su capital a ellos esperan que los próximos años traigan un crecimiento continuo y mayores asignaciones de activos. Se considera que la infraestructura, el private equity y los fondos secundarios son algunas de las clases de activos con mayor potencial para el futuro”, apunta el documento.
Según reconoce la consultora, uno de los hallazgos más sorprendentes de la encuesta es el papel crucial que los inversores individuales y sus fondos de capital privado están desempeñando como nueva frontera de crecimiento en la industria. Además, consideran relevante que la demanda de mayor accesibilidad es fuerte, pero la democratización del sector también plantea desafíos. Para EY, la necesidad de educación, cumplimiento normativo y eficiencia obligará a muchos gestores de fondos alternativos a realizar cambios significativos y de gran alcance en sus modelos de negocio.
Los motores de crecimiento de la industria
A la hora de hablar de palancas de crecimiento, el informe apunta que la diversificación emerge como otro motor clave del crecimiento. “Muchos gestores de fondos alternativos buscan ampliar su gama de opciones de inversión y aprovechar mercados en auge, como el crédito privado, o nuevas tecnologías, como la tokenización. Para que la diversificación impulse el crecimiento y no solo la complejidad, serán fundamentales la creatividad, la interacción con los inversores y una estrategia clara”, explican el informe.
En este sentido, consideran que no es sorprendente que la inteligencia artificial (IA) sea un tema dominante en la optimización de modelos operativos y el aumento de la productividad. Según reconocen desde EY, las expectativas son altas y la inversión en IA está creciendo rápidamente, pero aún quedan muchas preguntas sin respuesta sobre su implementación. En algunos casos, los gestores de fondos alternativos y los inversores tienen expectativas sorprendentemente diferentes. “Para que la IA tenga éxito en este sector, serán clave los datos, el talento humano y el apoyo a los inversores”, matiza el informe.
La conclusión de EY: tres tendencias recurrente
A medida que los gestores de fondos alternativos y los inversores planifican su crecimiento rentable, el análisis de EY revela tres temas recurrentes: la necesidad de una estrategia clara; la importancia de la innovación; y la implementación de modelos operativos escalables, que optimicen la distribución, la tecnología, el talento, la transparencia y la confianza.
“La relevancia de estos factores se ve reforzada por la incertidumbre actual del mercado, que está generando un entorno competitivo cada vez más dinámico, caracterizado por crecientes desafíos estratégicos y operativos. De cara al futuro, vemos un posible desdibujamiento de los límites tradicionales, una mayor presión sobre las tarifas y la aparición de dinámicas asimétricas de mercado similares a las que han existido durante mucho tiempo en la gestión de activos tradicional”, argumentan.
Para sobrevivir y prosperar en este entorno dinámico, el documento de EY da un consejo muy claro a la par que complejo: las firmas deben abrazar la transformación sin perder las características que las hacen únicas, ni las capacidades que han impulsado su éxito hasta ahora.