Los expertos coinciden en que existe un gran desconocimiento acerca de la inteligencia artificial en la sociedad que se ha traducido en un miedo sin fundamentos ante esta tecnología. Durante un foro de debate organizado por Muy Interesante, José Luis Cordeiro, ingeniero del MIT ha advertido que “tenemos que preparar a la sociedad para la IA y los robots que vienen”. Sin embargo, ha especificado que la inteligencia artificial no va a ser como la inteligencia humana, a pesar de que algunos hagan esta comparación, y ha lanzado el siguiente ejemplo: “Los aviones vuelan, ¿verdad? No vuelan como un pájaro, pero vuelan. Los submarinos navegan, ¿no? No nadan como los peces, pero nadan. Por lo tanto, la IA va a ser distinta a la inteligencia humana, pero superior”.
Y es que la inteligencia artificial no es necesariamente la reproducción de la inteligencia humana. Las tecnologías de IA, están para mejorar la vida del ser humano. En el ámbito de la salud, al estudiar el sistema inmunológico, estas tecnologías son capaces de predecir enfermedades antes que los doctores; o existen ya sistemas para gente con incapacidad visual. Nuria Oliver, doctora por el Media Lab del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), incluso ha añadido que, «la IA cada vez tiene un papel más importante en nuestra vida y en nuestra sociedad y probablemente no consigamos sobrevivir como especie sin apoyarnos en ella”.
La ética y la inteligencia artificial, fuente de debate
La regulación se presenta como un asunto clave y primordial que debe dar una respuesta a los avances tan rápidos que experimenta la IA. El impacto de esta tecnología en la sociedad es enorme y, según Oliver, es importante contar con equipos multidisciplinares en los que no solamente estén implicados los expertos en informática y en IA, sino también aquellos expertos en ética, psicología, antropología, economía o derecho.
Esta idea ha sido apoyada por Marcelo Soria, responsable de estrategia de BBVA Data & Analytics que sostiene que la IA tiene que dejar de ser una disciplina de la ingeniería y pasar a ser una ciencia humanista, a la que enseñarle unos valores que tienen que ver con el ser humano, ya que, “sea una moda o no, vamos a tener que interactuar con ella”.
José Manuel Nieves, periodista especializado en ciencias y nuevas tecnologías del diario ABC, ha citado dos problemas éticos que afectan a la inteligencia artificial. El primero hace referencia a la disparidad de respuesta a preguntas éticas en base a la localización geográfica. En ete sentido, se pregunta: “¿Cómo vas a programar una máquina para que actúe de una manera si los humanos cambiamos según el área geográfica?”.
El segundo problema radica en la existencia de robots asesinos, de uso militar y se pregunta. “¿Cómo programamos eso, bajo qué criterios, a eso le llamamos inteligencia?”. Respecto a la supremacía de la IA frente a la humana, Nieves defiende que el ser humano tiene la capacidad de reacción instantánea a un estímulo del entorno, tomando decisiones más rápidas y acertadas que las de un robot.
La IA tiene numerosas aplicaciones, algunas de ellas ya son imprescindibles en nuestras vidas, pero esta tecnología evoluciona con rapidez y la cuestión más importante será si seremos capaces de desarrollar códigos éticos y regulaciones a tiempo y trabajar para que una revolución de estas características no nos pille desprevenidos.