La rentabilidad de la renta fija cercana a cero o, en muchos casos, en terreno negativo, es campo abonado para que los gestores de activos hayan empezado a buscar nichos de inversión que permitan ofrecer a sus clientes mayores retornos. Una de las apuestas que ha entrado con más fuerza en las carteras es la inversión alternativa y, en concreto, el private equity o capital privado. Esta clase de activo describe la inversión en el capital de compañías que no cotizan en bolsa e incluye una amplia variedad de tipologías: desde la inversión en nuevos proyectos empresariales (venture capital) a la inversión en empresas maduras (buyout) , pasando por las que se encuentran en una etapa de crecimiento y expansión.
Los inversores deben saber que cuanto más temprana sea la fase en la que se encuentra la compañía el riesgo que asuma al invertir en ella es mayor. Como explica Marta García Prieto, gestora de Private Equity de Renta 4, «invertir en compañías no cotizadas implica que no hay liquidez diaria y que no puedes deshacer tu inversión en el momento que quieras, pero no es muy diferente a invertir en bolsa. El miedo que tiene que perder el inversor es al gestor al que le da el mandato de gestión».
Desde Renta 4 apuestan por la inversión en private equity y, en concreto, cuentan con varios fondos para invertir en esta clase de activo. Uno de ellos es el Renta 4 Bewater I que invierte en compañías tecnológicas españolas en fase de crecimiento. «Es un fondo de emprendedores cuyo objetivo es ayudarles a dar un salto más cuando ya han demostrado su valía», explica García Prieto. El vehículo, que cuenta con el asesoramiento del empresario François Derbaix, ha invertido en empresas como Idealista, BlaBlaCar, Privalia o Self Bank.
Otro de los fondos, centrado en el mercado inmobiliario, es el GSA Coral, que invierte en residencias para estudiantes y que tiene la característica de ser el único de este tipo que ha invertido en el mercado japonés. Desde su lanzamiento ha ofrecido una rentabilidad anualizada del 6,84%.
Dentro de la inversión en infraestructuras y activos reales destaca el fondo Kobus Renewable Energy II, que invierte en parques eólicos y que prevé una rentabilidad de entre el 9% y el 11%.
España, país con potencial para el private equity
Con un 65% del PIB generado por pymes y un 89% de empresas familiares, España es un lugar idóneo, según Renta 4, para el desarrollo de la industria del private equity. De hecho, buena parte de los fondos de private equity internacionales han establecido su presencia en España en los últimos años. En concreto, en los últimos diez años el número de fondos de private equity extranjeros ha pasado de 25 a 167, superando a los nacionales. En números absolutos, el nivel de inversión en 2018 fue de 5.884 millones de euros, de los que el 73% corresponde a fondos internacionales. «Los extranjeros han descubierto que hay que estar en España para invertir en private equity porque hay mucho recorrido con un 95% de pymes en busca de financiación», argumenta García Prieto.
Sin embargo, los niveles de captación de fondos y de inversión aún están por debajo de otros países europeos. En total, en 2018 unos 4.000 millones de euros del ahorro anual de los españoles fue a parar a fondos de private equity, repartido entre fondos de capital riesgo (2.151 millones) y fondos de fondos españoles que invierten en fondos de private equity internacionales (2.000 millones). Teniendo en cuenta que los fondos captados por fondos de private equity españoles en los últimos 6 años sigue invertido, estaríamos asumiendo que hay unos 11.000 millones de patrimonio de familias españolas en estos activos. «Esto representa el 2% del patrimonio de la banca privada española cuando debería situarse entre el 5 y el 10%», señala García Prieto.
De momento el mayor interés en la inversión en private equity está llegando de los fondos de empleo. «Hay mucho interés y no ha habido ni una sola reunión con fondos de empleo en la que no nos hayan preguntado por esta clase de activo», asegura Antonio Fernández Vera, presidente de Renta 4 Gestora. Sin embargo, añade, a la hora de incorporarlo a su cartera, los fondos de empleo «dependen de los sindicatos, de si tienen o no un asesor independiente y de las comisiones de control que no están preparadas para tomar decisiones de inversión».