Coincidiendo con la vuelta al colegio, Prenomics, consultoría de data science, ha analizado los retos y oportunidades de la inteligencia artificial (IA) en la educación y ha detectado que, aunque la IA tiene el potencial para ofrecer una educación mucho más personalizada a los alumnos, todavía no acaba de consolidarse en el mundo educativo reglado.
El ámbito educativo tiene en las herramientas del big data y la inteligencia artificial un poderoso aliado para mejorar la eficiencia del aprendizaje. En concreto, Roger Agustín, director ejecutivo de Prenomics, destaca que una de las principales ventajas de implementar Learning Analytics, o analítica de aprendizaje, es la posibilidad de personalizar la educación: “Igual que Facebook o Google personalizan el contenido que muestran a cada usuario, la misma tecnología podría facilitar la personalización del programa educativo a nivel individual”. Esto hace posible un aprendizaje adaptado a cada alumno, facilita la retención de conocimientos y permite descubrir las motivaciones e intereses de cada estudiante.
En la otra cara de la moneda, implementar herramientas de inteligencia artificial y disponer de la información contenida en un “Learning Analytics System” también supone una oportunidad para los profesores. Tal como explica Agustín, esta tecnología puede ser un buen apoyo para los docentes, el centro educativo y otros agentes implicados (equipos pedagógicos o servicios sociales, entre otros) para ayudarles a detectar determinados riesgos que hasta ahora pasaban inadvertidos, tanto a nivel particular de algunos alumnos (fracaso escolar, por ejemplo) como en áreas de contenido determinadas como, por ejemplo, temarios que necesitan refuerzo.
¿Por qué aún no se implementa la inteligencia artificial?
Roger Agustín reconoce que implementar la inteligencia artificial en el sector educativo no es sencillo. “Las principales editoriales de libros de texto del país no disponen de una oferta relevante en este sentido y los recursos económicos y de conocimiento de la Administración Pública son todavía limitados”, afirma. Además, añade que “para poder explotar esta tecnología son necesarios unos datos de difícil adquisición, puesto que deben incluir un dataset con un suficiente nivel de detalle y que incluya no solo el ambiente académico del alumno, sino también el personal y familiar”.
Por último, el análisis de Prenomics ha concluido que otro de los frenos a la puesta en marcha de la inteligencia artificial en el sector educativo es la dificultad para medir el aprendizaje, puesto que el canal online, que sería el más conveniente para ello, reduce fuertemente las interacciones cara a cara y esto tiene un impacto incierto en el desarrollo de las aptitudes sociales de los estudiantes.