Las pérdidas económicas causadas por catástrofes naturales alcanzaron una cifra estimada de 280.000 millones de dólares en 2023, de los cuales 51.600 millones se debieron a inundaciones, según el Instituto Swiss Re. La última dana vivida en el Levante ha puesto a España en el mapa de estas catástrofes.
Es probable que las pérdidas aumenten a medida que el cambio climático intensifique los fenómenos meteorológicos extremos, mientras que la rápida expansión urbana ha incrementado el valor de los activos en zonas de alto riesgo, dice el instituto. Las medidas de protección como diques, presas y compuertas tienen un precio, pero sus beneficios financieros pueden superar hasta diez veces los costes de reconstrucción tras una catástrofe, según el estudio del Swiss Re Institute.
Veronica Scotti, presidenta de Soluciones para el Sector Público de Swiss Re, ha declarado: «Las inversiones en adaptación al clima, como la preparación ante las inundaciones, no solo promueven la estabilidad económica y crean empleo, sino que también ayudan a mantener a salvo a la población. Sin embargo, existe una escasez crónica de financiación. Por tanto, es crucial crear las condiciones para que el capital privado fluya hacia proyectos de adaptación climática y, al mismo tiempo, optimizar el uso de los fondos públicos. Cuantificar los beneficios de las medidas de adaptación es un paso clave para facilitar la inversión público-privada y, en última instancia, colmar el enorme déficit de financiación».
Para determinar la eficacia de las inversiones en medidas de adaptación a las inundaciones, es importante cuantificar sus beneficios financieros. El Swiss Re Institute ha realizado un estudio en el que se comparan los beneficios económicos y la relación de costes de determinadas medidas de adaptación a las inundaciones. Este valor puede servir de orientación para las decisiones de inversión y ayudar a identificar los mejores métodos de adaptación a las inundaciones para garantizar la estabilidad económica, la seguridad y la resiliencia de una comunidad.
La relación coste-beneficio puede variar significativamente según la región. Las investigaciones del Swiss Re Institute demuestran que las infraestructuras grises, como diques y diques, son muy eficaces para reducir los daños causados por las inundaciones costeras. Globalmente, sus beneficios pueden superar los costes entre dos y siete veces, e incluso hasta diez veces en zonas propensas a las inundaciones. Construidas según normas óptimas, estas estructuras pueden reducir los daños por inundaciones en un 60%-90%, especialmente en regiones densamente pobladas. En zonas menos pobladas, las soluciones basadas en la naturaleza, como la restauración de las islas barrera o la vegetación de la costa, pueden ser igualmente eficaces.
Del mismo modo, las intervenciones políticas, como las restricciones de uso del suelo, pueden aumentar el valor de la prevención de inundaciones, sobre todo en las economías emergentes. Las defensas contra inundaciones y las restricciones de zonificación resultan casi dos veces más eficaces y viables que las medidas de adaptación, como la impermeabilización en seco, tanto para inundaciones costeras como fluviales.
Todas las intervenciones en caso de inundación, especialmente cuando se mejoran y mantienen, pueden beneficiar tanto a las aseguradoras como a los asegurados. Los sectores público y privado pueden trabajar juntos para facilitar y acelerar la adaptación al riesgo: centrándose en la prevención y reducción de futuras pérdidas por inundaciones, el sector público puede trasladar los riesgos restantes a la industria de reaseguros y apoyar la estabilidad económica después de los desastres. Al participar en las primeras fases de planificación de las medidas de protección, el sector de los reaseguros puede contribuir a mitigar los riesgos y proporcionar protección financiera, añade el informe.