El petróleo cierra un primer semestre del año registrando las mayores caídas en dos décadas. Desde Lombard Odier estiman que el Brent se mantendrá en un promedio de 55 dólares durante 2017 y 2018, lo que significa que la firma espera que en este segundo semestre se produzca un alza significativa de su precio.
El año comenzaba con la entrada en vigor, el 1 de enero, del primer recorte de producción acordado por la OPEP desde el año 2008 y con el barril de Brent consolidándose por encima de la barrera de los 50 dólares durante los meses de enero y febrero. Pero desde marzo, los descensos se aceleraron y su cotización acumulada en este año roza una caída de casi el 20%, lo que supondría la mayor caída durante el primer semestre registrada desde 1997. Estas ola bajista ha borrado todas las subidas que anotó en 2016 el barril de Brent y que le llevo al entorno a 57 dólares a finales de año.
Frente al recorrido que ha llevado el petróleo en este primer semestre, Lombard Odier considera que da comienzo “un reequilibrio gradual del mercado de petróleo a lo largo del año”. En consecuencia, durante este segundo semestre podía producirse un cambio de tendencia y darse las primeras alzas en el precio. Su tesis se sustenta en que en las medidas adoptadas por la OPEP como por la industria de esquisto estadounidense pueden mantener el barril dentro de un rango de 45 a 60 dólares, con un precio promedio de alrededor 55 dólares el barril de Brent en 2017 y en 2018.
Los factores que impulsarían esta alza son tres: la política de la OPEP, la evolución de la industria del esquisto es Estados Unidos y la evolución de la demanda.
Aunque en un primer momento el mercado se sintió decepcionado por la decisión de la OPEP de recortar la producción, finalmente los países que componen esta organización parecen “relativamente satisfechos con la mejora de los precios de 2016” –matiza el informe–, y con lo que ha supuesto para sus ingresos. Esto supone que la firma prevé una continuidad en los países que forman esta organización y en su estrategia, al menos hasta 2018.
Esquisto, el fijador del precio
Ahora bien, desde Lombard Odier recuerdan que uno de los factores más determinantes a la hora de marcar el precio sigue siendo la producción del esquisto estadounidense y su coste. “De hecho, la OPEP, sin tener ninguna otra opción más que permanecer comprometida con su política de reequilibrio y mantener un suelo para el precio del petróleo restringiendo la producción, la variable más sensata de la ecuación sigue siendo el coste de producción del esquisto estadounidense, dicho de otra manera, el nivel de precios del petróleo que desencadena la inversión en nuevas capacidades”, señala la firma en su último informe de perspectivas sobre el petróleo.
Según explica la firma, “el resurgimiento de la producción de esquisto estadounidense este año ya superó ampliamente las expectativas de las principales agencias. Como tal, la Administración de Información de Energía (IEA) de Estados Unidos ha revisado sus previsiones de producción de esquisto de 2017 y 2018, más de 450.000 y casi 900.000 barriles por día respectivamente”.
Implícitamente, esto sugiere que el coste marginal de la industria de esquisto de Estados Unidos, es decir, el nivel de precios que hace posible la inversión en nuevos campos y provoca producción adicional, es menor de lo que se pensaba originalmente. “Las estimaciones más recientes sugieren que después de varios trimestres de recortes de costes y quiebras –la tasa de quiebras alcanzó el 25% el año pasado–, la industria de esquisto es ahora más homogénea, con costes marginales que oscilan entre 52 y 55 dólares, en comparación con el rango de 57 a 90 dólares barril de hace apenas cinco años”, explica Lombard Odier en su informe.
El alza de la demanda
El otro gran factor que afecta a la evolución del precio es la demanda. En este sentido, lo lógico es que haya un alza en la demanda a medida que el consumo de los mercados emergentes se recupera tras varios trimestres de lento crecimiento económico.
“La combinación de las previsiones de los tres principales organismos –EA, EIA y OPEP– sugiere que la demanda mundial de petróleo en 2017 debería estar aproximadamente en línea con su promedio histórico. No es sorprendente que la mayor parte de la demanda incremental provenga de países no miembros de la OCDE, con más de 1,2 millones de barriles por día. Sin embargo, esta estimación sigue siendo muy conservadora en nuestra opinión. La recuperación en los mercados emergentes debería realmente ganar ritmo este año, especialmente en Brasil y Rusia”, explica en su informe.
Lombard Odier considera que los datos reales de demanda podrían superar los pronósticos, pero esto sería insuficiente para elevar el precio del barril porque primero se tendrían que agotar los inventarios. Según aclara, “esto solo se traducirá en una aceleración del reequilibrio del mercado del petróleo. No creemos que los precios del petróleo vayan de manera duradera por encima de los 60 dólares el barril”.
Exposición
De cara al inversor, ante este contexto, desde Lombard Odier apuntan que “con el precio del petróleo actualmente en la parte inferior de este rango, recomendamos mantener la exposición a las commodities y los activos relativos. No sólo las posibles desventajas parecen limitadas, sino también la estacionalidad que se avecina es favorable. Sin embargo, esperamos que los precios permanezcan volátiles mientras el mercado físico esté sobre abastecido”.
Además, advierte que la volatilidad de esta clase de activos requiere agilidad y una estrecha vigilancia de las operaciones, ya que un aumento de 10 dólares por barril podría producirse en sólo unas pocas semanas.