Al analizar los datos provenientes de China, Matthews Asia suele aislar las cifras del sector de bienes raíces del resto de la inversión. Hacen esto porque si bien la renta disponible en China como porcentaje del PIB parece estar aguantando bien, el consumo da la impresión de ralentizarse, si se tiene en cuenta esta métrica. Otra razón para diferenciar ambos datos es que cuando la mayor parte de los chinos acceden a una vivienda, bien pagan en efectivo o con una hipoteca de menos del 50% del valor de la propiedad. Esto contrasta con países occidentales como EE.UU. donde lo normal es hipotecarse por más del 80% del valor de la vivienda.
A diferencia de lo que ocurría en EE.UU. antes de la crisis hipotecaria, cuando los individuos podían acceder a préstamos asegurados por el estado sin presentar apenas documentación, en China obtener una hipoteca no es nada fácil. Por ello, en mercados alcistas de real estate, suele descender el consumo. Así, se observa como el impacto del mercado inmobiliario en la economía varía de un país a otro.
En China, cuando cae el precio de la vivienda el impacto sobre la economía se transmite más por un “efecto riqueza negativo” que por un “credit crunch”, como ocurrió en EE.UU. Por ejemplo, en los últimos años el valor del mercado de acciones-A chino (las cotizadas en Shanghai y Shenzen denominadas en renminbi) caía un 70% desde máximos a medida que China absorbía el impacto de la crisis financiera mundial post 2008, llevándose consigo 2,5 billones de dólares de riqueza nominal en una país con un PIB de 8 billones de dólares.
Sin embargo, este efecto riqueza negativo ha tenido un efecto mínimo sobre el consumo. El PIB chino se ha ralentizado desde un 10%-11% hasta un 7%-8%, sobre todo debido a la debilidad de la demanda en los principales países a los que exporta China (EE.UU. y Europa). En la actualidad, los préstamos del sistema bancario cuentan con el precio del suelo como garantía colateral, pero para que se de un verdadero desplome en el precio del suelo en una economía con un crecimiento tan robusto debemos asistir, según concluye Matthews Asia, a un verdadero shock de productividad.
Este artículo forma parte del informe “China—Separating Fact from Fiction”, publicado por Matthews Asia. Puede acceder al informe completo a través de este link.