El año 2025 se presenta más que interesante para los activos privados. En primer lugar porque, en general, el esperado contexto de bajadas de los tipos de interés resulta favorable para las rentabilidades de este tipo de activos. Pero cada segmento cuenta con expectativas distintas. ¿Cuáles ofrecen las mejores oportunidades a 12 meses vista?
Mark Haefele, director de Inversiones de UBS Global Wealth Management, lo tiene claro: el año 2025 no debe ser distinto a otros y es necesario diversificar las carteras con posiciones en activos alternativos. “Un nuevo año suele implicar probar algo nuevo, e incluir una asignación a renta variable privada, deuda privada, infraestructuras privadas y/o bienes inmuebles privados en las carteras puede permitir a los inversores diversificar las fuentes de rentabilidad y mejorar potencialmente el crecimiento de la cartera”, asegura el experto.
Eso sí, también admite que la exposición a activos alternativos también puede ayudar a suavizar los rendimientos globales de la cartera, “ya que estas inversiones pueden mostrar correlaciones más bajas con los activos tradicionales”. Es más, no quiere dejar de recordar que también presentan riesgos únicos, como la iliquidez y la falta de transparencia.
Para Nils Rode, CIO de mercados privados de Schroders Capital, los inversores están ante un entorno “atractivo” para nuevas inversiones en los mercados privados, ya que existen oportunidades “tanto de rentabilidad como de generación de ingresos, debido a que varios ciclos se alinean favorablemente”. Entre ellos, según Rode, figuran las rondas de captación de fondos de los mercados privados, la disrupción tecnológica y los ciclos económicos.
Al mismo tiempo, teniendo en cuenta las actuales tensiones geopolíticas y los elevados riesgos de escalada de conflictos, el papel de los mercados privados a la hora de proporcionar resistencia a las carteras sigue siendo crucial, según el experto. Mientras tanto, Rode prevé que persista la tendencia hacia la descarbonización y que las inversiones del mercado privado “desempeñen un papel significativo en el impulso de la transición energética mundial».
Además, apuntó al segmento de las pequeñas y medianas adquisiciones, junto con el venture capital, como las oportunidades más atractivas en private equity. También espera que el sector inmobiliario disfrute de “una buena añada”, mientras que la prima de la deuda privada sigue siendo atractiva en varias estrategias.
Para David Elms, director de Alternativas Diversificadas de Janus Henderson, una asignación a alternativas líquidas puede ayudar a mejorar la diversificación de las carteras en 2025, ya que ofrecerá motores de rentabilidad que ayudarán a compensar el riesgo de correlación de la renta variable y la renta fija en periodos de tensión del mercado.
Elms ve potencial en el segmento de arbitraje de fusiones. La actividad de fusiones y adquisiciones (M&A) sigue repuntando desde los mínimos de 2023, tras un periodo en el que los altos tipos de interés y una regulación más estricta comprimieron la actividad corporativa. “Las empresas disponen de liquidez en sus balances, mientras que las nuevas captaciones de fondos han dejado a los fondos de capital inversión con una auténtica montaña de pólvora seca”, asegura. Se trata de dinero “que hay que poner a trabajar”.
Asimismo, Helms opina que un entorno de tipos “más altos durante más tiempo” es también una dinámica de mercado favorable para los bonos convertibles, “que ofrecen una ventaja de financiación -cupón más bajo- para las empresas a la hora de refinanciar la deuda”. La emisión ha repuntado constantemente desde los mínimos de 2022, y existen “necesidades de refinanciación especialmente acuciantes en Estados Unidos y en menor medida, en Europa”.
En HSBC opinan que los alternativos pueden ofrecer a los inversores una fuente valiosa de diversificación y resiliencia en un ambiente de mercado imprevisible. A pesar de la caída de las tasas de interés, la demanda de crédito privado se ha mantenido robusta, en parte porque es poco probable que las tasas regresen a los niveles extremadamente bajos vistos en la última década. Esto “deja espacio para que el crédito privado ofrezca un rendimiento atractivo”. Dado que el crédito privado aún representa solo el 6% del crédito corporativo en Estados Unidos, el experto ve un potencial “considerable” para el crecimiento futuro en 2025.
Los mercados de private equity han sufrido debido a un entorno de desinversiones más débil, pero hay señales de que la actividad de transacciones se está recuperando, según la firma. “Observamos oportunidades que empiezan a emerger en el mercado de gama baja-media, que creemos que está respaldado por valoraciones razonables y sólidos fundamentales empresariales”, afirman en HSBC. Otras tendencias a largo plazo también presentan oportunidades para los inversores en private equity, como la transición energética, la relocalización de las cadenas de suministro y el auge de la inteligencia artificial.
En el sector inmobiliario, el sentimiento del mercado ha mejorado a medida que se despejan las perspectivas para las tasas de interés: Europa está bien posicionada para liderar la recuperación de las inversiones. “El private equity en el sector inmobiliario está mostrando signos de reapertura ahora, mientras que la reciente actividad de transacciones en el mercado inmobiliario cotizado también refleja un aumento de la confianza”, aseguran en HSBC.
Joanna Munro, CEO de HSBC Alternatives, asegura que a medida que los mercados continúan enfrentando la volatilidad persistente en 2025, “las inversiones alternativas están emergiendo como una vía para diversificar y fortalecer las carteras” y añade que en la firma son positivos “respecto al conjunto de hedge funds en el próximo año».
También en Goldman Sachs AM hay buenas perspectivas para ciertos segmentos de los activos privados. «La estabilización del contexto macroeconómico y la recalibración de las expectativas de los inversores deberían catalizar un entorno más normalizado para las compras de participaciones privadas en 2025. Vemos indicios de que este proceso ya está en marcha, posicionando mejor al sector para las desinversiones y el despliegue de nuevo capital, aunque con algunas partes del mercado más atractivas que otras. La creación de valor operativo debería seguir siendo el principal motor de la rentabilidad», afirma Brad Gross, Global Co-Head of Private Equity de Goldman Sachs Alternatives.
En venture capital y growth capital, las valoraciones y las expectativas de crecimiento se han normalizado en muchas partes del mercado. “Estos factores conforman un entorno más constructivo para desplegar nuevo capital en un activo que ofrece acceso a empresas innovadoras en la fase de mayor crecimiento de sus trayectorias”, asegura. También existe una creciente necesidad de growth capital, ya que las empresas respaldadas por capital riesgo permanecen privadas durante más tiempo.
Asimismo, en la firma ven oportunidades en crédito privado, teniendo en cuenta que «el esperado descenso de los tipos de interés puede resultar paradójicamente constructivo, mitigando el desequilibrio entre la oferta y la demanda y normalizando los diferenciales», según Greg Olafson, Global Head of Private Credit de Goldman Sachs Alternatives. Su foco se dirige hacia “el crédito con grado de inversión originado directamente, así como la financiación de activos», afirmó Olafson.
En Goldman Sachs reconocen ser “increíblemente optimistas” sobre el entorno de inversión inmobiliaria en los próximos años. “Al igual que en otras clases de activos, los fundamentos inmobiliarios impulsan la rentabilidad a lo largo de los ciclos de mercado. La dinámica que se observa actualmente en el sector inmobiliario está impulsada por las tendencias seculares de la demografía, la tecnología y el impulso hacia la sostenibilidad, que deberían seguir configurando la demanda inmobiliaria mundial. El atractivo de los activos que reflejen estos temas variará según la región y la calidad individual de los activos”, explicó Jim Garman, Global Head of Real Estate en Goldman Sachs Alternatives.
Dos son las áreas, dentro de los mercados alternativos, en las que se fija DWS: inmobiliario e infraestructuras en Europa. «Tras dos años difíciles en el mercado inmobiliario europeo, estamos asistiendo a un cambio de tendencia», afirma Ulrich von Creytz, director de inversiones de Real Estate Europe. El experto observa una recuperación en el sector inmobiliario básico, sobre todo en los sectores residencial, logístico y de oficinas de alta calidad. Añade que la situación ha mejorado después de que los mercados se vieran afectados por el aumento de los tipos de interés.
Sin embargo, matiza que el mercado inmobiliario está dividido: la demanda de propiedades de alta calidad ha vuelto a aumentar desde el segundo trimestre de 2024, mientras que el punto de inflexión para las propiedades de menor calidad aún está por llegar.
En el ámbito de los préstamos inmobiliarios, von Creytz espera un creciente déficit de financiación a medida que los bancos ajustan sus carteras debido a mayores provisiones de riesgo y una mayor regulación. “Esto está creando más oportunidades y atractivas expectativas de rendimiento para los prestamistas alternativos” asegura y prevé que las estrategias de préstamos integrales -en las que un prestamista proporciona la totalidad del importe del préstamo- desempeñen un papel cada vez más importante, reemplazando la combinación tradicional de préstamos bancarios preferentes y financiación de capital.
Otro sector atractivo son las inversiones en infraestructura en Europa, para las que se espera que las necesidades de capital asciendan a 14 billones de euros en 2040. Esto ofrece oportunidades de inversión especialmente atractivas para las inversiones de deuda privada en infraestructura, ya que los gobiernos no podrán recaudar estos volúmenes por sí solos.