La proliferación de plataformas digitales está contribuyendo decisivamente a reconfigurar la estructura económica de muchos sectores y mercados, y a modificar los patrones y hábitos de consumo. Según el ultimo informe publicado por el Observatorio ADEI, las plataformas digitales actúan como agentes intermediarios en mercados bilaterales o de varios lados, mitigando costes de transacción e introduciendo eficiencia en la asignación de recursos, de manera más flexible que sus homólogas analógicas. En este sentido, permiten derivar beneficios a la economía y a la sociedad en diversas vertientes.
El uso de las plataformas digitales permite a los consumidores disfrutar de una oferta más amplia y diversa de bienes y servicios a menor coste y en mejores condiciones, dado que intensifican la competencia entre oferentes y generan una mayor disciplina a los mismos, entre otras razones, por la capacidad de valoración o evaluación pública que permiten realizar al usuario.
Reducen los costes de búsqueda y de matching permitiendo un ahorro de tiempo significativo de tiempo para los consumidores
Además, habilitan la obtención de ingresos complementarios a los derivados de la actividad laboral, a partir de la venta de objetos ociosos, el alquiler temporal de activos infrautilizados o la prestación de servicios de forma esporádica. Para las empresas, constituyen un canal interesante para la generación de economías de escala y el aprovechamiento de oportunidades de internacionalización. Constituyen un medio publicitario, canal de ventas y de expansión del mercado, al tiempo que promueven la eficiencia, a través de la reducción de los costes operativos y de transacción, y la modernización de las estructuras organizativas.
Impulsan el crecimiento económico, a través de la generación de oportunidades de empleo y de incremento de la productividad. Del estudio se desprende que si el 2% de los ocupados de forma involuntaria a tiempo parcial (0,4% del total de ocupados actualmente) completasen su jornada laboral ofreciendo sus servicios a través de plataformas digitales, el PIB que podrían intermediar estas últimas ascendería a unos 1.500 millones de euros (0,15% del total), reduciendo la tasa de infrautilización del trabajo en 0,17 puntos porcentuales (38.000 personas).
Por último, el informe pone de manifiesto cómo hasta el momento Asia y EE.UU. lideran el despegue de este paradigma económico, en contraste con otras economías, como la española, más rezagadas en cuanto a su aprovechamiento. En este sentido, incluye una serie de recomendaciones de política industrial orientadas a favorecer la expansión y consolidación del ecosistema de plataformas en España.
Medidas que inciden en la mejora de la competitividad de dicho ecosistema, la universalización del conocimiento digital y la colaboración público-privada para la asunción de los riesgos y oportunidades inherentes a su desarrollo y consolidación.