En medio de una crisis global y uno de los bear markets más mediáticos de la historia cripto, un evento sobre NFTs realizado en una de las ciudades más caras del mundo, logró casi triplicar el número de asistentes en comparación a la edición anterior en 2021. Estamos hablando de NFT.NYC, el evento que New York Times definió como el Woodstock de cripto. La edición de este año fue quizás la más grande en el circuito cada vez mayor de eventos de NFTs y llegó en un momento crítico no solo para el criptomercado.
Desde que alcanzó su punto máximo en enero de 2022, el mercado de criptomonedas ha experimentado una rápida caída que algunos expertos describen como un colapso. Sin embargo, en junio la comunidad cripto puso el pecho a las balas y se mantuvo optimista a pesar de los detractores que repetían «te lo dije». NFT.NYC 2022 pasó de ser un evento de tres días a uno que duró una semana y logró una asistencia de más de 16.000 personas, frente a las 5.500 de noviembre de 2021.
2021 vs 2022
Durante 2020 pudimos percibir un crecimiento significativo, pero la industria de los NFTs entró en una nueva era durante el 2021 y los pasos agigantados se dieron con un poco de desbalance. El volumen de intercambio, el precio promedio y el tamaño del mercado aumentó de forma dramática. Mientras que la cantidad de Smart Contracts activos creció de forma más modesta. En resumen, a medida que la demanda aumentaba, la capacidad de abastecimiento luchaba para seguir el ritmo. Esto tuvo dos grandes consecuencias, por un lado se dio un crecimiento agudo de los precios y por otro proliferaron muchos proyectos de “ganancias rápidas” con bajo valor agregado.
Finalizado el segundo trimestre del tormentoso 2022, la mayoría de las métricas del mercado cripto cayeron estrepitosamente, siguiendo las tendencias de la economía global. La resistencia de los cripto proyectos fue puesta a prueba. Las colecciones y el arte NFT perdieron momentum. Los portfolios se congelaron y la cantidad de vendedores y compradores se redujo a la mitad en comparación a los números del cierre del 2021.
noviembre 2021 | junio 2022 | |
NFT.NYC | ||
Asistentes | +5.500 | +16.000 |
Oradores | +550 | +1.500 |
Patrocinadores | 135 | +300 |
Locaciones | 5 | 6 |
Días de contenido | 3 | 7 |
Eventos Satélites | +100 | +450 |
MERCADO NFT* | ||
Vendedores | 1.197.796 | 579.513 |
Compradores | 2.301.544 | 1.172.235 |
Total de wallets activas | 2.574.302 | 1.247.083 |
Promedio de días de ownership | 48 | 47.9 |
Valor ETH en 1er día de evento | 4.585 | 1.124 |
Mercado vs comunidad
A pesar de todo, el mercado bajista no se vio representado y en junio las calles de Manhattan, que recibía por cuarta vez a NFT.NYC, se llenaron de cripto curiosos, entusiastas y optimistas. Este fenómeno cripto que se apoderó de New York ya era difícil de describir en el 2021. La primera edición se realizó en 2019 con unas cientos de personas y dos años después, a pesar del contexto pandémico, la audiencia creció a 5.500, las entradas se agotaron, los organizadores se vieron obligados a agregar locaciones y escenarios, porque había casi tantas historias para contar cómo interesados en escuchar. Tanta gente se quedó afuera que durante la fecha del evento principal se organizaron más de 135 eventos satélites.
El evento fue un éxito jamás imaginado que reunió a los perfiles más diversos, incluso para una ciudad como Manhattan. Inversores de traje y corbata, artistas bohemios, geeks tecnológicos, variedad infinita de diseñadores, hasta los programadores más ermitaños. Entre el entusiasmo colectivo volaban curriculums, tarjetas personales, códigos QR con NFTs gratis y ofertas laborales de todo tipo y color. Las charlas en los pasillos eran tan interesantes como las charlas en los escenarios y caminar por las calles de Times Square con el badge del evento colgando del cuello era motivo de orgullo. Pero claro, era noviembre de 2021, la explosiva era dorada de los NFTs acababa de comenzar.
El evento tuvo tanto eco que para diciembre ya se había anunciado la fecha de la próxima edición. En enero de este año, punto más alto de la historia del cripto mercado, las entradas se vendían como pan caliente. Esta vez nadie quería correr el riesgo de quedarse afuera. Pero enero terminó, el año empezó a avanzar y el mercado empezó a caer, el mundo comenzó a atravesar muchas crisis a la vez y hasta lo que creíamos como instituciones estables empezaron a tambalear. El cripto mercado se vio por primera vez en una caída mediática masificada y se podían leer noticias sobre la desvalorización del bitcoin en todos lados, los cripto haters cantaban victoria.
Llegó junio y con él la fecha de la cuarta edición de NFT.NYC. La incertidumbre sobre cómo iba a ser la semana más anticipada en la comunidad cripto era enorme, no solo por la caída del mercado. Los precios de pasaje en avión se dispararon y la inflación en Estados Unidos convirtió a Manhattan en una ciudad más cara de lo que ya era. En Discord y Telegram los asistentes pedían sugerencias de hospedaje accesible, algunos consideraban la posibilidad de vender sus entradas por no poder pagar los pasajes.
Pero el 20 de junio, cuando se abrieron las puertas para obtener las acreditaciones del evento, se registraron más de 16.000 personas. Las ya sobrepobladas calles de Times Square se vieron puestas a prueba cuando todos los asistentes se acercaban a admirar las pantallas gigantes invadidas por colecciones de NFTs, publicidades de eventos cripto y proyectos emergentes. Manhattan se vistió de cripto una vez más, y más que nunca.
La ambigüedad de la semana fue en parte provocada por la caída del ether (ETH), el activo subyacente de la mayor parte de la industria NFT, a un valor de 1.000 dólares, que en la edición anterior del evento, había llegado a su all-time-high (ATH) con un valor de 4.812 dólares. “Volvimos a ser pobres, pero seguimos aquí” era el ánimo generalizado y suficiente para seguir festejando entre conferencias, reuniones, fiestas y cenas en abundancia.
Conferencias vs fiestas
A pesar de su éxito, el evento principal no fue lo más destacado, muchos asistentes criticaron la calidad de los oradores, teniendo en cuenta que fueron 1500 expositores, hay grandes chances de errar. El verdadero impacto lo generaron los eventos satélites que se realizaron durante la semana, que se enfocaron en agasajar a la comunidad y se caracterizaron por tener como invitados a grandes celebridades.
Los holders de la colección de profile pictures (PFP) Moonbird fueron testigos del ilusionismo de David Blaine. Los propietarios de Pudgy Penguin y Cool Cats pasaron los días en las instalaciones IRL con abundante merchandising y por las noches disfrutaron de fiestas privadas. La fiesta más grande de la semana fue ApeFest, un festival de cuatro días organizado por Yuga Labs, responsables del Bored Ape Yacht Club, que incluyó actuaciones de Eminem, Snoop Dogg, LCD SoundSystem, Lil Baby y Amy Schumer. The Sandbox organizó dos días de conferencias y fiestas para su comunidad que incluyeron las actuaciones de Steve Aoki y Tiesto. Mientras que Madonna cantó para los holders de la colección de PFPs World of Women.
Pertenencia vs ganancia
2022 sacudió al cripto mercado, muchos proyectos no estuvieron a la altura y se quedaron por el camino dejando pérdidas millonarias como recuerdo. Los bolsillos de la comunidad NFT pueden estar sangrando, pero lo que NFT.NYC demostró es que los principales proyectos siguen en funcionamiento y que el bear market es buena época para construir.
Incluso cuando el entusiasmo general alrededor de los NFTs ha disminuido considerablemente en la primera mitad del 2022, debemos tener en mente que el interés en general continúa siendo mucho más alto de lo que fue un año atrás.
Durante mucho tiempo los fundadores de las colecciones más costosas de NFTs han dicho que lo más importante de esta industria es el arte, la comunidad y el sentimiento de pertenencia. Quizás, irónicamente, la caída del ether llegó para darles la razón, porque cuando los precios caen y se esconden bajo tierra, el sentimiento de pertenecer a una comunidad que representa determinadas ideas, valores y estilos de vida, es lo que motiva a los usuarios a mantener su portfolio intacto (o casi) y es esto lo que sostiene a estas cripto empresas durante la crisis.