Los fondos de pensiones están reestructurándose y preparándose para un nuevo clima de inversiones: por ejemplo, implicándose más en la gestión de las carteras. Esta perspectiva más proactiva se extiende a varios aspectos, no solo de la gestión sino también de las operaciones y la gobernanza.
Una de las tendencias clave, según un nuevo informe de State Street entre fondos de 15 países pero sobre todo de Reino Unido, EE.UU., Canadá y Australia, es la creciente apuesta por los activos alternativos. Para estos fondos, las inversiones alternativas han constituido tradicionalmente una pequeña parte de sus carteras, pero algo está cambiando. Según el informe, los fondos de pensiones están encontrando que las pequeñas asignaciones a estos activos no bastan para generar el crecimiento que necesitan y eso está forzando a muchos a incrementar sus apuestas en alternativos.
En este sentido, el private equity se sitúa como un punto caliente de las inversiones, con el 60% de los encuestados anticipando unas mayores asignaciones en este segmento. Una proporción significativa de los fondos también asegura que invertirá más en créditos directos (el 54% del total), real estate (46%) e infraestructuras (39%).
Los fondos de pensiones también muestran un creciente apetito por los hedge funds. De forma global, el 29% de los encuestados que ya han invertido en hedge funds incrementarán sus posiciones, mientras el 25% invertirá en el activo por primera vez. Ha habido algunas salidas de capital significativas de estos vehículos pero el estudio revela que muchos fondos de pensiones continuarán buscando estrategias de hedge funds con potencial para ofrecer mayores retornos.
Otra conclusión del estudio: más de la mitad de los fondos de pensiones encuestados (el 53%) planea hacer un mayor uso de las estrategias de bajo coste. Muchos están adoptando una estrategia barbell para mezclar la eficiencia de costes de las estrategias pasivas con el mayor crecimiento y riesgo de activos como los alternativos. El interés hacia activos alternativos podría representar una prueba de capacidades, dice el estudio, pues los fondos de pensiones buscan gestionar el riesgo y la rentabilidad a través de portfolios más complejos.
This report is based on a State Street survey of 134 senior executives in the pension fund industry. The survey was conducted by the Economist Intelligence Unit in August 2014. Respondents from 15 countries participated, with the majority being drawn from the US, UK, Australia and Canada. Just more than half (52 percent) of respondents came from public sector pension funds, 31 percent from private sector pension systems and 16 percent from superannuation funds. Most respondents (62 percent) came from organizations that oversee both definedbenefit (DB) and defined contribution (DC) funds.