El análisis ESG es más difícil de realizar en la deuda privada, pero puede descubrir aspectos que a menudo se pasan por alto en el análisis tradicional. Estos activos, al ser menos líquidos y transparentes, suponen algunos retos para los inversores que persiguen objetivos medioambientales, sociales y de gobernanza (ESG). Sin embargo, es importante evaluar estos criterios en esta parte del mercado para mejorar el perfil de sostenibilidad de las carteras, descubrir los riesgos y detectar posibles oportunidades.
En NN Investment Partners (NN IP) la inversión responsable es una parte fundamental de la toma de decisiones de inversión, no sólo para cumplir con los requisitos regulatorios, sino más aún para tomar las decisiones de inversión correctas a largo plazo. Esto se aplica tanto al crédito alternativo como a la renta variable o la fija. Mientras que las acciones y los bonos pueden venderse si aumenta el riesgo, en la deuda privada las posibilidades de retirarse de un préstamo son más limitadas. Por ello, es necesario realizar un análisis exhaustivo antes de comprometer el capital.
Asimismo, a medida que los esfuerzos de la UE en materia de financiación sostenible cobren impulso, es probable que los gestores de activos y los prestatarios se enfrenten a preguntas más duras sobre sus criterios ESG. Nunca han sido por tanto tan potentes los argumentos para la inclusión de un sólido análisis ESG en esta parte del mercado tanto desde el punto de vista de inversión como normativo.
Los desafíos
El crédito alternativo o la deuda privada incluye inversiones fuera de los mercados públicos tradicionales y bien definidos, como bonos corporativos y acciones. Incluyen activos como las viviendas para estudiantes, préstamos puente para la financiación comercial y los valores respaldados por activos.
«A menudo es más difícil evaluar los criterios ESG en la deuda privada que en la pública, debido a la falta de datos disponibles y la calidad de los datos», explicó Petra Stassen, especialista senior en inversión responsable, que trabaja en estrecha colaboración con el equipo de Crédito Alternativo de NN IP. «Pero un análisis ESG eficaz puede ser de gran ayuda para que los inversores mejoren el perfil de sostenibilidad de sus inversiones, descubrir riesgos y detectar posibles oportunidades».
Además, no existe un enfoque único para todos. La clase de activos es dispar y los factores de riesgo ESG serán únicos para cada sector y prestatario. Mientras que las inundaciones pueden ser un riesgo importante para el sector agrícola, es probable que tengan menos impacto en las empresas de tecnología de la información. No obstante, a pesar de su complejidad, un proceso completo de diligencia debida sobre los principios ESG debe ser un elemento vital de la suscripción de préstamos, seguido de un activismo o active ownership y un compromiso estrecho.
Análisis propio
NN IP aborda estos retos a través de un análisis y una puntuación propias bien establecidas. La financiación se realiza a través de diversos canales: prestando directamente, participando en nuevos préstamos o comprándolos en el mercado secundario. Y ya sea que se trate de financiación de infraestructuras o proyectos, de inmuebles comerciales, de hipotecas residenciales, de préstamos corporativos o financiación del comercio, el banco, el inquilino u otras contrapartes deben cumplir con claros criterios ESG. Este procedimiento debe integrarse en todo el proceso de inversión, desde el origen hasta el reembolso, con criterios sobre cuándo invertir, cómo supervisar las inversiones y qué hacer cuando no funcionan. NN IP ha desarrollado sistemas de puntuación ESG para cada clase de activos, basadas en su marco de análisis de materialidad y en la taxonomía de la UE.
En NN IP, los préstamos concedidos se basan en activos o en propósitos, y algunos financian partes cruciales de la economía. Antes de invertir, es vital entender cómo se utilizará el dinero en los próximos 10 o 20 años. El papel central de los criterios ESG en la toma de decisiones ayuda a descubrir aspectos que a menudo se pasan por alto en el análisis financiero tradicional.
«Somos prestamistas a largo plazo y supervisamos nuestras inversiones», explicó Ulla Fetzer, gestora de carteras de clientes en NN Investment Partners. “Si algo va mal desde el punto de vista de la materialidad ESG, analizaremos con el prestatario cómo mitigar las consecuencias y, en última instancia, suspenderemos la relación si no hay progreso o no hay compromisos en materia ESG”.
Si hay que vender una inversión ilíquida a largo plazo debido a los problemas ESG o de reputación del prestatario, la venta se haría con un descuento y podría suponer una gran pérdida. Por ello, añadió, cada vez es más habitual que ambas partes se pongan de acuerdo sobre los KPI (indicadores clave de rendimiento) ESG antes de firmar un préstamo.
«Un buen ejemplo son las hipotecas, en las que no solo hay que mirar la huella de carbono, sino también considerar los efectos potenciales del cambio climático. Y ajustar las pruebas de resistencia para incluir el cambio climático; esto puede hacer de las inundaciones un riesgo evidente, por ejemplo», destacó.
El impacto de los esfuerzos de la UE en materia de finanzas sostenibles
Los esfuerzos de la UE en este aspecto impulsarán la transparencia y la disponibilidad de datos, también en el crédito alternativo: Europa define cada vez más la inversión sostenible y pretende solucionar la falta de armonización que frenaba a algunos inversores. Aporta más transparencia y menos «greenwashing» a los mercados de deuda privada, desde los inversores hasta los gestores de activos y las las empresas beneficiarias. Sin embargo, es probable que también suponga un mayor escrutinio de los esfuerzos de los gestores de activos por incorporar criterios ESG.
Stassen añade que la regulación también podría conducir a una categorización más homogénea de las estrategias de inversión: «Los inversores menos versados en inversión responsable tienden a seguir a la mayoría. Hemos estado utilizando una categorización interna de inversión responsable, distinguiendo entre estrategias integradas de ESG, sostenibles y de impacto. La forma en que lo hemos enfocado está en consonancia con la línea de pensamiento del SFDR (Reglamento de Divulgación de Finanzas Sostenibles de la UE). El sector de la deuda privada ha recorrido un largo camino, pero sólo estamos al principio».
NN IP cuenta con más de 25 años de experiencia en este ámbito desde que comenzó en el campo del Project Finance en 1992 e invierte entre otros en créditos estructurados, infraestructuras, el sector inmobiliario, fondos hipotecarios y préstamos ABS. Además de la experiencia en el análisis de créditos y en la estructuración de operaciones, la gestora destaca por un conocimiento profundo de los sectores europeos, por sus capacidades de reestructuración, la flexibilidad en cuanto a formato y jurisdicción y sus unidades de apoyo en materia de operaciones, legal, riesgo, cumplimiento, impuestos o valoración. Su equipo de unos 50 profesionales gestiona activos propios y de terceros vía mandatos, fondos y adquisición de carteras existentes, con un volumen bajo gestión en el universo invertible de unos 45.000 millones de euros.
Tanto Stassen como Fetzer coinciden en que la integración de los aspectos ESG en los mercados de deuda privada será un reto en un futuro próximo. Esta integración “no es lo suficientemente sencilla para el universo diverso del crédito alternativo, por lo que exploramos continuamente nuevas formas de integrar los factores ESG en nuestro proceso de inversión. Esto puede ser a través de la colaboración con prestamistas, inversores o reguladores. Queremos asegurarnos de que el crédito alternativo esté a la altura de su promesa: rendimientos atractivos y flujos de caja estables a largo plazo, incluso durante las crisis del mercado».