Los mercados privados son uno de los activos que más han crecido en los últimos tiempos, al calor de un entorno complejo en los mercados tradicionales, de una regulación que está permitiendo un mayor acceso a los inversores minoristas y de banca privada, y también de una creciente educación financiera, en la que no obstante todavía hay que incidir con fuerza. Las oportunidades de inversión son atractivas, en nichos como el private equity, y sobre todo ahora, la deuda privada, las infraestructuras o el real estate. Por ello acapararon gran parte del debate entre las firmas de asset, wealth managament y servicios financieros invitadas al IMPower Incorporating Fund Forum, celebrado en Montecarlo, Mónaco, la semana pasada.
Los expertos coincidieron en la oportunidad de crecimiento que supone la llamada “democratización” de estos mercados, terreno exclusivo hasta ahora del inversor institucional y que actualmente son más accesibles al canal wealth y al minorista, a través de cambios regulatorios, de las innovaciones y de la tecnología, y de nuevos vehículos como los ELTIFs o las estructuras semilíquidas.
Los inversores institucionales se han beneficiado de estas oportunidades durante muchos años, en los que los mercados cotizados han caído y han sido vapuleados por la volatilidad geopolítica, defendía Markus Egloff, MD, Head of KKR Global Wealth Solutions en KKR: “Muchos institucionales han reconocido el potencial de estos activos durante años y han incrementado su asignación. Ahora, por primera vez, gracias a la innovación, estos mercados son más accesibles”, indicaba.
«Los clientes particulares merecen el derecho a invertir en los mercados privados como forma de generar resultados consistentes a largo plazo, al igual que han hecho los clientes institucionales durante muchos años», añadía José Cosio, Managing Director, Head of Intermediary – Global ex US en Neuberger Berman. «Es una forma eficaz de diversificar la cartera sin diluir los resultados de la inversión a largo plazo, y, escogiendo al gestor adecuado, puede marcar realmente la diferencia».
Diversificación, gestión de la volatilidad y rentabilidad
Porque estos mercados suponen una gran oportunidad para los «nuevos» inversores, en cuanto a retornos, estabilidad y diversificación para las carteras: “Es crítico moverse más allá del tradicional portfolio 60/40 para dar a los clientes acceso a la creación de valor”, defendía Marco Bizzozero, Head of International & Member of the Executive Commite en iCapital.
Para Jan Marc Fergg, Global Head of ESG & Managed Solutions en HSBC Private Bank, el principio de diversificación está en el “core” de la inversión, y es necesario moverse más allá de la renta variable y la fija y añadir un mayor set de oportunidades a las carteras, que contribuyan a crear rentabilidad. “Los mercados privados ayudan en términos de diversificación a gestionar la volatilidad, más que en una propuesta tradicional 60/40”.
En la misma línea, Romina Smith, Senior MD, Head of Continental Europe en Nuveen, explicaba la importancia de ir más allá de estas propuestas: “Añadir mercados privados lleva a soluciones positivas, mayores retornos y una cartera más estable. La narrativa tiene que cambiar y dirigirse hacia tener una asignación fija a mercados privados”.
“Los mercados cotizados están viviendo un cambio: hay mucha concentración en las fuentes de retorno y además el universo de compañías cotizadas está decreciendo, una tendencia que continuará porque los incentivos para ello están bajando. La proposición de valor para los mercados privados está sobre la mesa”, indicaba también Nicolo Foscari, CAIA-CIO, Global Head of Multi Asset Wealth Solutions en Amundi. Y afirmaba: “Hay un cambio importante a considerar: los mercados privados no deben suponer una asignación marginal en el asset allocation, sino que hay que empezar a pensar en poner todo junto como un todo, como un mosaico, y realizar un análisis top-down y de concentración de riesgos en conjunto”.
“El 90% de los retornos en los mercados cotizados de renta variable, por ejemplo en el S&P500, vienen de 10 valores, por lo que el riesgo de concentración es muy real, y en renta fija hay más iliquidez de lo que se reconoce”, añadía Stephanie Drescher, Partner, CPS and Global Head of Wealth Managment en Apollo. En su opinión, “hemos llegado a un punto crítico en el que la industria reconoce que la percepción sobre que los mercados cotizados son seguros y los privados son arriesgados está cambiando. Ambos, a la vez, conllevan riesgos y son seguros, y todo depende de la selección y de su complementación en las carteras, lo que requiere educación. Debería darse un diálogo más sano sobre este tema”.
La importancia de la educación y estructuras más flexibles
En este sentido, Bizzozero coincidía en que hay un punto de inflexión en torno a esta percepción entre los mercados cotizados y privados y destacaba el valor de la educación financiera para rellenar el gap entre los distintos inversores. George Szemere, Head of Alternatives EMEA Wealth Managment en Franklin Templeton, también ponía el foco en la educación, a la hora asimismo de rellenar el gap inversor a ambos lados del Atlántico: “Hemos de reconocer que estamos en un estadio temprano de adopción de los mercados privados, especialmente en Europa frente a EE.UU. (…) Según se vayan logrando y entendiendo los objetivos de diversificación, gestión de iliquidez, etc, la inversión alternativa irá en aumento. Para ello es clave la educación”.
Porque “se trata de un activo no apto para todo el mundo y que tiene que ser entendido. La democratización está en marcha pero se necesita mucha educación”, insistía Egloff, advirtiendo de la existencia de algunas estrategias menos escalables a las que no es tan fácil dar acceso fuera del mundo institucional.
Pero precisamente para permitir un mayor acceso a los mercados privados, en los últimos años se han planteado varias estructuras, desde los ELTIFs a los fondos ilíquidos puros o a los semilíquidos (open-ended o evergreen). Jan Marc Fergg, de HSBC Private Bank, dejaba clara la coexistencia de diferentes estructuras, más o menos líquidas, para dar respuestas a la demanda de los diferentes inversores: “Las estructuras open-ended también permiten diversificar las carteras y facilitar la exposición a los mercados privados; las estructuras abiertas y cerradas están ahí para los clientes y se complementarán”, defendía.
También lo hacía Pablo Martín Pascual, Head Quality Funds en BBVA, que explicaba cómo parte de la solución para ayudar a incorporar los mercados privados a las carteras de los clientes españoles era vía fondos semilíquidos, ELTIF 2.0. o semilíquidos españoles. Pero con una advertencia: “Los fondos semilíquidos son el elefante en la habitación. Como industria hay que ser responsables para no sufrir desastres como en el pasado –como ocurrió en España, con los fondos evergreen en real estate en 2008- y por ello es clave hacer una buena selección y due dilligence, elegir los fondos más prudentes y educar a la banca privada”.
Negocio y tecnología
Más allá de las ventajas para los inversores, Romina Smith (de Nuveen) ponía el foco en las oportunidades que supone esta apertura para las gestoras: “Los inversores institucionales han estado liderando la demanda sobre los mercados privados, frente a las bancas privadas, con una infraexposición; pero una mayor disponibilidad de productos y una mayor educación están abriendo el espacio para estos últimos inversores, lo que supone más oportunidades para la industria”.
Y muchos coincidieron en que la tecnología puede jugar un papel clave para acercar los mercados privados al mundo wealth y minorista, y para hacer más eficiente la inversión. “La manera en la que inversores wealth interfieren con los gestores es diferente a cómo lo hacen los institucionales. La tecnología simplifica y hace eficiente la interacción entre los LP (limited partner) y los GP (general partner)”, añadía Szemere.
“La demanda aún está lejos: nos queda un largo camino por delante, aunque hay mucha innovación que hará mucho más fácil este viaje”, decía Drescher.
Oportunidades sobre la mesa
En el evento, los expertos hablaron, a lo largo de varias mesas redondas y conferencias, de oportunidades en los activos privados, tanto en private equity como en deuda privada, real estate o infraestructuras. Y debatieron sobre el porcentaje que debería ocupar en las carteras, siempre dependiendo del perfil del inversor. Así, desde Amundi destacaban la importancia de mirar no solo el porcentaje, sino lo que hay debajo, porque no es lo mismo invertir en activos más destinados a obtener “income”, como la deuda privada, que invertir en capital, como el private equity: “Las dos consideraciones deben ir en paralelo: hay que hacer un análisis macro pero también ver con mucho cuidado lo que hay debajo”, decía Foscari.
Egloff, desde KKR, recordó las bondades del private equity, pero haciendo hincapié en la importancia de la selección: “El private equity ha batido a los mercados cotizados en los últimos 25 años, y más en momentos de estrés, entre otras cosas porque asignar capital a largo plazo ofrece mejores puntos de entrada. Pero no todos los gestores pueden capear las tormentas: en EE.UU. hay más gestores de private equity que sucursales de McDonalds”, comparaba.
Aunque siempre depende del perfil de riesgo, desde HSBC mencionaron las oportunidades en real estate e infraestructuras, al ofrecer rentas estables ligadas a la inflación y al estar ligadas las infraestructuras a temas clave como la digitalización o los centros de datos, según Fergg.
Para Romina Smith, de Nuveen, hay oportunidades en private equity, siempre con la premisa de la importancia de seleccionar a un buen gestor. Otros dos segmentos atractivos son el real estate, que ofrece una buena diversificación, rentabilidades altas frente a otros activos y puede beneficiarse de la estabilización macroeconómica y de una mayor demanda, y los activos reales, como los relacionado con la agricultura y los bosques, que ofrecen cobertura frente a la inflación y son fuertes diversificadores.
Thomas Friedberger, Deputy CEO & Co Cio de Tikehau Capital, destacó las oportunidades en crédito privado, capital privado y real estate: “Vemos oportunidades especialmente en crédito privado, con una relación muy atractiva entre riesgo y retorno, siempre de forma selectiva. En la inversión en capital somos más prudentes, y apostamos por megatendencias como la transición energética. Vemos oportunidades también en real estate, un sector silencioso en los últimos años, pero que ahora podría ser una oportunidad para comprar con descuento”.
En el ámbito de alternativos líquidos -ya fuera de los mercados privados-, Philippe Uzan, Deputy CEO, CIO Global Asset Management en IM Global Partner, destacó la oportunidad en vehículos con la liquidez como base: “El cambio más importante en los últimos tiempos es el hecho de que el cash ha vuelto y ofrece mayor atractivo que algunos bonos. Vemos oportunidades en productos que usan cash como base, como algunos líquidos alternativos: podrían resultar atractivos para generar diversificación y retornos absolutos de forma táctica”, añadió.
El momentum del crédito privado
Volviendo a los mercados privados, fueron muchos los ponentes que destacaron la oportunidad que supone ahora la inversión en crédito privado. “Hay mucho potencial de crecimiento en todo lo que rodea al crédito privado: solo supone un 12% del conjunto de estos mercados”, decía Foscari, desde Amundi. El experto defendió los beneficios de los mercados privados para mejorar la diversificación de las carteras y como fuentes de alfa, captando la prima de iliquidez, aprovechando y gestionando también los distintos estadios del ciclo y la exposición a diferentes gestores y, en un escenario de tipos más altos, mostró su apuesta por las oportunidades en crédito y privado e infraestructuras.
“El momentum para el crédito privado es muy bueno por varias razones: aunque no creo que los retornos sean tan fuertes este año como en los pasados, todavía pueden ofrecer yields de doble dígito”, recordaba también Gaetan Aversano, MD, Deputy Head, Private Markets Group en Union Bancaire Privee, UBP. El experto mencionaba las ventajas de este activo que, en su opinión, afronta mejores tiempos que la renta fija tradicional, con mayor volatilidad. “Hay espacio para ambos activos, pero el crédito privado vive un momentum más fuerte que hace unos años”, añadía.
También dibujó un atractivo entorno José María Martínez-Sanjuán, Global Head of Fund Selection en Santander Private Banking. El experto citó una encuesta de Preqin, según la cual el 50% de los inversores buscan incrementar su asignación al activo y el 35% mantener sus posiciones, lo que muestra la fortaleza de la demanda, que puede explicarse por los atractivos yields que ofrece –por encima de otros activos de renta fija-, la estabilidad de los spreads a lo largo del tiempo, o la diversificación (al permitir la exposición a sectores que no están representados en los índices tradicionales), entre otros factores como las restricciones a la actividad de préstamo por parte de los bancos tras Basilea IV.
Los argumentos, y las posibilidades de inversión, favorecen al crédito privado, algo que el experto ve en su entidad, con el direct lending como una de las estrategias favoritas. “En Santander contamos con 3.100 millones de dólares en el negocio alternativo, que ha vivido un fuerte crecimiento en los últimos años, a un ritmo del 23%-25%, pero el ratio de penetración es solo del 1%, lo que deja mucho espacio para crecer”, recordaba. “De nuestros clientes, casi el 35% está invertido en crédito privado, y el 80% de ese volumen –unos 800 millones de euros- está invertido en direct lending, la estrategia más popular y senior dentro del activo, ya que ofrece ventajas como que no necesitas navegar en la estructura de capital de una firma para lograr atractivos retornos, que son similares a los de la renta variable, pero con más seniority”, explicaba en el marco del Fund Forum de Mónaco.
Entre los riesgos del activo, Gaetan mencionó un escenario de tipos más altos durante más tiempo que acaben poniendo bajo presión a algunas empresas y provoque un aumento de los defaults, aumentando la dispersión y la importancia de la selección de los gestores.
Crédito privado en una asignación a renta fija
Para los expertos de Candriam, el crédito privado también es uno de los favoritos en su asignación en renta fija: “Tiene sentido invertir en todo el espectro del mercado de crédito, con convicción especial en IG pero oportunidades también en activos como el crédito privado. Con un buen asset allocation y selección de valores puedes obtener buenos niveles de yield y de diversificación”, defendía Nicolas Forest, CIO de la gestora, en el foro.
En la entidad mantienen su convicción con el crédito investment grade en Europa, que se ha convertido en un activo “core” en las carteras, gracias a que ofrece un retorno estable y aporta diversificación; apuestan por high yield global a largo plazo, beneficiado de una mejora en la calidad y de los factores técnicos (excluyendo el HY estadounidense, porque está caro); y destacan el potencial de diversificación que ofrece el crédito privado en Europa, beneficiado también de una mayor actividad en fusiones y adquisiciones. Su fondo de crédito privado -en colaboración con la gestora Kartesia– invierte, a través de los mercados primarios y secundarios, en pequeñas y medianas compañías europeas y ha ofrecido un sólido track record de retornos ajustados al riesgo a lo largo del tiempo.