Las gestoras de activos alternativos están excepcionalmente centrados en captar capital de asesores minoristas, pero están pasando por alto a los inversores autodirigidos, según el último Cerulli Report-U.S. Alternative Investments 2023.
Estos clientes son importantes y se encuentran desatendidos por lo que para la consultora “existen oportunidades para los gestores de activos que cuentan con la escala necesaria para llegar a estos inversores”.
En general, los gestores de activos alternativos consideran que las iniciativas directas a los inversores son menos importantes que otras.
Por ejemplo, el 58% afirma que llegar directamente a los inversores que no tienen un elevado patrimonio neto (HNW) no es una iniciativa para su empresa, mientras que el 27% dice lo mismo de llegar directamente a los inversores HNW.
En la actualidad, la distribución minorista de inversiones alternativas se centra en las ventas a través de asesores financieros, y especialmente de aquellos con clientes más adinerados.
Sin embargo, las plataformas directas han amasado considerables activos de inversores y se estima que controlarán 21 billones (trillions) de dólares en 2028, frente a los aproximadamente 11 billones (trillions) de dólares de 2022.
«Los gestores de activos con plataformas directas tienen un alcance incorporado a los inversores directos. Las plataformas ya cuentan con la confianza de los inversores y no es probable que incurran en elevados costes de captación de clientes», afirma Daniil Shapiro, director de Cerulli.
Además, estas plataformas ya cuentan con los clientes y la información necesaria para ofrecer cierta exposición a asignaciones alternativas, agregó el directivo.
El siguiente paso lógico para estas plataformas es aprovechar su escala para ofrecer productos de liquidez intermitente. Los fondos a intervalos, por ejemplo, van un paso más allá de los fondos de inversión que ya pueden adquirirse en estas plataformas.
«Aunque ofrecer a los inversores autodirigidos acceso a inversiones alternativas supone un gran esfuerzo, las empresas que ya mantienen este tipo de relaciones deberían planteárselo, evaluando cuidadosamente los riesgos y costes (por ejemplo, procesos de suscripción cada vez más engorrosos, ayuda a los inversores a sortear la falta de liquidez) frente a los beneficios, entre los que se incluyen la obtención de comisiones más atractivas y la ayuda a sus inversores», afirma Shapiro.
El directivo concluyó con que «su ventaja competitiva al ofrecer ese acceso puede hacer que merezca la pena y ayudar a los inversores particulares a evitar exposiciones más arriesgadas en otros lugares».