Muchos inversores están reformulando significativamente su enfoque de la gestión del riesgo y la asignación de activos a medida que van diversificando sus carteras en respuesta a las crecientes tensiones geopolíticas, los mayores tipos de interés, la persistente volatilidad del mercado y los próximos procesos electorales. Estas son algunas de las principales conclusiones que se desprenden de la encuesta anual de Nuveen, la gestora de inversiones de TIAA, a más de 800 inversores institucionales a nivel mundial.
“En nuestras interacciones habituales con los clientes y en nuestra reciente encuesta a más de 800 inversores institucionales, calibramos de qué manera se pondrán a trabajar y se gestionarán 18 billones de dólares en activos en los próximos dos años”, explica Mike Perry, responsable de Global Client Group de Nuveen.
Según Perry, tres temáticas claras dominan la atención de los inversores a la hora de posicionar las carteras en el nuevo entorno: “La primera es el inmenso apetito por lograr exposición a las innovaciones energéticas y los proyectos de infraestructuras a medida que la transición energética progresa. La segunda es la predilección por la deuda corporativa privada y el capital riesgo en un contexto de crecientes asignaciones de capital a las inversiones alternativas. La última es que, para posicionarse de manera que puedan aprovechar estas oportunidades a tiempo, los inversores destinan una parte del capital de sus carteras a instrumentos de renta fija líquida y de alta calidad”.
Transición energética
Para el 55% de los inversores mundiales que respondieron a la encuesta anual EQuilibrium a Inversores Institucionales Globales de Nuveen considera que pueden influir de manera significativa en la transición energética a través de sus inversiones, y un 57% indica que tiene o está buscando exposición a las energías alternativas (renovables, nuclear, hidrógeno). Además, el 51% está interesado en asignar fondos a nuevos proyectos de infraestructuras, como las relacionadas con el almacenamiento de energía en la red y el almacenamiento con baterías.
En Asia-Pacífico (APAC), el interés de los fondos de pensiones corporativos por las soluciones basadas en la naturaleza es superior a la media y, en Alemania, los fondos de pensiones muestran un interés por los mercados de créditos de carbono por encima de la media. Por su parte, los fondos de pensiones del sector público norteamericano señalan un interés por la mejora de las infraestructuras existentes que es superior a la media de la encuesta.
Casi el 90% de los inversores (88% a escala mundial, 81% en Norteamérica, 93% en la región EMEA y 89% en la región APAC) están centrados en la transición energética de una forma u otra. Según la encuesta, el grupo menos numeroso, un 9%, es el de los pioneros en la transición energética. El grupo más numeroso (37%) “mantiene el ritmo”, ya que estructura las carteras para reflejar el actual mix energético en la economía, mientras que el 23% está «empezando» y el 19% está haciendo lo necesario para cumplir los requisitos normativos.
“Los inversores entienden claramente su influencia y consideran la política estatal y la innovación técnica como los mayores impulsores de las inversiones en la transición energética para el año que tenemos por delante. El 39% considera que la politización será el mayor obstáculo y destaca la importancia de asociarse con gestores activos que tengan sólida experiencia buscando y explorando las oportunidades más atractivas”, añade Perry.
Mercados privados y su atractivo
La encuesta demuestra que los inversores siguen apostando por los mercados privados, ya que un 55% (60% en Norteamérica, 49% en la región EMEA y 59% en la región APAC) prevé aumentar sus asignaciones en los próximos cinco años, con el crédito privado y el capital riesgo como principales opciones. La tendencia, sin embargo, es menos pronunciada si se compara con la encuesta del año pasado, cuando el 72% (73% en Norteamérica, 67% en la región EMEA y 79% en la región APAC) preveía aumentar las asignaciones a los mercados privados.
De hecho, algunos inversores también prevén incrementar sus asignaciones al sector inmobiliario privado (24%), a las materias primas (22%), a los fondos de alto riesgo (21%), a las colocaciones privadas (19%) y a las superficies forestales y los terrenos agrícolas (12% en ambos casos).
Destaca que los fondos de pensiones del sector público de la región APAC están en cabeza, ya que un 72% prevé aumentar las inversiones a los mercados privados en los próximos cinco años. Las aseguradoras y los fondos de dotación/fundaciones norteamericanas no van muy a la zaga, con un 68% y un 71%, respectivamente.
Por último, la deuda privada a empresas y el capital riesgo se consideraron las clases de activos más atractivas entre los inversores que desean apostar por inversiones alternativas, liderados por los fondos de pensiones del sector público norteamericano (el 57% prevé aumentar el crédito privado) y los inversores japoneses (el 59% prevé aumentarlo en el capital riesgo). Aunque el interés por la deuda corporativa privada y el capital riesgo es generalmente elevado en todas las regiones, no fue la primera opción en todas: las infraestructuras privadas fueron la primera opción para los inversores alemanes (53%).
Reducir los riesgos
Casi dos tercios (65%) de los inversores (62% en Norteamérica, 68% en la región EMEA y 63% en la región APAC) encuestados aseguran que estamos en un nuevo entorno de mercado que está cambiando la manera en que gestionan el riesgo y la rentabilidad. Ocho de cada 10 (81% en Norteamérica, 81% en la región EMEA y 78% en la región APAC) afirman que se ha dejado atrás la era de tipos de interés ultrabajos para volver a entrar en un contexto de tipos de interés más altos durante más tiempo.
La mitad de los inversores (50% a escala mundial, 53% en Norteamérica, 48% en la región EMEA y 50% en la región APAC) prevén aumentar la duración de la cartera en 2024 (en la encuesta del año pasado, solo el 39% de los inversores preveía incrementar la duración). Al mismo tiempo, los porcentajes de inversores que planean reforzar las estrategias de “mitigación del riesgo de inflación” y “liquidez” disminuyen en comparación con la encuesta anterior (del 64% al 41% y del 41% al 37%, respectivamente).
Para los inversores más orientados al pasivo, los tipos de interés más altos y las mejoras resultantes en los estados de financiación representan una oportunidad para reducir el riesgo de las carteras añadiendo duración.
La normalización de los tipos de interés ha creado nuevas oportunidades para que muchos inversores reduzcan el riesgo, alejándose de los mercados de renta variable y acercándose a la renta fija pública y privada de alta calidad. En comparación con la encuesta del año pasado, un número significativamente mayor de inversores está disminuyendo la exposición a la renta variable (40% a escala mundial, 33% en Norteamérica, 44% en la región EMEA y 44% en la región APAC) frente a los que la están aumentando (28% a escala mundial, 25% en Norteamérica, 26% en la región EMEA y 37% en la región APAC).
Casi la mitad de los inversores (48% a escala mundial, 49% en Norteamérica, 49% en la región EMEA y 44% en la región APAC) afirman que tienen previsto aumentar sus asignaciones a la renta fija con grado de inversión, lo que probablemente refleja las expectativas de los inversores respecto a una próxima desaceleración de la economía. El 38% prevé aumentar sus asignaciones a la renta fija privada, donde la deuda corporativa con grado de inversión es la principal opción.
Aproximadamente uno de cada cinco inversores también señala que, en los próximos dos años, contempla aumentar las asignaciones a deuda titulizada cotizada (CLO, MBS, etc.; 22%) y a renta fija por debajo del grado de inversión (alta rentabilidad o high yield, préstamos ampliamente sindicados, etc.; 21%).
“En todos los segmentos de renta fija, la deuda corporativa está atrayendo el interés de los inversores. Los instrumentos corporativos son la primera opción para los inversores que apuntan asignar capital a los mercados de renta fija con y sin grado de inversión, así como a los mercados de renta fija privada. Los inversores ven más valor que antes en estos instrumentos de deuda a tipo fijo. Y para aquellos inversores más orientados al pasivo, los bonos con cupón fijo de alta rentabilidad se han convertido en una forma atractiva de mejorar la gestión del pasivo”, señala Perry.
Según la encuesta, aunque la deuda corporativa con grado de inversión es en general la primera opción para las asignaciones de renta fija privada previstas, existe dispersión entre los distintos tipos de inversores. Las compañías de seguros muestran una mayor preferencia por la deuda privada de infraestructuras, mientras que los fondos de dotación y fundaciones lo hacen por la deuda privada oportunista y los fondos de pensiones del sector público norteamericano se decantan decididamente por los préstamos sénior del mercado intermedio.