Desde 2008, las inversiones alternativas no han hecho más que ganar popularidad a nivel mundial. Esto ha permitido llegar al mercado nuevos instrumentos. En México, tal fue el caso de los Certificados de Capital de Desarrollo (CKDs) y Certificados de Proyectos de Inversión (CERPIs) , que revolucionaron la forma en que invierten las afores, permitiendo que estas tuvieran acceso a esta clase de activos.
Según un informe de Preqin de 2022, se calcula que el mercado mundial de inversiones alternativas alcanzará los 23,31 billones de dólares en 2026, frente a los poco más de 13 billones de dólares de finales de 2021. En México en particular, las inversiones alternativas son utilizadas principalmente por los family offices y, por medio de instrumentos como los CKDs o CERPIs, las Afores (administradoras de fondos para el retiro).
Según comentó Álvaro Meléndez en entrevista con Funds Society en su entonces cargo como vicepresidente técnico de la Asociación de Afores, actualmente hay más de 26.000 millones de dólares invertidos en esta clase de activos, y en el caso de los CERPIs, siempre y cuando se cumpla con la regla de que cuenten con al menos un 10% de inversión en México, estos vehículos “cuentan como [inversiones] nacionales”. Esto significa que, aunque otorgan una exposición importante a alternativos en el extranjero, no forman parte del 20% de límite a los activos invertidos fuera de México.
Algo interesante que notar es que, de acuerdo con cifras de la CONSAR, a cierre de 2018 las afores administraban 3.327.785.00 millones de pesos en activos, los cuales a abril de 2023 crecieron en un 64%. En ese mismo periodo, el crecimiento de las inversiones en FIBRAs ha sido del 81%, y de estructurados en 107%, más que duplicando los activos invertidos en 2018 y superando con creces el ritmo de crecimiento de los activos en general.
De acuerdo con datos de los expertos Homero Elizondo y Arturo Hanono a cierre de 2022, los CKDs, que fueron lanzados en 2009, han concentrado el 49% de los activos comprometidos en estructurados por parte de las afores con 128 instrumentos, mientras que su contraparte, los CERPIs, que fueron creados en 2016 pero no fue hasta 2018 que empezaron a invertir globalmente, han conseguido el 51% de los compromisos a la fecha.
Algo interesante que notar es que firmas como Afore Citibanamex han hecho cambios importantes a sus equipos para canalizar este tipo de inversiones. El principal ejemplo de esto es el nombramiento de Juan Carlos Martín a la cabeza del equipo de inversiones alternativas de Afore Citibanamex.
Desde entonces, y como comentó el CEO de la afore, Luis Kuri, a esta publicación: “Lo que hemos hecho es ir desarrollando expertise en el área de inversiones para poder invertir alternativos”.
México ha avanzado mucho en el desarrollo de su sector de mercados de capitales en los últimos años, impulsado por reformas encaminadas a aumentar la competencia, la transparencia y la protección de los inversores. Las modificaciones más recientes a la Ley del Mercado de Valores y la Ley de Fondos de Inversión (LMV), cambiaron las normas para la negociación de valores de requisitos de mérito a requisitos de divulgación. La intención era ampliar las bolsas de valores mexicanas y facilitar el acceso de las empresas a la financiación de los inversores.
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