Los inversores consideran que la menor liquidez en los mercados supone un cambio secular que está aquí para quedarse. Así lo explica el 48% de los encuestados en un nuevo estudio llevado a cabo por State Street Corporation en colaboración con la Asociación de Inversiones Alternativas (AIMA), representante global de los gestores alternativos. La regulación derivada de la crisis financiera de 2008, junto con los tipos de interés en niveles históricamente bajos y las bajas ratios de crecimiento en la economía global han constreñido la capacidad de muchos bancos de cumplir sus roles tradicionales como creadores de mercado, lo que ha impactado en las condiciones de liquidez a nivel mundial.
Más de tres quintas partes de los que respondieron la encuesta explican que las condiciones actuales han impactado en sus estrategias de gestión, y casi un tercio dice que ese impacto es significativo y ha llevado a reasignar la forma en que gestionan el riesgo en sus carteras. Más aún, dicen estar ajustándose a un escenario de menor liquidez en el que los roles de trading se están transformando, están emergiendo nuevos participantes en el mercado y en el que las plataformas electrónicas y el préstamo peer-to-peer están cambiando la forma en que las firmas transaccionan.
“La creciente regulación y la presión para gestionar costes han cambiado de forma significativa las condiciones de liquidez del mercado”, comenta Lou Maiuri, executive vice president y responsable del negocio de Global Exchange y Global Martets en State Street. “El nuevo paradigma de liquidez está provocando que muchos jugadores en la industria reconsideren temas fundamentales como qué rol juegan, dónde invierten y cómo realizan sus transacciones”, explica.
No hay una forma única para re-balancear el riesgo de las carteras, y los inversores se adaptan poniendo en foco en tres áreas, dice el estudio. En primer lugar, racionalizando el riesgo: el cambio en las condiciones de liquidez ha hecho que los inversores busquen desarrollar las estrategias y herramientas adecuadas, que pasan por mejorar la forma en que miden y reportan el riesgo de liquidez, y reasignar la forma en que gestionan el riesgo en sus carteras. El 42% de los encuestados dicen que las nuevas condiciones hacen más difícil reportar sus posiciones de liquidez a los reguladores y el 44% planea invertir en mejorar sus capacidades de reporting de riesgos.
El segundo foco es optimizar las carteras: aunque hay más vehículos líquidos que están ganando peso (como los ETFs o los fondos UCITS), es clave tener una estrategia holística que equilibre el riesgo con los retornos en la cartera. El 53% de los gestores e inversores encuestados planea añadir más inversiones líquidas y el 44% está aumentando el tamaño de su asignación a liquidez para hacer frente a futuras obligaciones o reembolsos.
El tercer foco es buscar nuevas herramientas ante nuevas reglas: las nuevas condiciones de liquidez están inspirando a los jugadores de la industria a invertir en nuevas soluciones y plataformas como los préstamos peer-to-peer que proporcionan fuentes de liquidez alternativas. El 49% dice que el papel de las instituciones no bancarias como proveedores de liquidez crecerá y el 42%, que este crecimiento vendrá de los hedge funds. Además, casi la mitad afirma que los hedge funds podrían jugar un papel clave a la hora de proporcionar liquidez en un mercado más volátil.
“Los hedge funds y otro tipo de gestores están respondiendo a los retos de la liquidez de mercado buscando nuevas oportunidades, que incluyen asumir un papel más prominente como creadores de mercado, proporcionando nuevas fuentes para financiar la economía real o prestando su apoyo y experiencia para mejorar la gestión del riesgo de liquidez”, explica el CEO de AIMA, Jack Inglis.