Controles más estrictos sobre el movimiento del capital, precauciones respecto a las políticas económicas internas y mayores expectativas con relación a los mercados internacionales estimulan grandes flujos de dinero transfronterizos a través de fondos y modelos alternativos de inversión.
De acuerdo con FlexFunds y pese a la paradoja del proteccionismo que se ha revivido en economías desarrolladas, la globalización ha conducido a los mercados hacia la apertura de las fronteras y un flujo cambiante de los recursos. Hoy, la riqueza está en constate movimiento en el planeta a través de fondos no bancarios que incluyen “depósitos individuales, corporativos y gubernamentales”.
El dinero ahora se mueve a una tasa récord. Un análisis de los datos del Banco de Pagos Internacionales (BIS, por sus siglas en inglés) confirma que los depósitos no bancarios extranjeros “aumentaron en 97.000 millones de dólares en el año hasta junio de 2017 en las 29 locaciones que brindan informes detallados”, según explica el informe The Wealth Report. Justamente en ese listado aparece Estados Unidos como uno de los mercados más activos en el flujo de la riqueza global, no sólo como punto de origen sino también como destino de inversiones internacionales, tal y como lo revelan las cifras en el estudio.
Por otra parte, se explica que los fondos chinos depositados aumentaron en 172.000 millones de dólares, lo que equivale a un 721% en tres años hasta junio de 2017. En tanto que “los depósitos en poder de entidades no bancarias rusas aumentaron en 6.000 millones de dólares, un avance del 21%”, señala.
La expansión de vehículos alternativos de inversión
Estos flujos continuos del dinero han derivado en la creación de vehículos alternativos de inversión en todo el planeta, que van desde opciones de titularización de activos hasta nuevos fondos privados que llegan a impulsar ideas de negocio, el desarrollo de sectores o la modernización del aparato financiero.
Mercados como Colombia han visto un gran crecimiento, donde “los fondos que están operando en el país sumaron en dos décadas compromisos de capital que superan los 28.000 millones de dólares”, según un reportaje de Portafolio sobre Colombia, en el que se cita un estudio de la firma EY y ColCapital.
La securitización, un instrumento que permite convertir un activo ilíquido en un bono que se emite en el mercado de capitales y genera rentabilidad a los inversionistas, también contribuye con la dinámica. Nuevos fondos interesados en generar rentabilidad a partir de emprendimientos con potencial de escalabilidad o industrias particulares que crecen a buen ritmo en un país, son fácilmente distribuidos a través de la securitización.
Después de la crisis financiera global de 2008 y el fortalecimiento de los mecanismos de control, la securitización se ha convertido en una opción de financiación atractiva y de diversificación del portafolio de las inversiones sin importar el tamaño de la organización.
Un reciente análisis de Portafolio, por ejemplo, explica que “en el 2006, el equipo de fútbol Arsenal F.C. recaudó 260 millones de libras a través de un esquema de titularización siguiendo el ejemplo del Newcastle, que en 1999 obtuvo 55 millones de libras gracias a la ‘securitización’ de su taquilla. Este dinero fue utilizado para pagar deudas existentes y construir el nuevo estadio del equipo”.
La tendencia marca que el flujo internacional de la riqueza sigue su curso progresivo y logra sobrepasar la porosa regulación de los mercados, pese a los intentos para poner mayor énfasis al control fiscal en casos particulares que sí lo requieren. “Algunos inversores parecen dispuestos a permanecer fuera del alcance de las regulaciones. EE. UU. y Taiwán son una minoría de las principales economías que no se han comprometido con el CRS (Common Reporting Standard)”, agrega The Wealth Report.
Este movimiento financiero más allá de las fronteras supone un reto para la mayoría de los mercados, en un escenario en el que coexisten diversos mecanismos para la acumulación de la riqueza como las criptomonedas, la disrupción de las “Fintech” y la facilidad con la que se puede titularizar activos o crear fondos de inversión. Todos son elementos que han contribuido con estos movimientos del dinero a un ritmo frenético en los últimos años.
The Wealth Report expone que países como China han tratado de poner un control en las inversiones más allá de sus fronteras y por ende desde julio de 2017 los bancos “deben informar sobre cualquier cliente que deposite o retire más de 10.000 dólares en divisas en un solo día, y desde el comienzo de este año, el Gobierno limitó los retiros anuales en el extranjero de las cuentas bancarias chinas a 15.400 dólares”.
Otras alternativas consisten en las imposiciones de impuestos y el fortalecimiento de normas fiscales para tener un mayor control sobre las operaciones como ya lo están haciendo en Australia, Nueva Zelanda o Reino Unido. No obstante, a través de la iniciativa CSR, impulsada por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), se busca crear mecanismos homogéneos de control para este tipo de operaciones que involucran fondos internacionales.
Puede concluirse que el aumento de los flujos extranjeros ha desafiado a la regulación con el impulso de los desarrollos tecnológicos y la expansión de los sistemas de recaudación de capital, a la vez que supone grandes oportunidades para el desarrollo de las economías.