La emergencia climática ha dejado de ser una cuestión de futuro. En un contexto en el que las grandes economías necesitan tomar las medidas necesarias para asumir los objetivos marcados por la Unión Europea en materia de emisión de residuos, ser sostenible es más rentable que nunca. De hecho, tal y como informa el venture capital Seven Roots, las empresas de impacto positivo facturan más que sus competidoras directas en sectores como los de alimentación, belleza, limpieza, moda o tecnología.
La sostenibilidad es una de las claves para la supervivencia de las compañías españolas en la actualidad. Y es que España, pese a ser una potencia emprendedora en el ámbito europeo, sufre una elevada tasa de mortalidad empresarial. Concretamente, el 61,5% de las empresas que se crean no superan los cinco años de vida, según el último informe de crecimiento empresarial de Cepyme. El 94% son microempresas con menos de 10 trabajadores.
Es por eso por lo que la inversión en empresas de impacto positivo ha duplicado su volumen en España desde el inicio de la pandemia. Fondos de inversión nacionales e internacionales, family offices e inversores privados han puesto el foco en startups de impacto positivo buscando una media de retorno sobre la inversión en el mercado de capital riesgo superior al 1,5. “Estas rentabilidades son posibles para nosotros porque entramos en las compañías con una participación del 50%, de modo que podemos tomar decisiones sobre la gestión y el modelo de negocio con el objetivo de obtener rentabilidad desde el primer momento y poner en marcha un business plan escalable y con ambición global”, asegura Sandra Rams, CEO de Seven Roots.
La firma se muestra contraria al modelo tradicional de financiación de startups tecnológicas basado en acceder a nuevas rondas de financiación y tomar decisiones en base a los indicadores y métricas que no tienen que ver con la rentabilidad del negocio: «Es un sistema obsoleto», afirma Rams. De hecho, la compañía ya ha alertado del peligro de tendencias como el ‘marketing verde’ y de su potencial para captar nuevos compradores. Y es que las empresas descubrieron que, ante unas características y precios similares, el comprador acostumbra a decantarse por el producto más sostenible sin comprobar, en la mayoría de los casos, si lo es realmente.
“En Seven Roots vamos siempre un paso más allá en el concepto de sostenibilidad, exigiendo a todas las empresas en las que invertimos los mayores estándares de calidad y sometiéndolas a exámenes para validar que su impacto social y medioambiental sea directo, concreto y medible. No tenemos alternativa. La falta de recursos es una realidad, y hemos generado más residuos en los últimos 20 años que en los anteriores 2000, por lo que no queda otra que cambiar”, concluye la experta.