Según el informe de la consultora estratégica Bain & Company Private Equity Takes a Midyear Bounce off the Bottom, en mitad de un año histórico, estas empresas están retomando su actividad, tras los débiles datos de inicio de año. El total de operaciones del primer semestre de 2020 cayó un 36% en América y un 34% en Europa, Medio Oriente y África (EMEA), en comparación con los primeros seis meses de 2019.
El informe indica que, en junio, la actividad se aceleró de manera contundente en América y EMEA después de caer precipitadamente al comienzo de la pandemia. El total de operaciones de junio también tuvo una tendencia al alza en China, aunque, en general, el panorama en Asia-Pacífico es más confuso debido a los efectos de la pandemia y las respuestas de los diferentes países.
Según explica Álvaro Pires, socio de Bain & Company, “si bien se observa más prudencia en los fondos, sobre todo en los locales dada su mayor exposición a ciertos mercados como el español, la situación actual plantea nuevas oportunidades y la mayoría de los fondos las están buscando activamente aprovechando las bajas valoraciones. Como sucede a nivel global, hemos visto una recuperación en el nivel de actividad y, en principio, no se prevé que se revierta esta tendencia en el corto plazo.”
Mientras que la crisis financiera global provocó grandes problemas estructurales sobre el sistema financiero, los efectos de la pandemia del COVID-19 han sido más parecidos a los provocados por un desastre natural. Según indica el informe, este evento indudablemente tendrá un gran impacto económico, pero no refleja la debilidad subyacente de la demanda. Sigue existiendo un riesgo real de que el efecto del COVID-19 sobre la actividad del consumidor dure lo suficiente como para transformarse en una crisis financiera, pero hasta ahora, el mercado apuesta por un efecto algo más benévolo.
Reticencia a las salidas
La volatilidad del mercado y la difícil pregunta acerca de cómo ha cambiado el comportamiento del consumidor en los distintos sectores hacen que sea difícil desarrollar una valoración concluyente. El documento indica que los inversores están evaluando en qué medida el coronavirus está afectando la demanda de los clientes en este momento y cómo evolucionará la demanda a medida que la recesión económica y la recuperación posterior sigan su curso.
Según una encuesta de Investec, más del 80% de todos los GPs declaran que no esperan llevar a cabo ninguna operación de venta de sus participadas en los próximos 12 meses. En comparación con las inversiones y las salidas, la actividad de fund-raising se mantuvo relativamente bien durante el primer semestre del año. Esto se debe, en gran parte, a que los fondos se cerraron durante los dos primeros trimestres, beneficiados por el capital comprometido antes de la pandemia del COVID-19. El capital levantado en todo el mundo en el primer trimestre en realidad superó los niveles de 2019, pero cayó un 18% respecto al segundo trimestre del año anterior.
Tendencias emergentes
A medida que las empresas de private equity intentan aprovechar al máximo un período de agitación sin precedentes, el informe identifica tres claras de la crisis del COVID-19 hasta el momento. La primera de ellas es que la experiencia sectorial es más importante que nunca. El informe considera que descubrir cómo el COVID-19 está remodelando los distintos sectores y el efecto a largo plazo en sus carteras es probablemente el desafío más difícil al que se enfrentan los GPs. Otro aspecto relevante será determinar el efecto y la velocidad a la que deben adaptarse los proveedores, esto requerirá un análisis en profundidad de la exposición específica de la compañía a la dinámica concreta de la industria.
La segunda tendencia que identifica es la obsolescencia del plan de creación de valor. “Con tantos cambios y tan rápidos, los gestores de fondos deben reevaluar los fundamentales de cada plan de negocio de las empresas de sus carteras. ¿Cuáles son los elementos que creía que iban a crear valor en este negocio? ¿seguirán estando vigentes? A raíz del COVID-19 todo ha cambiado; el futuro es ahora”, apunta el informe.
Por último, la tercer tendencia es la digitalización. Según el documento, a pesar de toda la sofisticación digital de sus profesionales, el negocio del capital privado es completamente analógico. “El COVID-19 también está obligando a una revisión de lo que la tecnología puede hacer en toda la cadena de valor de inversión, desde acuerdos de abastecimiento, hasta la monitorización de la cartera de las compañías, pasando por la evaluación de las oportunidades de salida”, señala en sus conclusiones.