Estados Unidos acaba de pasar por una nueva temporada de huracanes y si bien las catástrofes siempre son malas noticias, los inversores podrían verse beneficiados.
Una combinación de emisión récord, características estructurales mejoradas y primas de riesgo resistentes tiene el potencial de ofrecer rendimientos atractivos en el mercado de bonos catastróficos, dice un artículo de Jack Burdick de Neuberger Berman.
Tras registrar niveles récord de emisión en 2024, el mercado de bonos catástrofe parece ahora preparado para ofrecer un punto de entrada único y atractivo para los inversores.
En el primer trimestre de 2023, los desequilibrios entre la oferta y la demanda, agravados por el huracán Ian, provocaron restricciones de capacidad en los mercados de reaseguro tradicionales, asegura Burdick.
A medida que aumentaba la necesidad de cobertura, los diferenciales de los bonos cat (el componente de prima de riesgo del cupón) alcanzaron un máximo de aproximadamente el 11,5%, aproximadamente 1,4 veces más que el diferencial de 12 meses antes y 2,2 veces más que los niveles de precios observados durante los mínimos relativos de 2017.
Además del aumento de las primas, el mercado se benefició de mejoras significativas en la suscripción, como el aumento de las franquicias de siniestros y una cobertura de riesgos más limitada.
“Desde abril de este año, hemos sido testigos de un notable resurgimiento de los diferenciales elevados, un cambio potencialmente favorable para los inversores”, comentó.
El récord de emisiones registrado en lo que va de año, con más de 12.000 millones de dólares de capital riesgo comercializado en 75 bonos, ha contribuido a que los diferenciales se mantengan fuertes hasta 2024, y es probable que este año se supere el récord de 15.000 millones de dólares emitidos en 2023, explica el informe.
La volatilidad también ha estado presente, con entradas y vencimientos de inversores que a veces creaban una sobreabundancia de capital que deprimía los diferenciales, sólo para ser respondida por altos volúmenes de emisiones primarias que conducían a fuertes correcciones de precios.
“Esto se vio claramente en el segundo trimestre de 2024 cuando, en ausencia de entradas de capital y de grandes vencimientos, la elevada emisión forzó una importante ampliación de los diferenciales”, explica Burdick.
Como consecuencia, el tamaño medio de las operaciones se redujo, la mayoría de las operaciones se valoraron por encima de su orientación de mercado y algunas incluso se retiraron. En algunos casos, los precios se acercaron a los niveles observados por última vez tras el huracán Ian, un grado de ampliación sin precedentes en ausencia de un acontecimiento real. Los bonos Cat también se benefician de un mercado secundario activo en el que la volatilidad puede crear oportunidades de negociación.
“A la luz de los volúmenes récord de emisión, la mejora de las características estructurales y la resistencia de los diferenciales, creemos que el mercado de bonos para catástrofes está preparado para seguir creciendo y ofreciendo oportunidades; además, pensamos que podría desempeñar un papel más importante en el ámbito del reaseguro a medida que más emisores adopten esta forma de transferencia del riesgo”, concluye el experto.
Para leer el informe completo, puede ingresar al siguiente enlace.