Un grupo de propietarios de la Torre Trump de Punta del Este, Uruguay, se organizaron para retomar la obra del edificio que fue suspendida en octubre del año pasado por falta de fondos. El edificio de lujo de 25 pisos frente al mar se empezó a construir y a vender en 2013.
“Nos reunimos un grupo de compradores, empezamos a hablar, nos contactamos por las redes sociales y así fue que con Rolando (Rozemblum) nos organizamos y el armó el sindicato. Él fue quien armó el sindicato, le pusimos un nombre medio irónico, somos todos los compradores que estamos aunados por el mismo mal de no tener nuestras unidades”, dijo a Funds Society uno de los líderes del comité de propietarios, Jorge Garber.
Garber, ingeniero civil dedicado a la construcción, comentó que la torre tiene un avance de más del 70% para la entrega de las unidades. Sin embargo, los amenities solo están en su fase inicial, a un 25% aproximadamente.
La estrategia de los propietarios, que están organizados desde octubre del año pasado, es culminar las unidades para salir a vender los apartamentos y con ese ingreso pagar a un grupo de bonistas y comenzar la construcción de los 12.000 metros cuadrados para los amenities.
“Nosotros aportamos la plata que nos falta pagar contra la entrega de la unidad, terminamos la torre y ahí nos quedan metros cuadrados para vender con la torre terminada y culminar los amenities”, fue el discurso de Garber para convencer a sus socios y vecinos, recordó.
Según los costos que maneja este comité de propietarios, asesorado por un contador especializado en finalizar obras sin concluir, la terminación total del proyecto implicaría unos 30 millones de dólares restantes que se dividen en una mitad para las unidades y la otra para los servicios.
De ahí en más, se creó un recurso legal, Acuerdo Público de Reestructuración, donde se reunieron a todos los involucrados (propietarios, bonistas, representantes de la marca Trump, accionistas minoritarios y la empresa desarrolladora) y la justicia homologó un plan de trabajo.
Un proyecto financieramente fallido
“Fue la mejor manera de llegar a buen puerto, no podía solo basarse en buenas intenciones, debía tener un marco jurídico legal para dar tranquilidad y transparencia”, dijo a Funds Society Rolando Rozemblum, quien recordó que este “es un proyecto financieramente fallido” y por esa razón se necesitaba “un paraguas de transparencia y credibilidad”.
Los propietarios defendieron el proyecto inicial haciendo hincapié en la importancia de la marca Trump, para que la construcción sea «la mejor de Sudamérica».
“La obra se va a concluir en base a los estándares de Trump que es una torre de muchísimo lujo, la torre más lujosa de Sudamérica, los estándares van a ser altísimos en función de las exigencias de ellos, la obra va a ser construida en base a la memoria descriptiva y en base a lo que el comprador compró”, aseguró Garber, vocero de la parte de construcción.
Rozemblum, por su parte, comentó que en un principio esperaban una caída del valor, sobre todo por la pandemia, pero reconoció que las medidas de captación de inversiones que plantea el gobierno uruguayo levantaron el valor del mercado.
“Efectivamente se preveía una caída por básicamente dos factores: el inicio de pandemia y el otro motivo es el desgaste institucional que tiene la imagen de la torre; pero resulta que a raíz de la situación reciente de la migración masiva de argentinos que se está dando en Punta del Este también se nota que está creciendo el mercado inmobiliario”, explicó.
Entre 6.000 y 6.500 dólares el metro cuadrado
El empresario residente en el principal balneario de Uruguay estimó que los valores de venta rondarán entre 6.000 y 6.500 dólares por metro cuadrado “como cualquier torre de primera línea”.
En un relevamiento realizado por Funds Society se encontraron un gran número de ofertas del mercado inmobiliario de Punta del Este por debajo del valor estimado.
Sin embargo, diversos operadores inmobiliarios de la zona destacaron avances en diversas construcciones de calidad del nivel de la Trump Tower, además de otros proyectos en camino para los próximos años.
En cuanto a la marca del presidente de EE.UU., los propietarios coincidieron en la buena voluntad de la familia Trump que decidió esperar los tiempos de esta nueva etapa para cobrar los pendientes por el royalty.
“Son muy receptivos, han demostrado una flexibilidad muy buena para que esto salga a adelante. En algún momento se habló de bajar la marca, pero apenas se tuvo algún contacto se notó que ellos tenían interés de que se termine el proyecto”, aseguró Rozemblum.
Según el calendario, la obra retomaría las actividades entre finales de agosto o principios de septiembre y llevaría unos 12 meses aproximadamente para finalizar la torre.
Sin embargo, tras ser consultados por el final de obra total, incluidos los amenities, la fecha de entrega sería entre diciembre de 2022 o enero de 2023.
La obra impulsada en 2013 por un desarrollador de origen argentino, Faroy S.A. y que estimaba ser entregada en 2018, consta de una torre de 25 pisos con 156 apartamentos y 12.000 metros cuadrados de amenities.
Entre los servicios que ofrecerá la construcción, una vez terminada por completo, se destacan una cancha de tenis con normas de competición oficial, helipuerto y campo de golf.