El interés de los inversores internacionales en el ladrillo español no solo está encontrando aliados en los precios del mercado sino también en la actitud de las autoridades del país. El llamado «banco malo» español, o Sareb, creado en 2012 para aglutinar la mayor parte de préstamos hipotecarios de riesgo, viviendas embargadas, locales comerciales inacabados y terrenos sin explotar en manos de los bancos con problemas en España, quiere vender los activos en su poder, por valor de 51.000 millones de euros.
Para agilizar la venta, podría modificar la forma en la que comercializa y vende propiedades y préstamos hipotecarios, lo que podría abrir la puerta a que fondos de inversión internacionales aumenten su peso en el mercado inmobiliario español, según informaciones de la agencia Efe Dow Jones, además de poner fin a un potencial conflicto de intereses.
Así, la Sareb iniciará un proceso de subasta en las próximas semanas para reemplazar a los actuales bancos comercializadores, que son las mismas entidades que pusieron sus activos en el banco malo (dando lugar a potenciales conflictos de interés), y elegirá a los nuevos comercializadores antes de septiembre. En total, elegirá a no más de cuatro firmas de inversión para comercializar y vender dichos activos, según comentó un directivo de la Sareb a la agencia Efe. Las nuevas firmas encargadas de estos servicios se elegirán en base a precio y experiencia.
Además de que esta nueva forma de comercialización de propiedades y préstamos daría facilidades de inversión a los fondos internacionales, los nuevos contratos resolverían también el potencial conflicto de intereses existente ahora. Actualmente, son los nueve bancos que transfirieron cerca de 200.000 activos relacionados con el sector inmobiliario al banco malo los que comercializan estos activos en nombre de la Sareb. Algunos expertos creen que hay conflicto de intereses porque los bancos que gestionan los activos de la Sareb están también tratando de desprenderse de aquellos activos inmobiliarios de su propiedad que no transfirieron al banco malo.
Como su contrato finaliza en diciembre, la Sareb estaría pensando en su sustitución para agilizar las ventas de esos activos en su poder.
Además, actualmente, el 55% de la Sareb está en manos de los principales bancos del país, como Banco Santander y Caixabank. Estos accionistas ofrecen acuerdos hipotecarios a los clientes que compren viviendas vendidas por el banco malo, lo que según Sareb ayuda a vender más viviendas al tiempo que atrae nuevos clientes a los bancos. Algunos analistas ven un posible conflicto de intereses en que los principales bancos del país estén en el consejo de la Sareb. Por su parte, la Sareb alega que gestiona dicho riesgo con estrictas normas sobre quién puede conocer y participar en las votaciones de su consejo. El resto de las acciones de la Sareb están en manos del fondo de reestructuración bancaria, o Frob.
Poner fin a las pérdidas
Este sistema, que agilizaría la comercialización, también ayudaría a la Sareb sanearse, pues registró pérdidas de 261 millones de euros el año pasado, a pesar de la venta de 9.000 inmuebles, 2.500 hectáreas de suelo en operaciones minoristas y el cierre de una docena de operaciones de venta de carteras mayoristas.