La inversión de impacto, caracterizada por buscar un impacto social y ambiental positivo además de una rentabilidad financiera, sigue ganando en relevancia dentro de la inversión sostenible. Así lo han asegurado los expertos en la jornada El rol de inversor institucional en la inversión de impacto, organizada por Spainsif y SpainNAB.
Según el último estudio de Spainsif, La Inversión Sostenible y Responsable en España 2020, la inversión de impacto ha pasado de 227 millones de euros en 2018 a 29.567 millones de euros en 2019, convirtiéndose en la tercera estrategia de inversión sostenible con mayor volumen de activos gestionados con criterios ambientales, sociales y de gobernanza (ESG, por sus siglas en inglés) en España. Por otro lado, el estudio anual 2020 de SpainNAB destaca que la inversión ha aumentado en un 60%, al pasar de 90 millones de euros en 2018 a 229 millones en 2019. Además, estima que en 2021 la cifra se triplicará respecto a 2018, alcanzando los 360 millones de euros.
“La inversión de impacto es una tendencia al alza que impulsa un proceso de medición del impacto medible y cuantificable de la inversión en activos financieros muy diversos, que van desde la inversión en capital riesgo, determinados activos cotizados o la financiación bancaria a empresas de la economía social. Así, la inversión de impacto, junto con la inversión responsable y sostenible, supone un cambio de paradigma hacia la economía de Impacto que persigue el SpainNAB”, ha explicado durante la inauguración de la jornada, el presidente de SpainNAB, Juan Bernal.
En el caso de SpainNAB, esta cifra se ha calculado a partir de fondos gestionados desde España bajo la definición de inversión de impacto de la entidad. Así, invierten con intención de generar impacto positivo para la sociedad y/o el planeta, lo miden y, además, ofrecen expectativa de rentabilidad financiera. Por el momento, los fondos españoles identificados se han concentrado en invertir exclusivamente en activos no cotizados.
En el caso de Spainsif, los datos obtenidos se han calculado siguiendo la metodología de Eurosif y la de Global Sustainable Investment Alliance (GSIA), teniendo en cuenta las respuestas a un formulario sobre las estrategias de inversión que aplican las entidades encuestadas, con una muestra representativa del 65% del total del mercado de gestión de activos (403.268. millones de euros). La estrategia de inversión de impacto es aquella que tiene en cuenta los riesgos ESG, la rentabilidad y el impacto medible. A efectos de cuantificar el impacto se atiende principalmente a métricas ambientales, así como a indicadores relacionados con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
Con el objetivo de armonizar datos, ambas organizaciones tienen previsto un trabajo conjunto en los próximos meses para enriquecer las metodologías de sus respectivas investigaciones de mercado.
Joaquín Garralda, presidente de Spainsif, ha valorado positivamente el impulso de esta aproximación en el desarrollo cualitativo de la inversión sostenible. “Cada vez más los inversores institucionales y privados apuestan por ampliar su gama de productos incluyendo aquellos que generen conscientemente un impacto social y ambiental positivo con rentabilidad financiera, lo que es un indicador del aumento de su demanda por parte de los ahorradores finales”, asegura el experto.
Además, Spainsif y SpainNAB han hecho pública la firma de un acuerdo de colaboración para impulsar la inversión de impacto en España. En este marco, ambas organizaciones contemplan colaborar en actividades de promoción de las finanzas sostenibles y de impacto; concretamente en eventos e iniciativas conjuntas, así como en aspectos relacionados con la investigación y la formación.
La jornada ha contado con la charla especializada de Anne-Charlotte Pesce y Jon Sallé, que han presentado el caso francés del fondo de pensión denominado comúnmente fondo 90/10. Estos vehículos, institucionalizados por la ley LME de 2008, han permitido una importante ampliación de las inversiones de impacto. También han tenido lugar dos mesas de debate en las que se han analizado la importancia de la intencionalidad del inversor institucional y la oferta de productos en este tipo de inversión.
Los participantes han profundizado en la responsabilidad de los inversores que gestionan un gran volumen de activos para movilizar la financiación privada con el fin de cumplir la Agenda 2030; en el crecimiento de la financiación combinada público-privada, que está permitiendo a los fondos de impacto ganar en escala para atraer a los grandes inversores institucionales europeos; y en el cambio de actitud de estos actores, que buscan cada vez más activamente generar un impacto social y ambiental positivo y medible.
En las mesas redondas han participado Alberto Matellán, economista jefe de MAPFRE; Javier Llorente, miembro de la Comisión de Control del fondo de pensiones de Bridgestone; Isabel Goiri, presidenta del Consejo Asesor de Inversiones de Anesvad; Pedro Goizueta, responsable de Relación con Inversores y Operaciones de GSI; Ana Claver, directora de Robeco para Iberia y Chile; y Agustín Vitorica, cofundador y coCEO de Gawa Capital. Laura Blanco, directora de Conocimiento y Divulgación de SpainNAB, y Carmen Boulet, de Partnerships & Branding en Clarity AI, han participado en la sesión como moderadoras.