El cuarto trimestre de 2022 resultó ser un trimestre de transición para la industria de capital riesgo. Según el último informe elaborado por TheVentureCity, se produjo una caída del volumen de financiación en todos los ámbitos, tanto a nivel geográfico como etapa de inversión. En concreto el volumen de financiación y el número de operaciones se redujeron a 52.500 millones de dólares en 5.683 operaciones, y el volumen de salidas respaldadas por fondos de capital riesgo en el cuarto trimestre se ralentizó hasta 5.200 millones de dólares, el mínimo trimestral en 10 años. En cambio, en 2022 se registró la mayor cantidad de capital captado por fondos de capital riesgo, 163.000 millones de dólares.
“Se pueden sacar muchas conclusiones sobre las causas de esta situación: relajación cuantitativa excesiva, avalancha de capital en el mercado debido al COVID, subida de los tipos de interés como respuesta a una inflación descontrolada, tensiones geopolíticas, etc. Sean cuales sean las causas, los efectos fueron en cascada: la renta variable pública cayó en picado en el primer trimestre de 2022 y el capital de casi todas las clases de activos se retiró rápidamente. Este mercado es diferente a otros del pasado, ya que 2022 fue la primera vez desde 1969 en que tanto el S&P 500 como el Bloomberg US Aggregate Bond Index terminaron en números rojos. Vimos cómo esta retirada de capital se manifestaba a lo largo de los trimestres en el capital riesgo, con los principales efectos en las operaciones en fase inicial y semilla en el tercer y cuarto trimestre de 2022”, explican.
Según su informe, las conclusiones que se extraen son relativamente claras. Los fondos de capital riesgo se han retirado del mercado por multitud de razones y se han centrado en sus carteras existentes. “Tienen previsto desplegar grandes cantidades de capital en los próximos años, pero están esperando a que pase la tormenta para hacerlo. Es probable que veamos un aumento de las OPI y de las fusiones y adquisiciones como indicadores de unas condiciones más optimistas en el mercado de capitales de renta variable, pero éstas se basarán en la rotación de los inversores desde activos que devengan intereses (deuda) hacia activos de mayor riesgo”, indican entre sus conclusiones.
Para Clara Bullrich, co-fundadura de The Venture City, este “reseteo” era algo necesario. “Creo que las correcciones son saludables a largo plazo para las tendencias seculares más alcistas. Estoy expectante de cara a 2023 como inversora. En un primer momento esta situación ha podido causar daño, pero creo que el mercado nos puede brindar nuevas oportunidades, sobre todo en aquello que tiene que ver con la innovación. Creo que en muchos sentidos es más sencillo construir en mercados bajistas que en los alcistas”, apunta.
El informe señala que sobran motivos para ser pesimistas, ya que tanto las empresas emergentes como los inversores están sufriendo las consecuencias en sus cuentas de resultados y en sus indicadores de rentabilidad. Sin embargo, deficiente que también observan muchas razones para el optimismo debido a la oportunidad que se presenta. “En dura yuxtaposición, a medida que los inversores se retiran de los mercados de capitales, hemos observado que los fundadores y los operadores se atrincheran y construyen empresas increíbles y realizan avances tecnológicos extraordinarios. Esta paradójica combinación genera una oportunidad única para los inversores pacientes con pólvora seca. En los últimos tiempos no ha habido tantos fundadores cualificados creando empresas que cambien las reglas del juego a valoraciones tan atractivas. Si combinamos esto con la probabilidad de que fracasen muchos operadores tradicionales del mercado y los enormes avances en la intersección de la ciencia y la tecnología, llegamos a una tormenta perfecta para una verdadera disrupción”, defiende el documento.
En busca de oportunidades
En este sentido, el informe argumenta que, coincidiendo con la visión de Bill Gross, el momento oportuno es a menudo el principal motor del éxito de las nuevas empresas. Así pues, la firma entiende la oportunidad como la creación de la solución adecuada para el problema adecuado en el momento en que la tecnología ha avanzado hasta el punto en que se puede desbloquear un nuevo valor. “Nos centramos en tres sectores que están teniendo su momento ahora mismo debido a la oportunidad, y los fondos de capital riesgo se están apresurando a invertir en estos espacios por esa razón. Se trata de la inteligencia artificial generativa, la salud mental y la tecnología climática”, apuntan.
Sobre la primera de estas áreas destacan que, en los últimos 20 años, la inteligencia tradicional se ha englobado en la «IA analítica»: los ordenadores son más capaces que los humanos de analizar un conjunto de datos y ofrecer resultados. Sin embargo, eran inferiores a la hora de generar trabajo creativo, es decir, trabajo nuevo en lugar de comprender algo que ya existe. En su opinión, se ha producido un cambio importante con la aparición de la inteligencia generativa: trabajo creativo realizado por máquinas que puede adoptar la forma de arte, codificación, diseño gráfico, arquitectura, juegos, derecho, ventas, marketing, etc. “Este avance tecnológico tiene la capacidad de reducir a cero el coste marginal de la creación, generando así una productividad laboral y un valor económico masivos. Este cambio masivo fue impulsado a la luz pública por OpenAI; su importante avance de ChatGPT abrió los ojos del público a lo que la IA es capaz de hacer”, señalan.
Respecto a la salud mental, la firma considera que, tras las consecuencias que ha dejado el COVID-19, las startups están desarrollando tecnologías y terapias innovadoras para proporcionar atención de salud mental a quienes la necesitan. Por ejemplo, están utilizando la realidad virtual, el aprendizaje automático, la terapia de sonido y la hipnosis para mejorar la disponibilidad y accesibilidad de la atención a la salud mental. “Creemos profundamente en la responsabilidad de la tecnología para resolver algunos de los mayores problemas de la humanidad, y pocas startups ejemplifican mejor esa llamada a la acción que Reveri”, apuntan.
Por último, sobre la tecnología climática, el informe destaca que, en 2022, la actividad en la fase inicial de ClimateTech se aceleró un 61% y el número de acuerdos creció un 40%. En su opinión, este crecimiento coincide con recientes avances en la tecnología de la sostenibilidad que parecen prometedores.
“Con los efectos irreversibles del cambio climático acercándose rápidamente, la urgencia de un futuro sostenible sigue creciendo. Con este problema candente llegan los fundadores corriendo a resolver los principales problemas relacionados con el clima, seguidos de cerca por los inversores que esperan sacar provecho de esta creciente oportunidad”, concluyen.