En los últimos meses muchas gestoras españolas han impulsado sus departamentos de alternativos ilíquidos, o incluso los han creado con el objetivo de lanzar, por primera vez, fondos con estas estrategias. Las empresas de asesoramiento también se han sumado a esta tendencia, ampliando sus capacidades en esta área. En un entorno de tipos bajos, pero al alza, que pone en jaque a los activos tradicionales, los alternativos se consolidan como un elemento básico en la oferta de las entidades, que responden a una demanda creciente, también de clientes minoristas a los que la regulación podría facilitar el acceso.
Diversificación, rentabilidad y descorrelación son algunas características muy apreciadas que confluyen en un tipo de activo, los alternativos ilíquidos. Además, en el actual contexto macroeconómico, de tipos bajos y al alza, pueden suponer una buena opción en las carteras. «Algunas de las estrategias de los mercados alternativos ofrecen baja volatilidad y tipos de interés variables para navegar en un entorno de subida de tasas, y otras (activos reales) protección frente a la inflación», apunta Milagros Méndez, directora en Mercer Investments y especialista en Inversión Sostenible.
Los pros están claros; entre los contras, la iliquidez, pero es un hándicap que se va superando. «En origen, la iliquidez de estos activos desanimaba a algunos inversores, pero los bajos tipos de interés, y el paso de los años, que se ha traducido en buenos retornos para algunas firmas, han hecho que cada vez formen más parte de una cartera de inversión. Esta tendencia probablemente continuará en los próximos años», añade Silvia García-Castaño, directora general de inversiones y productos de Tressis.
Asimismo, la inflación, acompañada de los tipos bajos, según explica Rafael Soldevilla, director de Productos y Servicios de A&G Banca Privada, han llevado a la mayor parte de los inversores de renta fija a reducir su exposición a los mercados tradicionales y a incrementar su interés por estructuras de deuda alternativa con menores riesgos de duración. Otra de las tendencias que localiza el experto y suma atractivo a los alternativos en el actual entorno es el mayor tiempo que se toman las compañías antes de salir a bolsa, «lo que significa que la mayor parte del valor se genera en los mercados privados y de ello se benefician los fondos de capital riesgo».
En este sentido, para el experto, no considerar otras fuentes de rentabilidad más allá de las tradicionales es limitar las expectativas de las carteras. Además, señala que, en algunos casos, los mercados cotizados no facilitan el acceso a ciertos sectores o momentos del ciclo de crecimiento de las compañías, de tal forma que la única manera de conseguir exposición a estas entidades y sectores es a través de fondos alternativos.
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