En un momento en que la pregunta sobre si habrá una recesión sigue en el aire, las garantías parecen especialmente relevantes para blindar los fondos. Estos mecanismos juegan un papel clave, señalan actores de la industria chilena, y están en la mente de los inversionistas. Enfrentando riesgos de crédito y operativos, representantes de Frontal Trust, Sartor AGF, Ameris y Bci AM comparten qué factores deben priorizar los gestores de deuda privada.
En un mundo ideal, todas las deudas se pagan a tiempo. Como no vivimos en un mundo ideal, las distintas fórmulas de financiamiento a través de deuda tienen una variedad de salvaguardas instaladas, diseñadas para proteger el capital de los inversionistas en caso de un deterioro en la solvencia de las empresas. La deuda privada, uno de los activos que han ganado más popularidad en los últimos años en Chile, no es la excepción y sus protecciones parecen especialmente relevantes cuando el horizonte se ve difuso.
Aunque hay distintos niveles de optimismo en distintos sectores del mercado, el debate sobre si habrá una recesión –especialmente en Estados Unidos– sigue sobre la mesa. Analizando dato a dato, minuta a minuta, con la mirada clavada en los bancos centrales –especialmente en la Reserva Federal–, los inversionistas internacionales están atentos a las señales que alerten de un deterioro económico.
En el mundo de la deuda privada, según relatan actores de la plaza santiaguina, esto subraya en particular las garantías y otras variables de protección.
“En un contexto de debilidad económica, con altas tasas de interés y restricciones de liquidez, la constitución de garantías, al momento de entregar financiamiento, se vuelve más relevante para los fondos de deuda privada y para la industria financiera en general”, comenta Andrés Gardeweg, porfolio manager de Deuda Privada y Private Equity de Frontal Trust.
La importancia de proteger
Las garantías, explica el ejecutivo, permiten mitigar el riesgo por dos motivos principales: prioridad de pago que le permite a un fondo ponerse “primero en la fila”, antes de los créditos no garantizados; y, en caso de que no puedan pagar, la garantía se puede ejecutar, para recuperar todo o parte del financiamiento otorgado.
Andrés Gardeweg, Frontal Trust: “en un contexto de debilidad económica, con altas tasas de interés y restricciones de liquidez, la constitución de garantías, al momento de entregar financiamiento, se vuelve más relevante”
Desde Sartor Administradora General de Fondos (Sartor AGF) agregan que las garantías son un requisito esencial en la clase de activo, debido a que los deudores subyacentes son más riesgosos. “Hay que recordar que gran parte del AUM de deuda privada hoy en día está en deudores que no calificaron inicialmente en el banco, por lo mismo es que toma especial relevancia los mitigadores de riesgo”, comenta Max Busch, gerente de Inversiones de la firma.
Según relata Gardeweg, estos resguardos son una prioridad para el mercado de deuda privada actualmente. “Los inversionistas de deuda privada buscan retornos ojalá fijos y sin fluctuaciones, lo que principalmente se logra a partir de vehículos estructurados con buen nivel de garantías”.
Consideraciones importantes
Para la parte del ciclo económico en la que nos encontramos, señala Busch, se vuelve “muy relevante” la relación entre deuda y garantía, denominado Loan to Value (o LTV). “Si en la parte buena del ciclo podíamos prestar 70 pesos con una garantía de 100 pesos, ahora, con esa misma garantía el desembolso será de 50 pesos o incluso menos”, explica.
A esto se suma que el tipo de figura que se ocupa para el financiamiento también toma un mayor protagonismo. En algunas ocasiones, ejemplifica el ejecutivo de Sartor AGF, es preferible financiar compañías a través de operaciones de leaseback. En ese caso, la garantía es del acreedor, lo que facilita una eventual recuperación.
Además, hay que considerar la posición de los gestores en el escenario general. Dada la restricción de liquidez en el mercado, agrega Gardeweg, de Frontal Trust, “los fondos de deuda privada tienen más poder de negociación con las empresas, lo que permite exigir más y mejores garantías por parte de los deudores”.
Independiente del ciclo
En Ameris no ven un contexto de debilidad económica. Por el contrario, resaltan que ven “claras señales de recuperación”, según comenta Daniel Soto, gerente de Deuda Chile de la gestora especializada. Sin embargo, de todos modos, el ejecutivo recalca que “la calidad y cuantía de las garantías siempre son importantes en la deuda privada, independiente de la parte del ciclo económico en el que estemos”.
Max Busch, Sartor AGF: “Si en la parte buena del ciclo podíamos prestar 70 pesos con una garantía de 100 pesos, ahora, con esa misma garantía el desembolso será de 50 pesos o incluso menos”
En esa línea, el profesional detalla que su política de gestión de riesgos parte por mitigar con filtros en el sujeto de crédito y, como segundo criterio, las garantías que pueda aportar. Así, en ciclos más recesivos, la piscina de deudores elegibles para sus estrategias se achica.
Eso sí, Soto también destaca que es “común” que un crédito se origine en una parte positiva del ciclo, pero que su plazo lo haga “transitar inherentemente” por partes más débiles. En ese sentido, señala que el corazón del proceso de originación de Ameris está en la estructuración de covenants y garantías que sirvan en escenarios de estrés, debilidad o recesión económica.
Pero las salvaguardas no se acaban con las garantías. Adolfo Moreno, gerente de Institucional y Activos Alternativos de Bci Asset Management (Bci AM), recalca que una de las principales protecciones es que los gestores monitoreen constantemente la calidad de las inversiones de las carteras. “Tanto el valor de los subyacentes como la factibilidad de generar la liquidez a través de la ejecución de las garantías respectivas son esenciales para el éxito de la inversión”, indica.
Las principales preocupaciones
En lo que respecta a las ansiedades de los inversionistas de deuda privada, hay distintos factores que saltan a la vista.
Adolfo Moreno, BCI AM: “Tanto el valor de los subyacentes como la factibilidad de generar la liquidez a través de la ejecución de las garantías respectivas son esenciales para el éxito de la inversión”
Busch, de Sartor AGF, dice que la principal preocupación siempre es que “una parte importante del portafolio tuviera que verse deteriorada por eventos de no pago”. Un riesgo latente, señala, que se debe combatir con la aplicación de mitigadores, incluyendo equipos de inversiones y riesgos con experiencia, garantías de buena calidad, diversificación y un holgado stock de provisiones.
Soto, de Ameris, concuerda con que el mayor riesgo es de crédito, pero también destacan un flanco de riesgo operativo. “También es algo muy presente en este tipo de operaciones. Aquí se está generando un ecosistema incipiente, pero muy interesante, con tecnología, de la mano de avances de la inteligencia artificial, para reducir errores humanos en este aspecto”, dice.
Las prioridades de los gestores
Considerando todo esto, una pregunta natural es qué deben priorizar los gestores de activos en sus inversiones de deuda privada. Junto con las garantías de buena calidad, la lista es variada.
Para Ameris, es necesario priorizar los flujos y el “character” de la compañía. Esto se refiere al “carácter” de los dueños de una firma, en el contexto del análisis crediticio o evaluación financiera: integridad, ética y reputación de los propietarios o gerentes clave de la empresa.
En Sartor AGF enfatizan en una buena diversificación de deudores, una ratio LTC conservador y una política de provisiones conservadora. “Esto último es clave para darle estabilidad al fondo y no tener eventos de rentabilidad negativa, entendiendo que castigos siempre van a haber”, recalca el gerente de inversiones de la gestora.
Daniel Soto, Ameris: “Se está generando un ecosistema incipiente, pero muy interesante, con tecnología, de la mano de avances de la inteligencia artificial, para reducir errores humanos”
Desde Bci AM acotan que es importante definir y transparentar modelos de valorización de los subyacentes que permitan reflejar el valor de mercado de las inversiones. La idea, explica Moreno, es incorporar “modelos de provisiones, deterioro u otros que permitan reflejar en valor del riesgo o probabilidad de default de cada inversión realizada” en los procesos de valorización.
En Frontal Trust destacan cuatro puntos clave: cercanía con el deudor y pagos periódicos, para ir midiendo la solvencia de la contraparte; el calce de plazos y los flujos del deudor; y causas de aceleramiento o ejecución claras y desde el primer mes.
Para la firma, los gestores también deberían priorizar aprovechar las oportunidades que se presentan. Esto incluye, según detalla el porfolio manager Gardeweg, el contexto de tasas alta, “para estructurar vehículos con retornos atractivos y con sólido colateral”, y el espacio en “segmentos históricamente bancarizados en que hoy la banca no fondea”, donde los fondos pueden encontrar relaciones riesgo/retorno atractivas.