A menos de un año de iniciar sus operaciones, Cardy tiene ambiciosos planes para el futuro. Basada en un modelo que conecta las necesidades de financiamiento –con foco en los créditos de consumo– y la garantía de los vehículos de las personas, la fintech chilena apunta a ofrecer oportunidades de inversión a fondos de deuda privada y levantar capital en la esfera de venture capital.
El modelo de la startup se basa en una plataforma a través de la cual las personas acceden a créditos de consumo, con sus vehículos como garantía. Esto permite, explican de la fintech a Funds Society, utilizar los automóviles como activos para reducir el riesgo –y, por consiguiente, la tasa– de los préstamos, sin vender ni dejar de conducirlos.
Por el lado de los fondos de activos alternativos, la firma tecnológica ofrece oportunidades para las estrategias de deuda privada. Esto se ancla en rentabilidades atractivas, respaldadas por un el colateral del vehículo; un riesgo reducido; y la escalabilidad regional, considerando que es replicable en otros mercado de América Latina.
Con todo, la firma combina herramientas de valorización y estimaciones de riesgo con inteligencia artificial para hacer evaluaciones en tiempo real, con el objetivo de cubrir un espacio desatendido del financiamiento, permitiendo a la gente hacer valer sus activos automotrices.
Planes de expansión
En el momento, Cardy está buscando financiamiento. Desde la fintech detallan que están interesados en levantar 250.000 dólares en el espacio de venture capital, con el objetivo de escalar su operación en Chile, fortalecer su equipo con “talento clave en tecnología y operaciones” y cumplir con los requisitos regulatorio, asegurando la continuidad de su desarrollo tecnológico.
En el corto plazo, la meta es consolidar la operación en el país andino, lanzar oficialmente la plataforma y colocar sus primeros 1.000 créditos respaldados por vehículos en el país andino.
La etapa inicial, detallan, consta de validar el modelo en ese mercado, construyendo alianzas estratégicas para crecer comercialmente y creciendo su base de usuarios. “Además, priorizamos una gestión eficiente de riesgos para ofrecer tasas competitivas y mantener la confianza de nuestros usuarios”, acotan.
Mirando más allá, las aspiraciones a largo plazo incluyen la expansión por la región. En Cardy anticipan –luego de probar su modelo a nivel local– escalar fuera de las fronteras de Chile, a países como Perú, Colombia y México, donde ven características similares y brechas de financiamiento que se pueden cubrir con tecnología.
“En los próximos cinco años, esperamos posicionar a Cardy como una solución en financiamiento alternativo en la región”, declaran desde la fintech, agregando que “una vez consolidados localmente, expandir será una prioridad estratégica”.
La historia de Cardy
La fintech chilena nació en 2024, inspirada por la falta de acceso a créditos competitivos en el mercado chileno.
“Identificamos que muchas personas poseen activos valiosos, como autos, pero no pueden utilizarlos como una herramienta financiera a su favor. Esto nos llevó a diseñar una plataforma digital que transforma vehículos en garantías para acceder a créditos rápidos y competitivos”, explican desde la compañía.
Actualmente, se encuentran en una etapa de pre-lanzamiento, con un con un MVP funcional validado y listos para operar en el mercado chileno.
Los tres socios fundadores combinan experiencia en la industria financiera, la medición de riesgo y la esfera tecnológica.
Sebastián Martínez, Chief Executive Officer (CEO) de la operación, tiene más de una década de experiencia en servicios financieros, especializándose en estructuración de deuda e inversiones y con pasos por Principal, BICE Vida e Inversiones Security. Daniel Hernández, Chief Risk Officer (CRO), es experto en gestión de riesgos, formado en itaú y la fintech Datamart, y enfocado en los modelos de evaluación crediticia y de riesgo. Finalmente, Arnel Sánchez, Chief Technology Officer (CTO), está a cargo de la inteligencia artificial y las soluciones tecnológicas, con experiencia en el desarrollo de plataformas escalables para la industria financiera.
El modelo de negocios
La plataforma de Cardy evalúa en tiempo real el valor del automóvil –en un proceso 100% digital– ofrecido como garantía del préstamo y el perfil crediticio del usuario mediante inteligencia artificial y machine learning, proporcionando una propuesta de crédito competitiva y accesible en minutos. Una vez aprobado, el crédito es desembolsado en 24 horas.
Para las personas que buscan financiamiento, la fintech ofrece préstamos a tasas más competitivas. Esto lo consiguen a través del respaldo del vehículo. “Los usuarios mantienen el uso de su auto mientras acceden a la liquidez que necesitan. Esto es ideal para emergencias, consolidación de deudas o proyectos personales”, recalcan desde la firma tecnológica.
Para los fondos de deuda privada, la startup ofrece una oportunidad de inversión atractiva, con tasas competitivas y un menor nivel de riesgo, dado el colateral del activo vehicular. “Los fondos de deuda encuentran en nuestro modelo un portafolio seguro y escalable, respaldado por tecnología que asegura una evaluación eficiente y minimiza el riesgo de morosidad”, aseguran.
En ese sentido, califican la recepción inicial como “positiva”, reportando un interés en “explorar alianzas” para financiar las operaciones de Cardy.
Espacio para crecer
De todos modos, los ingredientes para escalar existen, según destacan desde la firma. Cifras de la Cámara de Comercio Automotriz de Chile (Cavem) y el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) muestran un mercado automotriz bullante.
En 2022, se registraron 6,3 millones de permisos de circulación en Chile, lo que representa un aumento del 2,4% respecto al año anterior, mientras que ese año se comercializaron 313.865 unidades de vehículos nuevos. Con todo, el mercado de autos usados es 3,3 veces el de vehículos nuevos.
Haciendo zoom en la propiedad de automóviles sin deuda, una encuesta Cadem de marzo de 2022 refleja que el 71% de los hogares chilenos tiene al menos un automóvil. “Estos números muestran que muchos hogares tienen un activo subutilizado que podría utilizar a su favor y conseguir un financiamiento para proyectos personales, viajes o emprendimiento de manera más competitiva”, recalcan desde la fintech.