La revolución de la economía compartida abre nuevas oportunidades de financiación para los emprendedores en un escenario en el que el riesgo contrasta con la oportunidad. La financiación ha sido y siempre será un dilema para los emprendedores.
Según FlexFund, Latinoamérica ha liderado en la autofinanciación, con ejemplos en países como Colombia, en donde el 94% de empresarios ha utilizado recursos propios para ejecutar sus ideas. Ello ha demandado incluso “vender el carro, hipotecar la casa y sacar los ahorros”, según un estudio del Centro de Estrategia y Competitividad de la Universidad de los Andes.
“La brecha del crédito bancario de la región es sustancial y gran parte se debe a la turbulencia de la historia macro y financiera de Latinoamérica y el Caribe y a la escasez de proyectos prometedores y productivos más que al racionamiento del crédito y a las restricciones al crédito por el lado de la oferta en sí mismos”, explica la investigación.
Pero el panorama ha comenzado a cambiar gracias al club de las tecnolatinas, aquellas empresas regionales que surgieron como emprendimientos y hoy tienen un valor colectivo superior a los 37.700 millones de dólares, según muestra un análisis de NXTP Labs en el que se citan a empresas como B2w (Brasil), Crystal Lagoons (Chile), Despegar (Argentina), Mercado Libre (Argentina), entre otras, que han cimentado la confianza inversionista.
De los fondos de capital privado a lasecuritización
Los emprendimientos en etapas iniciales siguen siendo considerados de alto riesgo para las instituciones financieras, por lo que apalancar recursos es cada vez una prioridad mayor para inversionistas privados. Pero, “¿cómo los empresarios, armados con poco más que una idea y un prototipo, logran obtener grandes sumas de dinero en efectivo? A través de una red compleja y en rápido crecimiento de «inversores ángel», capitalistas de riesgo e inversores institucionales”, apuntaun reporte de la CNBC.
Los fondos privados de inversión se trazan como uno de los principales mecanismos en la actualidad para fondear negocios. Muestra de su impacto es que sólo en Estados Unidos los fondos de capital privado recaudaron cerca 144.520 millones de dólares en 2015. Basados en el potencial futuro, los inversores apuestan por la rentabilidad que obtendrán estas empresas y negocian ellos mismos el retorno de su inversión.
Los “inversores ángel”son un ejemplo en materia de financiación privada en mercados como Estados Unidos, en donde se pasó la barrera de los 20.000 millones de dólares en este tipo de transacciones al año. Sumado a ello la securitización, el mecanismo por medio del cual un activo ilíquido se convierte en un bono que se emite en el mercado de capitales y genera rentabilidad a los inversionistas, también se proyecta como una alternativa para las startups.
Y no solo las grandes empresas son propensas a la securitización, sino una gran variedad de emprendimientos como aquellos con bienes activos actuales o a desarrollar. Por ejemplo, una empresa que está buscando fondos para un desarrollo tecnológico, decide emitir una nota que otorga a sus compradores una participación en los retornos futuros en el proyecto y que puede ser comprada por inversionistas, simplificando así su proceso de fondeo del mismo.
Democratización de los recursos
Además, y gracias a la revolución tecnológica, servicios digitales como Kickstarter con más de 120.000 proyectos financiados o Indiegogo con 650.000 se han convertido en aliados de los emprendedores desde el crowdfunding. “El otro tipo es el ‘crowdfunding de equity’ (o securitización), que les permite a los inversores obtener capital a cambio, convirtiéndose así en accionistas y pudiendo participar en los rendimientos futuros que las nuevas empresas podrían ofrecer a los inversores”, destaca Startupxplore
Las cifras de Statista muestran que el mercado mundial de crowdfunding mueve más de 16.200 millones de dólares al año, siendo América del Norte una de las regiones más activas con 375 plataformas de crowdfunding. Explica que la crisis financiera de 2008 dio paso a estas alternativas debido a las “estrictas políticas de préstamosposteriores a la recesión y las dificultades resultantes experimentadas por las pequeñas empresas”, que las han obligado a buscar fuentes alternativas como una forma de evitar recurrir a préstamos bancarios.
Transversal a estas alternativas aparece el blockchain como una infraestructura clave en la seguridad de los servicios financieros del futuro. El experto Roberto Touza, citado en un blog de la Escuela de Negocios de la Innovación y los Emprendedores IEBS, dice que “todavía no hemos visto ni un 10%” del potencial que tiene esa tecnología. “Hasta la fecha han destacado aplicaciones en el entorno monetario, con la explosión de un sinfín de divisas (BTC, ETH, etc) así como las ICOS (initial coin offering) que está revolucionado la estructura habitual de financiación de proyectos empresariales en fases tempranas, aseguraTouza.
En definitiva, estas alternativas de financiación, en donde convergen pequeños, medianos y grandes inversores privados, ha cambiado significativamente el panorama de financiación en las startups.