La captación mundial de capital privado crecerá lenta pero constantemente, desde los 1,17 billones de dólares en 2023 hasta los 1,58 billones en 2027, según se desprende de las conclusiones de un seminario web organizado por Preqin. El encuentro expuso las lecciones clave para que los gestores de fondos puedan atraer capital de inversores privados.
Otra de las conclusiones fue que existe más margen de maniobra entre los gestores de patrimonios, los family offices y los bancos privados que entre algunos inversores institucionales que están cerca o por encima de sus respectivos límites de asignación de activos (en parte debido al efecto denominador), a la hora de captar más capital privado para llevar a cabo las inversiones.
“Los mercados públicos están cada vez más indexados, correlacionados, además de ser muy volátiles. Hay muchas menos empresas cotizadas y las carteras tradicionales 60/40 han perdido eficacia. Los inversores privados se sienten atraídos por el potencial de generar alfa mediante la diversificación con activos alternativos; los gestores de patrimonios están haciendo de la inversión en activos alternativos una prioridad estratégica”, recalcan.
El private equity secondaries y la deuda privada, especialmente los préstamos directos, resultan especialmente atractivos en el mercado actual, en el que el sector inmobiliario también ocupa un lugar destacado.
Para Preqin, existen diferencias regionales sustanciales en las fuentes de riqueza privada, en las vías de distribución, en el apetito inversor y en la asignación de activos. La transición energética y sus repercusiones suscitan un interés creciente entre muchos inversores privados.
“Los gestores de fondos, las plataformas y los proveedores de datos deben informar a los inversores privados y a los asesores financieros sobre la complejidad de los activos alternativos, la relación riesgo-rentabilidad, la relativa iliquidez y la regulación en las distintas jurisdicciones”, concluyen.