Los mercados de capital riesgo experimentaron un giro en 2022 tras la enorme actividad registrada en 2021, tanto en volumen como en velocidad de operaciones. De cara a este año, los primeros meses serán clave para aprovechar la volatilidad y poder seleccionar las mejores oportunidades que se ofrecen a los inversores cualificados, explicó en un reciente balance sobre el sector Dana Haimoff, gestora de carteras del Grupo de Private Equity de JP Morgan AM (JPMAM).
En la presentación de la Guía de Alternativos de la gestora a finales de año y en concreto del sector de private equity, Haimoff señaló que después de una década de constante crecimiento, 2022 marcó una ralentización en la actividad tanto desde el punto de vista de captación como de salidas, que se espera continúe en 2023 y 2024.
Aún sigue habiendo altos niveles de dinero disponible para invertir (dry powder) y la demanda inversora sigue siendo fuerte, pero el hecho de que se hayan acortado los plazos de captación de fondos está generando ciertas dificultades, según la experta. El crecimiento constante del mercado en la última década ha hecho que el porcentaje de capital destinado a este tipo de inversión fuese elevado. “Ahora estamos viendo una retirada, porque se había destinado mucho capital. Y la reducción de la cesta de la renta variable del mercado público ha tenido un impacto sobre el apetito de los inversores en el private equity”, consideró. En su opinión no habrá una reducción de la cantidad de fondos existentes, 2023 seguirá siendo un año muy activo, “pero sí habrá un menor volumen de capital”.
Una de las características más visibles del año pasado fue la drástica reducción de salidas a bolsa, que pasó en Estados Unidos de 196 en 2021 a apenas 14 en 2022. Como estrategias de desinversión del private equity se mantuvieron en el mismo nivel las adquisiciones de compañías y en particular los fondos de continuación, y en cambio hubo mucha actividad a través del mercado secundario.
Pese a este entorno más difícil, las valoraciones no han caído como en la renta variable (en especial en los valores de crecimiento). “En primer término porque históricamente existe un retraso en el ajuste de la valoración respecto del mercado público, que si miramos parámetros pasados durante la crisis financiera fue de tres trimestres”, explicó Haimoff. Otro motivo es la cantidad de efectivo aún disponible. “Donde sí hemos visto el ajuste de valoraciones es en fondos de venture capital más maduros con mayor exposición a los mercados públicos por las salidas a bolsa de 2021”, añadió.
Por ello, desde el equipo de JPMAM consideran que la caída de las valoraciones podría empezar a producirse en la primera mitad de este año, también a medida que se reducen las expectativas de beneficios y la actividad en el sector, aunque no esperan que sea tan acusada como la experimentada por ciertos activos de renta variable.
“Parte de la valoración en los mercados privados se establece en base a transacciones similares en sectores similares y lo que hemos visto en las operaciones que se han realizado es que los precios siguen estando altos. Por aquellos activos de alta calidad y resilientes sobre todo cuando se espera una ralentización, se siguen pagando precios elevados”, indicó Haimoff.
Estrategias a tener en cuenta en 2023
En el mundo del capital riesgo “nos entusiasma la volatilidad por las oportunidades que crea y porque amplía las posibilidades de ser creativos”, destacó Haimoff. La experta añadió que si bien el rendimiento tanto del private equity como del venture capital ha sido bueno en los últimos 10 años, la dispersión también ha sido importante, por ejemplo en capital privado se sitúa entre un 5% y casi un 27%. “Así que la clave es cómo construir la cartera para capturar la mitad superior de esa dispersión en rendimientos” a través de la selección de los mejores gestores y las mejores estrategias.
El alza de los tipos de interés en sí no está afectando al mercado a nivel de carteras, pero sí en cuanto a la incertidumbre acerca de hasta qué punto y durante cuánto tiempo seguirán subiendo. Esta falta de claridad está evitando por ejemplo una intervención más activa de los bancos u otras entidades de crédito, añadió.
En opinión de los analistas de la gestora, los ganadores de un mercado en el que manda la liquidez serán aquellos fondos que hayan pasado ya por distintos ciclos y cuyas empresas subyacentes puedan demorar la vuelta al mercado mientras dure la incertidumbre. “En los actuales niveles de liquidez se trata de cómo adaptar la salida al mercado sin que sufra la valoración ante el elevado porcentaje de recientes salidas a bolsa que cotizan por debajo del precio de oferta inicial”, aseguró Haimoff.
A nivel de operaciones, en 2022 dominaron los add-ons, es decir las adquisiciones de compañías que los fondos realizan para integrar en sus participadas. Estas operaciones más pequeñas, financiadas a menudo con fondos del propio balance -a diferencia de las compras apalancadas-, pueden seguir siendo este año una buena opción como forma de consolidación.
2023 también ofrecerá en su opinión sobre todo interesantes oportunidades en el mercado secundario, en el que sí ha habido caídas en las valoraciones que podrán ser aprovechadas en la primera mitad del año. “Otra oportunidad que se presentará será la coinversión”, añadió.
Inflación y recesión
Por el momento las compañías del sector privado han estado protegidas de la inflación porque han podido trasladar los costes más elevados a los precios de sus productos o servicios, pero esta situación podría estar llegando a sus límites, por lo que el análisis pormenorizado de cada compañía para estudiar de cerca este tema será clave en el primer trimestre, explicó la experta.
Y respecto de la recesión, destacó que permanecer invertidos es la mejor forma de optimizar los rendimientos de una cartera, incluso pese a los vientos en contra. La diversificación de las añadas es lo principal a tener en cuenta, añadió.
“El private equity es más permeable a la economía real, por lo que es clave buscar estrategias muy resilientes en cuanto a su habilidad para elegir compañías con una posición fuerte en términos de capital, de mercado y márgenes”, indicó.
Sigue habiendo atractivas oportunidades para los gestores con estrategias diferenciadas de detección de oportunidades y de valor. La principal ventaja competitiva del capital riesgo sigue siendo la misma: inversores altamente cualificados con los recursos necesarios para impulsar el cambio y el crecimiento de las empresas, concluyó.