Según el último informe trimestral Global Housing Watch, publicado por el FMI en diciembre de 2015, el precio de las viviendas en el mundo mantiene una recuperación lenta. Si bien es cierto que el índice global de precios, elaborado a partir de datos en casi 60 países, muestra una tendencia alcista en los últimos dos años, éstos todavía no han alcanzado los niveles previos a la crisis.
Si en Estados Unidos, Colombia y España los precios crecieron, no fue así en Brasil, Chile, México y Perú, donde bajaron ligeramente. Las zonas que experimentaron los mayores crecimientos fueron –por este orden- Qatar, Irlanda y Hong Kong y las mayores depreciaciones las sufrieron Ucrania, Rusia y Letonia.
Según podía apreciarse en los informes previos, dice el FMI, el índice pone de manifiesto la existencia de patrones divergentes, pues en el último año, los precios subieron en dos de cada tres países incluidos en la medición, mientras bajaron en el restante 30%.
Por su parte, el crecimiento del crédito ha sido fuerte en muchos países, aumentando en paralelo al precio de las viviendas en los últimos cinco años. Sin embargo, el crecimiento del crédito no es el único elemento para predecir la profundidad del crecimiento de los precios de las viviendas –recuerda el fondo en su documento-, ya que algunos otros factores pueden influir. Como ejemplos, el hecho de que en España el crédito decreció a pesar del incremento de precios o en México subió mientras los precios bajaron, mientras que en Brasil el crédito siguió la misma dirección bajista que los precios de las propiedades y en Colombia y Estados Unidos ambos indicadores crecieron.
Por último, el informe señala que en casi la mitad de los países de la OECD los precios de las propiedades han aumentado más rápidamente que los ingresos y rentas.