Las infraestructuras son activos fundamentales de la cartera de un fondo soberano, sobre todo en los mercados emergentes, y el apetito por estos activos está aumentando, pues ayudan a gestionar el riesgo en los portfolios. Pero ese aumento de la demanda está modificando la naturaleza de la colaboración entre aquellos que necesitan financiación para las infraestructuras y los fondos soberanos, dice el informe de Invesco “Invesco Global Sovereign Asset Management Study”. En este entorno, los fondos soberanos se planten la mejor forma de acceder a las infraestructuras, de forma interna o externalizando su gestión.
Durante la última década, los fondos soberanos han invertido de manera más inteligente en infraestructuras dado que la competitividad en el sector ha aumentado y esto ha hecho que cambie la forma en la que acceden al sector: aunque algunos inversores consolidados han conseguido crear equipos internos de infraestructuras, otros han decidido no seguir por este camino. Por su parte, algunos fondos soberanos han creado asociaciones con inversores comerciales que les permiten tener acceso a mercados y sectores donde hay una competencia menor, gracias a la experiencia de sus socios, explica el tercer informe sobre fondos soberanos realizado por ESADEgeo, con el apoyo de KPMG e ICEX-Invest in Spain.
Según los expertos, aunque el interés de los fondos soberanos por las infraestructuras está aumentando, cada vez es más complicado recurrir y adquirir activos con un perfil atractivo de riesgo/rendimiento a un precio aceptable. Como resultado, es posible que cada vez más fondos soberanos vuelvan a recurrir a los gestores de activos (aunque con un elevado nivel de transparencia y control sobre la cartera) o a las empresas cotizadas de infraestructuras para conseguir activos en regiones más complejas pero menos competitivas que Europa.
“Los fondos soberanos son actores casi idóneos para la inversión en infraestructuras. Dada su dimensión de inversores de largo plazo, los fondos soberanos encuentran en las infraestructuras un tipo de inversión que diversifica sus carteras ya que suele mostrar baja correlación con acciones y bonos. Además asegura un tipo de retorno que cuadra con sus obligaciones de largo plazo y sus objetivos de transferencia de riqueza intergeneracional: los retornos son estables y cubiertos ante el riesgo de inflación”, dice el informe.
Geográficamente, Europa sigue dominando aunque a partir de 2013 se produjo un avance importante de la inversión en infraestructuras de mercados emergentes (23% del total), liderado por América Latina. “En total, en 2013 los fondos dedicaron 700 millones de dólares a la inversión en infraestructuras en estos mercados; lejos aún de las necesidades de inversión, estos primeros pasos pueden servir como entrada en mercados como Brasil o México, además de África o el Sudeste Asiático donde las necesidades en las próximas decenas son patentes”, explica el informe.