La mitad del declive de los ingresos de los trabajadores en las economías avanzadas desde 1980 se debe al progreso tecnológico, mientras que, según el FMI, la globalización es responsable, pero en mucha menor medida. «En las economías avanzadas, cerca de la mitad el descenso del porcentaje de los ingresos de los trabajadores tiene su causa en el impacto de la tecnología», destaca el informe de Perspectivas Económicas Globales del FMI.
El informe atribuye esta tendencia «a una combinación del rápido progreso en las tecnologías de la información y comunicación y a que un gran número de las profesiones pueden ser fácilmente automatizadas«. Asimismo, reconoce que «la integración global también jugó un papel en este proceso», especialmente a través de la «deslocalización de ocupaciones que exigen mucha mano de obra» aunque matiza que «su contribución (a la caída de los ingresos de los trabajadores) se estima que ronda la mitad de la de la tecnología».
Para las economías emergentes, sin embargo, el FMI sostiene que los efectos de ambos factores han sido «mucho más benignos», al aumentar la productividad y el crecimiento, y como consecuencia han permitido elevar «los estándares de vida y salir a millones de personas de la pobreza». En conjunto, la tecnología y la integración global explican cerca del 75% de la caída de la remuneración de los trabajadores en Alemania e Italia; y cerca del 50% en Estados Unidos en el periodo entre 1980 y 2015.
En este sentido, el FMI reconoce que «a medida que el crecimiento sigue siendo menor a lo esperado tradicionalmente en muchos países avanzados, existe el reconocimiento que los beneficios de la actividad económica no han sido compartidos de manera general y han fortalecido un rechazo contra la integración e impulsado el apoyo de políticas aislacionistas».