Más de 20 años han pasado desde que en 1995 naciera el que sería el primer banco online de España: Openbank. En todo este tiempo, el mundo financiero ha vivido una verdadera revolución como consecuencia de los sucesivos avances tecnológicos. El modelo ha evolucionado tanto que ha tenido que desplazarse hacia los servicios bancarios en Internet, especialmente a través del móvil, de una forma casi obligada.
Según el «Barómetro de pagos digitales» de Mastercard, más del 31% de los españoles realiza pagos con su teléfono móvil de forma habitual y esto supone un 20% más que hace dos años. Respecto a las compras online, los datos no son muy diferentes… el móvil ya es el dispositivo preferido para realizar las compras por Internet para más de un 24% de los usuarios. Además, Mastercard calcula que en 2020 el 38% de los pagos será digital.
Ante el crecimiento del comercio electrónico y la entrada en el sector de nuevos actores como las fintech, se ha hecho evidente la necesidad de implementar una nueva normativa, la PSD2 (Payment Services Directive), aprobada por la Unión Europea en 2015 y que entrará en vigor en España y el resto de países europeos el 14 de septiembre de 2019.
Se trata de una nueva ley de pagos digitales que actualiza la primera PSD (2007) y que cambiará las relaciones de los consumidores con los bancos a través de Internet. Las principales medidas que trae consigo esta actualización son profundizar en la regulación de las compras y la gestión del dinero en el mundo digital. Además, tiene el objetivo de aumentar la seguridad de los pagos digitales.
Eduardo Esparza, director general de cxLoyalty, señala que “esta actualización de la primera PSD busca proteger, aún más, al consumidor. Por ejemplo, a partir de ahora se prohíben los recargos sobre pagos realizados con tarjetas de crédito, tanto en tiendas físicas como online, y también se reduce la responsabilidad del consumidor en situaciones de uso fraudulento, siendo la cantidad máxima que tendrán que asumir 50 euros, frente a los 150 euros actuales”.
Esta normativa también cambiará la forma de acceder al banco, pues se deberá implementar el doble sistema de verificación SCA (Strong Customer Authentication). Es decir, si antes solo era necesario contar con el documento de identidad y la clave de acceso, con la nueva normativa será obligatorio introducir un código de confirmación que se recibirá vía SMS para acceder al banco.
A partir de ahora se deberá analizar la puesta en marcha y el funcionamiento de esta nueva normativa en los diferentes países europeos, que podría sufrir algunos ajustes de aquí a finales de 2020 debido a los planes de migración acordados entre las autoridades bancarias y principales actores involucrados en cada país europeo, y la Autoridad Bancaria Europea (ABE).