El Banco de Pagos Internacionales (BPI) publica El cisne verde-Bancos centrales y sostenibilidad financiera, un libro que revisa cómo abordar los nuevos riesgos del cambio climático dentro del mandato de estabilidad financiera de los bancos centrales. Los autores de este libro han sido Patrick Bolton, profesor de negocios en la Universidad de Columbia; Morgan Despres, subdirector del Departamento de Estabilidad Financiera del banco de Francia; Luiz Awazu Pereira Da Silva, subdirector general del BIS; Frédéric Samana, director de Inversión Responsable en Amundi; y Romain Svartzman, economista en el Banco de Francia.
No obstante, integrar el análisis de riesgos relacionados con el clima en la monitorización de la estabilidad financiera supone un desafío debido a la incertidumbre radical asociada con el cambio climático: un fenómeno físico, social y económico que cambia constantemente e involucra dinámicas complejas y reacciones en cadena.
Por ello, el libro advierte que las tradicionales evaluaciones de riesgos retrospectivas y los modelos económicos climáticos existentes no pueden anticipar con suficiente precisión la forma que adoptarán los riesgos relacionados con el clima. Estos incluyen los denominados “cisne verde”, eventos que potencialmente pueden ser extremadamente perjudiciales desde el punto de vista financiero y podrían estar detrás de la próxima crisis financiera sistémica.
Frente a estos, los bancos centrales “tienen un papel que desempeñar para evitar dicho resultado, buscando mejorar su comprensión de los riesgos relacionados con el clima a través del desarrollo de un análisis prospectivo basado en escenarios”, argumenta el libro. No obstante, los bancos centrales, por sí solos, no pueden mitigar el cambio climático, sino que se requiere la coordinación de acciones de muchos actores, incluidos los gobiernos, el sector privado, la sociedad civil y la comunidad internacional.
En este sentido, los autores abogan porque los bancos centrales ocupen un papel adicional para ayudar a coordinar medidas contra el cambio climático. Por ejemplo, políticas de mitigación del clima, como la fijación de precios del carbono, la integración de la sostenibilidad en las prácticas financieras y los marcos contables, la búsqueda de combinaciones de políticas apropiadas o el desarrollo de nuevos mecanismos financieros a nivel internacional. Si bien todas estas acciones serán complejas de coordinar y podrían tener importantes consecuencias redistributivas que deberían manejarse adecuadamente, “son esenciales para preservar la estabilidad financiera (y de precios) a largo plazo en la era del cambio climático”, subrayan.