Un posible cambio en la legislación sobre propiedades de Cuba podría abrir el mercado a los inversores extranjeros en real estate, aunque este, como todos los cambios en la isla, no sucederá rápidamente, explican los expertos de la consultora inmobiliaria JLL.
Los legisladores cubanos aprobaron recientemente un borrador de una nueva Constitución que reconocería el derecho a la propiedad privada, una libertad que no existe desde que Fidel Castro llegó al poder en 1959.
De aprobarse –en un referéndum nacional que se espera para finales de 2018–, el reemplazo a la Constitución de la era soviética tiene el potencial de aumentar drásticamente la inversión extranjera en real estate comercial en Cuba, dice Hector Klerian de JLL México.
No obstante, es probable que los inversores tengan que ir con precaución al principio, ya que habrá que esperar al veredicto sobre las reclamaciones de los propietarios exiliados, una vez que se legalice la propiedad privada.
«Cuba tiene un atractivo especial. Es una hermosa isla cerrada a la inversión durante años por lo que hay una verdadera oportunidad para las empresas extranjeras que buscan invertir en turismo e infraestructura», dice Klerian.
«Pero incluso si el cambio constitucional sigue adelante, será un entorno de inversión muy arriesgado al principio. Los inversionistas institucionales deberán ver una prueba de que, si compran algo, no se lo quitarán el próximo año en una disputa de propiedad”, añade Klerian.