En un momento favorable para el mercado de crédito privado, la brasileña Strategi Capital prepara este año dos nuevos Fondos de Inversión de Derechos de Crédito (FIDC), con financiación inicial de hasta 350 millones de reales*.
El mercado brasileño está más maduro para afrontar activos ‘distressed’ y la demanda en este segmento ha aumentado, según Cristian Lara, socio fundador y CIO (Chief Investment Officer) de Strategi Capital, gestora especializada en crédito estructurado. que prepara nuevos productos para lanzar este año.
Según Cristian, la casa, que comenzó como boutique de inversiones en 2016 y a operar como administradora en 2021, hoy cuenta con 110 millones de reales en activos y 11 empleados, y ya cuenta con un FIDC (Fondo de Inversión en de 75 millones de reales en funcionamiento. Ahora, prepara otros dos fondos de crédito para lanzar este año, dirigidos a inversores profesionales.
Antes de fundar Strategi, Lara fue director responsable de originar operaciones de crédito estructurado en Credit Suisse y trabajó para varios actores bancarios, como Deutsche Bank, JP Morgan y BTG Pactual, siempre desarrollando productos en este segmento.
Ahora, el objetivo es más ambicioso: lanzar un fondo de activos «en dificultades» para recaudar entre 250 y 350 millones de reales, lo que podría triplicar o cuadriplicar los activos gestionados del gestor. El objetivo son inversores profesionales e institucionales, como family offices o banqueros privados.
El otro fondo, con otra estructura, se centra en créditos de alto rendimiento y el objetivo inicial es recaudar 100 millones. de reales El gestor también dispone de un fondo propio en el que sólo interviene su propio dinero. “Es un fondo que consolida nuestras estrategias”, afirma Lara, en una entrevista con Funds Society. “La inversión la hago primero con mi fondo propio, sin involucrar dinero de los clientes, para entender el proceso y los activos”, afirma. «Es un tubo de ensayo de las cosas que hacemos».
Según Lara, el objetivo de Strategi es ser visto como una gestora muy especializada en este segmento. “Queremos tener productos de nicho y rentables, donde los inversores tengan la seguridad de que estamos aprovechando al máximo el capital por unidad de riesgo”, afirma. Según él, varias casas ya ofrecen este tipo de inversión, y la diferencia de Strategi radica en la curaduría del origen del negocio.
“Cómo originamos y estructuramos las cosas para protegernos, no somos una casa para asignar en base a obligaciones que provendrán de los bancos tradicionales en el mercado de capitales. Estructuramos transacciones de financiamiento para oportunidades únicas que originamos. Mucha gente menciona esto en sus discursos de venta, pero en la vida real, cuando abrimos nuestro portafolio, lo están asignando a productos de terceros, a cosas que ya les llegan sin poder estructurante. En Strategi el precio lo ponemos nosotros”, afirma.
Según él, no existe ningún compromiso de crecer a un ritmo acelerado ni de vender la gestora en el futuro. “Nuestro proyecto es parsimonioso en el contexto de resultados positivos, ya que reunimos nuestro capital”, afirma.
La estrategia de la gestora, en el caso de activos en dificultades, como en el fondo 1 y el fondo 2, que entrarán en funcionamiento este año, gira en torno a las deudas que han sido presentadas, en un escenario en el que el cobro está judicializado. “Analizamos esos procesos, compramos esas deudas e intentamos recuperar los créditos”, dice Lara.
La tesis gira en torno a los activos NPL (Non Performing Loan): activos de nombre único, donde la atención se centra en deudas específicas de una sola entidad o emisor, en lugar de invertir en una cartera de múltiples deudas en dificultades.
“Compro activo por activo, no compro carteras”, afirma. En el caso del fondo 2, el foco estará en brindar financiamiento a proyectos inmobiliarios que estén atravesando problemas, proporcionando capital a empresas que enfrentan un escenario desafiante. “Cuando compro este crédito vencido no estoy dando dinero nuevo a la empresa, estoy comprando dinero que alguien ya dio en el pasado”, afirma. Pero esta compleja estructuración de activos tiene su precio.
«Dos veinte»
Según Lara, “es un fondo que requiere un nivel de sofisticación y especialidad que justifica cobrar mucho. Porque hay pocas personas que saben cómo hacer esto”. Por tanto, las comisiones son las más altas del mercado, con una comisión de gestión del 2% anual y una comisión de rendimiento del 20%.
Pero el retorno también es alto. “Queremos ofrecer a los inversores entre un 25% y un 30% neto de comisiones al año”, afirma, señalando que la amortización del primer fondo de Strategi ya ha comenzado. “Estoy en un escenario en el que ya estoy empezando a recuperar créditos”, afirma, afirmando que aún tendría 4 años para empezar a realizar los pagos.
“Durante los dos primeros años, además de invertir, recuperé cosas. Ahora hemos devuelto 12 millones de reales en efectivo, que pude reinvertir en el fondo”, afirma, precisando que el fondo alcanzó R$ 84 millones.
El mercado de crédito madura en Brasil
El mercado de crédito estructurado ha ido madurando en Brasil, según Lara. “Los propios bancos no eran vendedores relevantes de este tipo de crédito», señala, «hoy la venta de créditos en mora se ha convertido en una unidad de negocio para los bancos. Ya sea reduciendo tu balance o simplificando tus operaciones y cobros judiciales. Se ha convertido en una zona de ingresos”, añade.
En cuanto a cuestiones macroeconómicas, como la tasa Selic y la tasa de interés en EE.UU., Lara dice que la caída de la Selic no afectó la venta de estos créditos por parte de los bancos. “Se está presenciando la maduración de una industria en Brasil”, afirma.
“A menudo digo que Brasil está entre 20 y 30 años por detrás de Estados Unidos y Europa en algunas clases de activos. Este mercado de dificultades y situaciones especiales existe en el extranjero desde hace mucho tiempo”, afirma. Según él, ahora es posible ver en la industria de fondos una ampliación de los tipos, D+90 y D+180. “Los brasileños siempre han sido muy inmediatos”, afirma.
*Al 1 de abril de 2024, el real se cambia a 0,20 dólares.