La crisis económica de Brasil ha propiciado un marco de oportunidades sin precedentes para la inversión privada en proyectos infraestructura. La firma Vinci Partners Investimentos ha formado un equipo de siete profesionales especializados en el sector; y representantes de la firma han estado viajando por el mundo en busca de inversores para un nuevo fondo para el que quieren captar entre 500 y 700 millones de dólares. El fondo tendrá una vida de 10 a 14 años y Vinci Partners aportará el 10% del capital.
Tras los escándalos de corrupción, muchas de las empresas tradicionales de construcción y a las operadoras de concesiones han quedado fuera de juego, por primera vez en muchos años se está viendo un ambiente competitivo racional, en el que los inversores pueden tener acceso a activos de alta calidad en infraestructuras, en un momento en que la demanda es muy alta, según explica Jose Guilherme Cruz Souza, responsable del área de infraestructura de Vinci Partners Investimentos. Para Souza, tanto los fondos de pensiones como el gobierno se han quedado sin presupuesto para invertir, e incluso es probable que puedan llegar a vender proyectos existentes. Esto ha abierto la puerta a nuevos jugadores, que podrán finalmente acceder y competir realmente en las subastas del gobierno para la asignación de contratos en infraestructura, que pueden incluir la construcción de aeropuertos, plantas de generación de energía y de tratamiento de residuos. Estas subastas estaban dominadas por un conglomerado de empresas brasileñas dedicadas a la construcción y a la ingeniería que han sido declaradas en bancarrota en medio de las investigaciones de corrupción y se han visto afectadas por la recesión.
Prometedores retornos
Los proyectos de infraestructura a los que Souza hace referencia, estarían generando un 15% de retorno anual más la inflación, que en la actualidad se sitúa en un 9,28% anual medida hasta abril, según explica el propio Souza a la publicación Bloomberg. Estos retornos son inusuales para una clase de activo que normalmente se caracteriza por obtener retornos similares a los de la renta fija, proporcionando un flujo constante de ingreso, en lugar de ganancias de capital, mucho más típicas en inversiones de private equity o hedge funds.
El truco para alcanzar este tipo de retornos reside en el riesgo regulatorio y político asociado a invertir en concesiones del estado. El gobierno de Temer está planeando entregar cerca de 100 concesiones y 40 renovaciones de contratos para proyectos de infraestructura, que suponen una inversión de 110.000 millones de reales, 31.000 millones de dólares, según reportó el periódico Estado de Sao Paulo.
Otro riesgo a tener en cuenta, es el riesgo de divisa para inversores basados en dólares, ya que el real sigue siendo una de las monedas más volátiles del mercado, con un estimado del 17,7% de volatilidad implícita en los próximos 12 meses.